martes, 24 de abril de 2001

LA ESTACA CAE

“Si unos tiramos por aquí y otros tiramos por allá la estaca cae, que bien podrida debe estar”. ¿Se acuerdan de aquella canción de Lluis Llach? De seguro no pensó en el Real Valladolid al escribir su canción. Es el milagro de la poesía. Uno lee unos versos y siente que podría haberlos escrito, dan en la diana. El caso es que lo tenemos ahí. Todos tiraron y al final el Pucela caerá. Y surgirá un caudillo que generosamente se brindará como salvador. ¡Loado sea¡ Todo por unas pequeñas recalificaciones de nada (que es la forma de regalar dinero de todos sin que se note). Y tendremos al Pucela mediocreando por la primera división 6 o 7 años más. Vagabundeando por los caminos de la nada. Le veremos sin recordar el pasado que es la mejor forma de no involucrarnos en su futuro. No soy adivino, les estoy contando lo que ya ocurrió y que, me temo, se repite cíclicamente.

martes, 3 de abril de 2001

ALCALDE PALETO

Escribí la semana pasada que los duelos entre selecciones nacionales afirmaban al troglodita que llevamos dentro. La tesis se amplía. En algunos enfrentamientos entre clubes el virus también afecta. Reafirmamos el “valor” de nuestro lugar de origen y lo trasladamos a una pista despreciando al rival deportivo y a sus seguidores como representantes de otro “valor” que, al no ser el nuestro, consideramos inferior. Las banderas de cualquier territorio, izadas con frenesí por aficionados que confunden el culo con las témporas, desentonan en un ambiente que debiera ser festivo. En este marco sólo se puede calificar como estúpido el comportamiento de unos cuantos obtusos aficionados que, por ser de León, se hinchan de fervor vejando a lo que huela a Valladolid.

Pero lo que es simplemente estúpido se trueca en alarmantemente estúpido cuando quien se deja precipitar por esa corriente de odio tribal es, precisamente, la persona que debe realizar una labor pedagógica y, así, evitar males mayores. Lo que, el alcalde, debió haber dicho, en un arranque de autocrítica, fue “León (Javier) es un paleto”. Yo añadiría peligroso.

miércoles, 28 de marzo de 2001

SELECCIÓN

No soporto el baboseo patriotero que destilan los enfrentamientos entre selecciones nacionales. Entronque con el clan, asidero xenófobo. Ceder la representación de un país. ¡Que barbaridad!. Machacan a los nacionalismos periféricos y asimilan su criptolenguaje cuando de fútbol se trata, en que mal lugar les deja su subconsciente. Me pasma comprobar cómo gozan quienes se regodean el resto de sus vidas lapidando todo lo que tenga un balón de por medio. El deleite que me supone un partido de fútbol se muta en desprecio a los que disfrutan con encuentros (llamarlo partido es una osadía) como el España-Liechstenstein. Recuerdo el chiste de Gila “cuatro mozos pegaban a un niño, dudé entre pelear o no, decidí hacerlo. ¡Le dimos una paliza entre los cinco....!”. Sólo faltaba Enrique Múgica de árbitro e Isabel San Sebastián de animadora.

Si los partidos entre selecciones son inevitables, endemoniado casorio entre la tribu y el comercio, organícenlo sin el desprecio para el fútbol que traslucen los insufribles España-Liechstenstein.