domingo, 31 de mayo de 2015

PAN CON PAN

Aquí el menda, del que decir que era de buen comer se quedaba escaso, recibió más de una y de una docena de reprimendas por semejante e incontrolada gula. Ese continuo apetito preocupó a mi madre que consultó al médico si podría ser por algún tipo de mal. No era ni medio normal que un mocoso comiese tanto y, descartada la enfermedad, hubo que tomar medidas preventivas para evitar el saqueo constante de las vituallas. Por ejemplo, mi madre tuvo que acostumbrarse a llevar siempre consigo la llave con la que trancaba la puerta de la despensa. En vista de que se hacía difícil agenciar cosa alguna para redondear los bocadillos, bueno era tirar de pan sin más. Entonces, cuando mi madre me pillaba rumiando el buen pan que hacía Perico en su horno, tiraba de refranero: pan con pan comida de tontos. Mejor pan que nada, le respondía y seguía a lo mío. El refrán siempre me pareció cruel, no por mí, sino porque imaginaba a esos pobres de los que nos hablaban para que nos callásemos cuando pedíamos algo, pobres de los que no tenían nada que llevarse a la boca. ¿Comida de tontos? ¡Que se lo digan al que pasa hambre de verdad y verás lo que te dice!

jueves, 28 de mayo de 2015

MÁS GRITÁBAMOS

Apenas había arrancado el año 1875, cuando por las calles de Madrid, un joven, a lomos de su caballo, se abre paso entre una multitud que le aclama. El entusiasmo no le cabía en el cuerpo, no en vano acababa de vivir experiencias similares en Barcelona y Valencia. El que iba a ser proclamado rey como Alfonso XII sentía en sus carnes que el pueblo le veneraba, que anhelaba su presencia. Tanto era así que dio rienda suelta a su campechanía y descabalgó de su montura para mezclarse con la plebe. Pie en tierra, confiado y feliz, se dirigió a unas rapazas para mostrar su contento por tan efusivo recibimiento. A una de ellas la algarabía no le había nublado la memoria y respondió: ‘Más gritábamos cuando echamos a la puta de tu madre’.  Y es que poco había transcurrido desde la septembrina, la Revolución del 68 que había derrocado a Isabel II. Era tal el hartazgo con la dinastía borbona que Prim, el Jefe del Gobierno encargado de buscar un sucesor a la reina, había asegurado que: ‘Los Borbones, jamás, jamás, jamás’. Cuatro años después de tan tajante aserto, un Borbón cabalgaba hacia el trono.

lunes, 25 de mayo de 2015

Y ESTALLÓ ¿TARDE?

La mar, como el día en que nació Abenámar, estaba en calma. La tarde transcurría insulsa, pero ni más ni menos que otras. Quizá podría parecer algo más anodina de lo habitual porque la contienda, para los locales, no tenía otro sentido que el de ir templando el acero para ir teniendo a punto la espada con la que habrá de jugarse el pellejo. Pero era una calma chicha: el público, como si fuera un agricultor que observa en mayo la cebada, empezó a sudar los siete males. El verde iba dejando paso a un amarillo amenazante; el cereal, azuzado por el calor, pide un agua que ni llega, ni -y eso es lo que rompió la calma- parece que pueda llegar. Y estalló. Lo hizo, como tantas otras veces, a destiempo. La proverbial paciencia castellana, que en tantas ocasiones se propone como virtud, tiene, en no menos casos, su contrapartida tenebrosa: de tanto saber aguantar, las decisiones se posponen hasta que no hay vuelta atrás.

