martes, 10 de octubre de 2023

ESA HERMOSA MAÑANA

El fundamentalismo husmea el aroma de un señuelo; lo difunde en el fértil terreno del oprobio, allí donde la ley de Hooke –un cuerpo elástico se alargará proporcionalmente a la fuerza que reciba­- dictamina que aparecerán complicidades; acecha en nombre de un bien supremo inmarcesible, invulnerable, que impondrá su verdad, su esencia, su ser; se arroja al abismo descrito en un plan previamente trazado, un plan que sojuzga a los que dice defender porque no son más que parapetos, eslabones, peldaños, piedras en un camino a ninguna parte.

Los portadores del plan vislumbran el dolor; se acercan sigilosamente, escuchan el dolor; acarician con palabras hueras, se apropian del dolor; estimulan con esperanzas paradisíacas, aprovechan el dolor; empujan al vacío, explotan el dolor. Y dolor, más dolor, hijo del dolor, padre del nuevo dolor.

lunes, 9 de octubre de 2023

MIENTRAS HAYA PANTANOS...

Fernando Galindo, el mítico personaje que interpretara José Luis López Vázquez en 'Atraco a las tres', antes de caer subyugado, «un admirador, un amigo, un esclavo, un siervo», por el 'imponente' encanto de Katia Durán (Katia Loritz), batallaba a diario con ristras de clientes que no le suscitaban embeleso alguno. Hastiado de tanta refriega, ayuno de aspiraciones por su mísero salario, acoquinado por unas férreas pautas de trabajo, ya sin el freno afectivo de don Felipe (José Orjas), el cándido y paternal director, Galindo resuelve arramplar con todo: propone, y convence, a sus compañeros para atracar su propia oficina bancaria.

Entre esas clientas ante las que el deber le impostaba una sonrisa se encontraba doña Vicenta, memorable Rafaela Aparicio, la dueña de una vaquería que acudía cotidianamente a la sucursal para ingresar notables cantidades. Una mañana de tantas, ufana con su taco de billetes, pese a su torpeza, abrió con la arrogancia de un vaquero bamboleando la puerta del 'saloon'.

jueves, 5 de octubre de 2023

DE MURPHY AL EFECTO MARIPOSA

Todo, absolutamente todo, interfiere en el desarrollo de todo lo demás. John Barr, protagonista de la novela 'La legión del tiempo' publicada en 1938 por Jack Williamson, puede recoger del suelo un imán o un pedrusco. Un dilema en apariencia intrascendente; una anodina decisión de las que cada día, incluso de forma inconsciente, se toman por cientos;un pasaje olvidado al caer la noche; abre una puerta, la que da acceso a una prolífica carrera científica que aportará a la humanidad conocimientos suficientes para erradicar todos sus males, y cierra la de enfrente, un portón que propicia una vida gris al protagonista, un espacio para el avance científico ocupado por unos seres malvados que allanarán el advenimiento de una tiranía, si elige el imán. O viceversa. Tras la publicación de la novela, a estos puntos en uve, estas bifurcaciones de caminos, se les denomina 'Puntos Jonbar', eventualidades mínimas que pueden suponer giros trascendentes en el desarrollo de la Historia. O de las historias, si hablamos de la ficción. Las ucronías, por ejemplo, se despliegan a partir de la modificación de un hecho histórico cierto, de un Punto Jonbar en el que el autor parte de la elección opuesta a la que aconteció.

lunes, 2 de octubre de 2023

GARBANZOS Y CARAMELOS

lo tonto a lo tonto, una por cada temporada en la que ando disfrutando el privilegio de este huequito, ya he grabado en la cachava dieciséis muescas. En paralelo, 'dieciséis' precisa y 'privilegio' cataloga el tiempo en el que he podido aprender y disfrutar, valga la redundancia, al lado de Javier Yepes. Al margen de todo lo demás, fútbol en píldoras: historias e historietas, experiencia y esperanza, conocimiento profundo y gramática parda, dictámenes y exabruptos, enjundia y chanza... a lo que añade un cúmulo de frases –unas de autoría propia; otras, escuchadas a sus clásicos– que, encuadernadas, conformarían una enciclopedia. Alguna, las circunstancias no se cansan de imitar a coyunturas pasadas, las repite una y otra vez.

En los momentos en que un entrenador altera alineaciones o remueve jugadores pretendiendo que el ruido troque en melodía trae al caso una sentencia de Julio Lasa «hay que poner siempre a los mejores y además colocarlos en su sitio». Lo de los mejores –entendido esto de las múltiples formas en que entendemos 'los mejores'– nos resulta evidente, ante la duda procede elegir al jugador que potencialmente ofrece más recursos. Lo de 'en su sitio', sin embargo, dentro de unos márgenes, adelante, en el medio o atrás, lo relativizamos: entendemos que la calidad no depende de la ubicación. Y no. Nada es aleatorio. Los clásicos, por algo son clásicos, rara vez yerran. En el personal de las grandes superficies figuran encargados de disponer cada producto –los más golosos, a la altura promedio de los ojos; los imprescindibles, no es necesario que se exhiban tanto– en el emplazamiento idóneo para maximizar las ventas.

