jueves, 29 de noviembre de 2012

ERE EN PORTALBELENOSA

Vamos perdiendo la cuenta, con tanto ERE, uno tras otro, uno a la vez que otro, miles de personas están quedando a la intemperie. Al ser tantos, pasa lo que pasa con todo lo que se convierte en habitual, que lo damos por descontado, que deja de ser noticia. Así ocurre salvo que haya alguna circunstancia tan particular que aporte el color suficiente para hacer que destaque uno de esos expedientes entre tantos que se mueren en el triste archivo de cualquier juzgado.
Tras cientos de años con un contrato eventual, apenas un mes de trabajo cada año, tras varios siglos soportando los rigores del invierno en un puesto de trabajo casi al aire libre, el buey y la mula han sido víctimas de un ERE en Portalbelenosa que no presagia nada bueno. Ambos, metidos en años, sin la fuerza de su época moza, por más vueltas que lo dan, no encuentran ninguna alternativa. Dejaron la labranza por este trabajo, pero ha sido tal el cambio que se ha producido en el campo que su generosidad no puede competir con el motor de los tractores. Su salario, ya dije que el trabajo era eventual, eran magro aunque les permitía vivir todo un año, con muchas apreturas, pero todo el año. Ahorrar era imposible por más que ahora les digan que comieron heno por encima de sus posibilidades.
Caminan despacito, hablan, van deshojando sus miles de recuerdos, añoran cada rincón de los millones de casas en las que estuvieron, pero ya no se les considera útiles, fuera. De vez en cuando hacen un alto, se sientan a un lado del camino y comen las pocas hierbas que han ido recogiendo. En la sobremesa continúan la conversación. Cuando de la boca de la mula sale el nombre de un tal Benedicto, el buey se pone en pie, levanta digno la cabeza: ‘es lo que tiene poner al frente de la empresa a un alemán, vienen a decirnos cómo tenemos que hacer las cosas sin tener en cuenta nuestras costumbres’. ‘No, amigo buey’, replica la mula, ‘no te engañes, los gestores de aquí están tan felices, hacen lo que en realidad quieren y pueden escudarse en que se lo mandan desde arriba’. 

Publicado en "El Norte de Castilla" el 29-11-2012