jueves, 21 de mayo de 2015

HABÍA UNA VEZ…

Faltan días para que, de nuevo, pero con una mayor variedad de pistas, se abra el circo. Acróbatas, contorsionistas, funámbulos, malabaristas, trapecistas, magos, fieras con los colmillos limados y algún que otro payaso, irán apareciendo paulatinamente para hacernos disfrutar a niños y mayores. No en vano cada número se habrá ideado y ensayado pensando en la idiosincrasia del público. El día del comienzo de la vorágine electoral está a la vuelta de la esquina, a partir del domingo asistiremos al mayor espectáculo del mundo. Pero como no hay santo sin novena, ya hemos tenido un preámbulo en Andalucía. Allí, la presidenta decidió por su cuenta y riesgo adelantar la fecha correspondiente. La razón, elegir el momento en que pensaba que (ella y solamente ella) saldría mejor parada. Dos meses después y pese a su buen resultado, sigue sin haber sido capaz de conseguir los apoyos parlamentarios suficientes para revalidar el cargo. Viendo la actitud del resto de los grupos políticos, podemos dibujar un mapa perfecto de lo que se va a repetir multiplicado por cien. Pactar está prohibido. Nadie parece dispuesto a nada que pueda poner en riesgo metas mayores. Se ha desprestigiado tanto la política que la fotografía de dos sentados en la misma mesa se ha convertido en la imagen del cambalache, que la firma de un acuerdo es el sinónimo del verbo repartir, que asimilamos política a politiqueo. Lo malo es que, en España, puede ser cierto. Mejor estirar la goma hasta que se rompa, aunque, de rebote, nos golpee en la nariz. Faltan políticos de altura, personas que asuman el desgaste que supone el acuerdo, entendiendo que es preferible este al aplauso vacío, a las frases huecas, a las declaraciones altisonantes de principios que sirven de escudo para guarecerse.

miércoles, 20 de mayo de 2015

DE FIESTA O A REZAR

Faltaba poco para el amanecer cuando se cruzaron los dos grupos. El primero estaba formado por chicos y chicas que apenas sobrepasaban la veintena. Caminaban de forma desacompasada, alguno avanzaba de más, otro se rezagaba; apenas levantaban los pies del suelo, como si fueran presos arrastrando cadenas. Regresaban a sus casas o a picar algo en algún bar recién abierto, la noche había sido larga. Los del segundo les triplicaban la edad, y eso siendo generosos. Su andar mostraba un aire casi marcial: más que caminar, desfilaban. Aceleraban el paso porque las campanas del reloj de la iglesia estaban a punto de dar las siete y con el último tañido habría de comenzar el rezo del ‘Ángelus’ con el que se iniciaba el Rosario de la Aurora. No querían llegar tarde. 

domingo, 17 de mayo de 2015

MEJOR NO MORIR DE VIEJO

Conseguir algo no suele ser cosa fácil, que lo conseguido no se evapore acostumbra a ser más difícil aún. Una de las razones de esta segunda dificultad tiene que ver con la falta de precaución ante ese riesgo, ya que, una vez logrado algo, tendemos a pensar que ya está todo hecho y nos acostumbramos a vivir como si el logro hubiera llegado para quedarse, como si fuera un derecho escrito sobre piedra, y bajamos las defensas. Después sucesivas reformas laborales minimizan las condiciones de los trabajadores, se promulgan leyes mordaza o aparecen estudios sociológicos sobre las percepciones y los comportamientos de nuestros adolescentes en los que comprobamos que, con lo que ha llovido, su visión sobre la homosexualidad no se aleja demasiado de la de sus abuelos o que siguen asociando el control a sus parejas a una prueba de inequívoco amor. Claro, se nos queda cara de tontos, todo lo más, con carita de pánfila incredulidad, nos preguntamos que qué ha podido pasar, que cómo hemos llegado hasta aquí o, a la manera de Vargas Llosa en el inicio de ‘Conversación en La catedral’, miramos atrás para saber en qué momento se había jodido el Perú. La respuesta es muy simple, nada llega para quedarse definitivamente, nada se mantiene si no se realizan esfuerzos para que así sea, si no empezamos por comprender que todo lo que cuesta es evanescente.

jueves, 14 de mayo de 2015

EL ECOSISTEMA

Las estructuras de cualquier organización, bien social, bien institucional, envejecen aquejadas de enfermedades procedentes de los humanos que las forman. Quizá, la peor de ellas sea el miedo a romper con las inercias que, de forma paulatina pero inexorable, se van adueñando de los ritmos de dichas organizaciones. Se van creando estructuras que, a la par que se anquilosan, generan anticuerpos para defenderse de cualquier vestigio de ataque al statu quo.  Al final, las secuencias se repiten día tras día, año tras año, legislatura tras legislatura y se van generando unos ecosistemas en los que solo son capaces de sobrevivir (y no digamos sobresalir) quienes son capaces de adaptarse a ellos.

