martes, 17 de octubre de 2017

LA HISTORIA ES UN PUÑETERO CENTÍMETRO

Foto "El Norte de Castilla"
En la escuela ya aprendimos que el teatro clásico -y sus descendientes- se estructura en los consabidos presentación, nudo y desenlace. Un armazón este, también válido para casi cualquier desempeño narrativo o, sin más, argumentativo. El oyente, el lector, recibe la función con la secuencia indicada. El orden de creación, sin embargo, no sigue el mismo camino. El autor piensa primero en el desenlace porque ahí radica el fondo de lo que pretende transmitir. La presentación y el posterior nudo no son más que la excusa para llegar a ese punto culminante en que se presenta bien envuelto el mensaje que se quiere transmitir.