jueves, 1 de noviembre de 2018

EL TIEMPO SE DETIENE O ESO PARECE

Valladolid vista desde el Clínico
En algunos de los pasillos de un hospital, el tiempo parece detenerse; tanto da si observamos desde una perspectiva realista, elucubramos con material metafórico o nos ceñimos a constatar la potencia aristotélica de las escenas.
En la vida -lo que mal llamamos vida y que no es otra cosa que la suma de rutina y contexto- se abre un paréntesis, una acotación que se aleja y nos permite tomar distancia del día a día que nos arrastra. Hasta allí, apenas llegan ecos de lo que ocurre fuera y lo poco que llega suena, aún más, a teatrillo. Vista desde esa distancia, la pantomima se muestra más claramente como pantomima. Se cerrará el paréntesis, la rueda volverá a girar como antes, nada parecerá haber cambiado; pero me da que, una vez se ha visitado el territorio donde se dirime lo importante, el ruido producido por “el coro de los grillos que cantan a la luna” me rechinará más si cabe. Y se desdeñará tal ruido, pero no sin antes apostillar que es ruido.