jueves, 5 de noviembre de 2015

DISTORSIÓN DESDE LA CUEVA

Hace casi dos mil quinientos años, Platón ya fue capaz de explicar en su ‘Alegoría de la caverna’ como los prisioneros encerrados en el fondo de una cueva terminan por pensar que las sombras que se proyectan en el interior son la verdad verdadera. Tanto, que si alguno es capaz de salir, cuando regresa y cuenta que lo que allí piensan es falso, tendrá serias dificultades para ser creído. 
Supongo que permanecer encerrado cuarenta años en lo más profundo de una caverna dé, además, para que los prisioneros adapten el lenguaje a la experiencia que viven. Los que entraron con una cierta edad van olvidando paulatinamente lo que sabían antes de la reclusión; para los que allí nacieron no existirá otra interpretación de los hechos diferente a la de la cueva, ni otra forma de contarla. Si por cualquier circunstancia se abren las entrañas de la tierra y los prisioneros empiezan a vivir en la superficie, serán esclavos del lenguaje aprendido en el interior, aquellas palabras seguirán definiendo los mismos conceptos que antes definían.