domingo, 10 de mayo de 2015

DOS ALMAS, UN CUERPO

En distintas proporciones, eso sí, pero todos estamos formados por dos seres que se oponen y, a la par, se complementan como lo hacen el hidrógeno y el oxígeno para formar el agua: el uno ejerce de contable y cuenta, de albañil y construye casas, de tantas y tantas cosas que nos son imprescindibles para el devenir diario; el otro, simplemente, se deleita contemplando un cuadro, se emociona leyendo un libro, se desasosiega cuando un pellizco le rasga el corazón, se le cae la baba cuando coge en brazos por primera vez a su hijo o a su nieto. El alma de un aficionado al fútbol padece también este desdoble. Por un lado está pendiente del resultado, disfruta viendo el fútbol, pero las revueltas del marcador le alteran el ritmo cardiaco; cuando su equipo gana da todo por bien empleado. El otro se emociona y exclama un ohhhh lleno de haches cuando algo imprevistamente bello sucede. Ese momento, esa jugada, se refugia en algún punto de la retina para aparecer de tanto en tanto. Uno de esos instantes mágicos se produjo ayer en el Nuevo Colombino. Óscar ha ejercido de sí mismo en esa versión que, si fuera constante, le habría llevado a la cumbre del fútbol. El pase que regala a Roger en la jugada del primer gol es para ponerse de pie. Pero faltaba lo mejor. El salmantino, en modo genio, se ha inventado un remate que la mayoría de los jugadores no podrían ni imaginar. Lo ha ejecutado con una plasticidad propia del ballet, con un estilo y a una velocidad de karateka, con la precisión de un cirujano. Un gol de los que no se cantan, se admiran. Y se admiran, en este caso, en el pequeño corrillo que se preocupa de lo que ocurre en la ‘remota’ Segunda División. Si la firma la hubieran puesto otros con más renombre daría la vuelta al mundo. ¿Qué se va a hacer? El mundo se lo pierde.  

jueves, 7 de mayo de 2015

LA HEMEROTECA DISPERSA

Queda feo dejar constancia aquí, pero soy uno de esos que lee la prensa en los bares. Ese café, a cuyo pie hace referencia el título de esta sección, es la excusa para acercarnos a la realidad publicada, atiborrarnos de información, confrontar el enfoque –a veces opuesto- que las diversas cabeceras ofrecen de la misma noticia y desmenuzar los distintos puntos de vista desde los que se abordan. En fin, para medio darnos por enterados. Quienes así actuamos, aunque a lo mejor esto sea una generalización estúpida y sea yo el único que respete estas rutinas litúrgicas, dibujamos en la cabeza un paseo que viene a ser nuestra particular hemeroteca dispersa. También, en muchos casos, este café es el origen de una charla que se convierte en el termómetro que indica la temperatura de la calle bastante mejor que cualquier encuesta. Hace nada, en uno de estos ratos, en el momento de ir a pagar el euro que me cuesta, fue la propia camarera la que, a modo de queja, arrancó una conversación: “Hay bares que cobran por el café ochenta céntimos, otros, eso sí, ya cobran más de dos euros”.

lunes, 4 de mayo de 2015

CORRER SIN YUNQUE

Un hombre corría a buen ritmo por medio de la sabana cargando con un yunque que malamente podía sostener con las dos manos. Había comenzado la travesía tiempo atrás con paso ligero; pero, pasado un tiempo, notó que las piernas le flaqueaban, sintió cómo los brazos se le entumecían y cómo el oxígeno ya no fluía. Decidió sentarse un ratito para recuperar el aliento, eso sí, en ningún momento soltó el yunque tal que le fuese la vida en ello. Acertó en ese momento a pasar por allí otro caminante que se percató de la situación de nuestro protagonista y se acercó para interesarse por su estado. Al comprobar que el mal de aquel hombre no era más que el padecimiento propio del cansancio, respiró aliviado, se sentó a su lado y ambos entablaron una distendida conversación. Al poco, el recién llegado se percató de la presencia del yunque y, sorprendido, como no podía ser de otra manera, le preguntó cuál era el motivo de transportar tan pesada carga.