jueves, 5 de mayo de 2016

EL SER HUMANO COMO MOLESTIA

Al ser humano, el ser humano le molesta. Desde luego es así cuando hablamos de asuntos mayores, por ejemplo en todo lo concerniente a la inmigración, a la llegada de otras gentes al territorio en que vivimos. Vinieron porque se les ‘necesitó’, pero queríamos que fuesen transparentes, que su llegada no produjese más efecto que el desarrollado en sus horas de trabajo. El escritor suizo Max Frisch allá por el 65, cuando sus emigrantes eran los españoles, sintetizó perfectamente este sentir: “Pedimos mano de obra…y llegaron personas”.