miércoles, 5 de mayo de 2021

YO QUÉ SÉ, YA

Al percibir a lo lejos ambas presencias, lanzaremos sendas miradas fiscalizadoras. Mientras nos acercamos caminando frente a frente, observaremos para constatar. Los ojos aprovecharán la cercanía para emitir bien un gesto cómplice, bien una sentencia condenatoria. ¿Tú por qué?, ¿tú, por qué no? En el preciso instante de cruzarnos, miraremos de reojo regodeándonos o maldiciendo, y vuelta a empezar en la imperiosa labor de detectar súbditos crédulos cuya mascarilla simbolice la ingenuidad o egoístas que nos pongan en riesgo por llevar la boca al descubierto. O todo lo contrario.

Lo que hasta ahora era medio certeza puede convertirse en escopeta de feria. El fin del estado de alarma previsto para la próxima semana se parecerá a volver a caminar tras una operación de rodilla, a montar en bici tras haberte reventado la cabeza sin recordar cómo fue la caída. Los límites que hemos soportado, a los que nos hemos acostumbrado, los de usos y horarios, quedan y no quedan. O simplemente, no sabemos cómo quedan. El gobierno podrá o no podrá; las administraciones autonómicas o las municipales, tal vez sí, tal vez no. En medio, los ciudadanos cuestionando al resto en función de cada parecer y los jueces desbordados de trabajo y urgencia.