martes, 20 de agosto de 2024

TODO CAMBIA MENOS TU AMOR

Tenía razón Gardel cuando en su 'Volver' apuntaba «que es un soplo la vida»; ciertamente, cuando «las nieves del tiempo platearon mi sien» comprendí que «veinte años no es nada» y, con una simple operación, asumí que, cuarenta, el doble, suman un nada de nada. Cuatro decenios, un suspiro, han transcurrido desde que el Valladolid alzara el título de la Copa de la Liga. A punto de cumplir los quince, mi cabeza andaba muy lejos de cavilaciones sobre la evanescencia de la vida. Con cincuenta y cinco, constato que demasiados detalles de entonces parece que sucedieron ayer, demasiadas imágenes se me esculpieron a perpetuidad. Una de ellas, y eso que aún Valladolid tan solo era la provincia intermedia entre la Ávila natal y la Palencia que me acogía: el fulgurante juego de Pato Yáñez, un lujo que el global y mercantilizado al límite fútbol actual imposibilita a equipos como el Pucela. Caramelos para otras bocas insaciables.