martes, 26 de septiembre de 2023

HABLANDO CLARITO

Algún hecho, traza de hecho, expectativa de hecho, amenaza de hecho o veleidad de hecho polémico debe andar agitándose en el tintero patrio. Soy así de perspicaz, lo intuyo, me lo huelo. De lo contrario, ¿de qué, si no existiera un magma retemblando bajo nuestros pies, me iba a topar en redes sociales, en mensajes de correo, en conversaciones de bar, con la misma frase, matiz arriba, coma abajo, repetida una y otra vez, expuesta por activa, pasiva y parasintética?  Es de locos, leo y releo, gastar dinero en decir a unos españoles lo que otros españoles andan diciendo. Vaya, que algún compatriota intermediario ejerce el fino oficio de aguzar la oreja cuando un segundo compatriota pega la hebra, tomar nota de lo que escucha y trasladarlo a un tercero que apunta lo dicho. Ciertamente, de locos.

lunes, 25 de septiembre de 2023

APRENDES U OLVIDAS CADA DÍA

Entre que los exámenes de septiembre, como la máquina de escribir o el fax, adquirieron categoría de vestigios del pasado; que en no pocas jornadas de julio y agosto el mercurio, caso de proseguir escalando en los termómetros, hubiera alcanzado cimas poco compatibles con las escapadas en bicicleta; en las sobremesas de este verano que aún se exhibe de cuerpo presente, decidí acoplarme –y me admitieron– a las partidas de tute o dominó que, bajo la litúrgica mirada de Elena, se celebran a diario en el Pachá. Una tarde dedicada a las fichas, tras contar ligero los tantos sobrantes de un cierre, despaché el asunto cantando un sonoro «31 pa' ellos'». No puede ser –me corrigió el rival que se sentaba a mi izquierda–, en dominó, tras cierre, por fuerza, han de sumar par. De par en par, se me abrieron los ojos. Rehíce la operación, ahora con cierta cautela y, tal cual, salieron 32. De estas, como un resorte bien aceitado, me saltó el socorrido «A la cama no te irás sin saber una cosa más» que la concurrencia recibe indulgentemente con una mueca de nonata sonrisa. Al poco, tal vez sin haberme levantado de la mesa, me plantean algo relacionado con el aleatorio material de la conversación, chasco los dedos, me rasco la cabeza, me justifico –«de verdad que lo sé»–, digiero la respuesta en blanco y asumo el volteo del refrán que la acumulación de años procura: «A la cama no te irás sin olvidar una cosa más».

domingo, 17 de septiembre de 2023

LOS UMBRALES DE VALLADOLID

Cuando una buena noticia me acomete, el alborozo dispone mi cerebro a danzar. En cuanto resuena en ella el mondo y lirondo 'qué alegría', la cabeza se me recrea, evoca los años mozos interno en un colegio religioso, se dispara y prosigue tarareando al ritmo de aquella cancioncilla –réplica, luego supe, más o menos ajustada del Salmo 122– que machaconamente se nos grabó 'ad aeternum' en la mollera: '...cuando me dijeron, vamos a la casa del Señor'. Cariacontecidos andábamos en el instante previo a que al (lamentable) partido entre el Valladolid y el 'Efesé' Cartagena (registro los nombres de los malhechores futbolísticos que perpetraron el encuentro para que quede constancia) le brotase un gol a favor de los blanquivioletas. A punto de que el sopor concluyese, de que el árbitro, en vez del fin, indicase un 'por fin' apuntando el camino de otro triste regreso a casa, cuando ya –retocando el verso de Gabriel Celaya– nada esperábamos futbolísticamente exaltante, apareció Cédric en el segundo palo introduciendo con tanta suavidad como determinación la pelota en la portería cartagenera. Qué alegría. Tras cuatro fiascos concatenados; un club, en apariencia desolado; las tuberías de la relación de este con la masa social, abruptamente reventadas... con ruido, demasiado ruido, en el ambiente, el Pucela se reencontró con la victoria.

martes, 12 de septiembre de 2023

LAS PÁGINAS DE LOS ÚLTIMOS FICHAJES

Supongo que aún existen colecciones de cromos de la liga de fútbol. En el pretérito (casi) perfecto en que fui niño me afanaba por completar la colección, pero no me resultaba sencillo, mi presupuesto era demasiado exiguo y entraban muchos 'repes' que tocaba cambiar mediante aquella liturgia que dividía los que te ofrecían en 'silo' (tengo) y 'nolo'. Un año estuve a punto de lograrlo, solo uno se me resistió, el del chileno Carlos Caszely, a la sazón jugador del (entonces) Español.

Según escribo su nombre me percato del casual sentido de la oportunidad, se cumplen cincuenta años de la noche que ensangrentó las calles de su Santiago natal; a la mañana, el medio siglo de que las ondas emitidas por Radio Magallanes certificasen el testamento de Salvador Allende: «Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano». Noche oscura para un Caszely erigido en defensor del gobierno derrocado.

SIN COBERTURA

Una pequeña fábula india relata como media docena de ciegos, intrigados por la fascinación que los elefantes producían a los videntes, pretendieron percibir de primera mano la majestuosidad del paquidermo. Efectuadas las correspondientes pesquisas, lograron encontrar uno, acercarse a él y palparle con tanto denuedo como tersura. “Es tal cual una serpiente”, gritó emocionado el que agarró la trompa. “No, no, se asemeja a un abanico gigante”, refutó quien acariciaba la oreja. “De ninguna manera, resulta ser como una columna, quizá un tronco de árbol”, agregó el que abrazaba una de las patas. “Una pared”, cortó tajante el que se apostó en el lomo. “Yo diría que se trata una cuerdecilla”, susurró tímidamente el que sujetaba la cola. “Dejaos de tonterías y tened cuidado, es una fría lanza”, alertó el sexto nada más tentar un colmillo.