viernes, 29 de abril de 2011

El pilar fundamental para la sociedad debe ser la participación

Entrevista realizada a JOAQUÍN ROBLEDO DÍAZ, por LORENZO PICICCO


Originario de Rasueros (Ávila), Joaquín Robledo Díaz es profesor de apoyo escolar, imparte clases particulares de matemática, física, química y ejerce de periodista (quiere subrayar que no lo es), colaborando con El Norte de Castilla.
Desde siempre activo en la esfera de lo social – ha participado en el movimiento asociativo estudiantil Alternativa Universitaria y Pacifista (MOC) –, ha colaborado en diversos medios de comunicación, tanto en el sector radiofónico con Punto Radio, como en lo de la prensa escrita con El Mundo y El Día de Valladolid.
Fue el impulsor y el primer director de la Oficina de la Paz en Valladolid; es también miembro de la ONG Asamblea de Cooperación por la Paz (ACPP) desde sus inicios, donde ahora ocupa el cargo de Vicepresidente.
Participa también en la vida política local ya que es miembro de la dirección de Izquierda Unida en Castilla y León y – desde 2008 – coordinador provincial de esta organización en Valladolid.
Desde febrero de este año ha vuelto al mundo radiofónico, pero esta vez en calidad de presentador, tomando parte al proyecto de la nueva emisora online Radiocastillayleón.com.
¿Quieres contarnos un poco de ACPP? Ocupaciones, lugares de acción, objetivos..
Es una organización que se crea a principio de los años '90 por un grupo de personas que se hallaban en la órbita política de las izquierdas, pero que pensaban que había que dar un paso más de lo que se defendía como elemento teórico y ponerlo en práctica.
Su propio nombre surge porque al comienzo su trabajo tenía que ver con Centroamérica donde había habido años de dictaduras, de guerras y resultaba que una de las formas para buscar la paz en determinados conflictos, la firma de acuerdos, la incorporación de la sociedad civil a poder participar era que se diera una posibiladad económica a mantenerse. Entonces la cooperación era un elemento básico para poder garantizar que los acuerdos de paz fueran firmados y los procesos de democratización pudieran seguir.
Ahora se trabaja en América Central, en el norte de África, en el Golfo, en Palestina, pero en todos los sitios se intenta mantener el mismo objetivo,que la sociedad participe, sea un poco más activa tanto en la forma de aficiones como en la de los recursos, del apoderamiento; y todo esto se hace con un planteamiento que tiene como fondo cada vez más el elemento de transformación, que parte no solo en entender la cooperación como un hecho arriba hacia abajo, sino como una colaboración en actividades auspiciadas y puestas en marcha por las comunidades locales mismas, no se trata de una invasión de gente...
Estás tocando un punto sobre el que tenía una pregunta. Quería leerte una declaración extraída por el libro “Blanc bo busca negre pobre”, del antropólogo catalán Gustau Nerín, en que critica la supuesta ineficacia de las oenegés que se dedican al desarrollo en países africanos:
“Yo comparo la cooperación con la religión, hay gente que cree que tiene que cooperar con las oenegés aunque éstas no funcionen […] La Ayuda Oficial al Desarrollo agudiza la dependencia de África de los países del Norte; cuando todo lo hacen las oenegés, la sociedad no tiene espacio para nada […] Las políticas de desarrollo son antidemocráticas, bajo el nombre de la tecnocracia se toman decisiones sin consultar a la población local [...]”
Supongo que no estés de acuerdo con Nerín, sin embargo ¿piensas que podría haber algo de verdadero que fomente este tipo de criticas?

La comparto de arriba abajo. Es una reflexión muy de fondo que tenemos que hacer muchas veces: hay mucha gente que cree que lo tiene que hacer porque es bueno, una especie de religión laica.
Allí hay una palabra que es la clave de todo, que es la “tecnocracia”, en la que a decidir todo es gente que, por cuanto técnicamente muy preparada, probablemente no conoce la idiosincrasia del lugar interesado. Deberían ser personas de allí las que planteen cuál sean las actividades, cómo organizarlas y cómo estructurarlas.
¿No es verdad que muchas veces al cesar la actividad de una Ong, la comunidad local vuelve a su condición precedente?
Claro, si tu vas allí y montas una escuela con tus maestros, enseñas durante unos 10 años y después abandonas la escuela es como si no hubieras hecho nada; lo importante es que sean profesores de allí, que haya una estructura que funcione. Y muchas veces esto fracasa. Es importante tratar de entender la visión de la gente de cada sitio, ya que son ellos los que van a hacer todo; pero tan importante como eso es la labor que se hace aquí, o sea entender que las situaciones de desigualdad que se producen parten de una forma de vivir con la que no se puede seguir. Aspirar a que un país como Gabón tenga los mismos niveles de consumo de España es imposible; quizás lo que tengamos que plantear nosotros es cambiar hasta nuestra forma de entender, de producir y de consumir, en suma revisar nuestra forma de vida.
¿Y de quién son las responsabilidades?
De todos. En primer lugar, de quien plantea la cooperación sin haber analizado las causas; en segundo lugar, porque no se ha reflexionado suficientemente a fondo y es mucho más preocupante cuando tiene que ver con los gobiernos, con un interés en que la cosa al fin y al cabo se mantenga y se utilice la cooperación al desarrollo como campaña de imagen.
Querría hablar de la intervención internacional, tomando como ejemplo el caso del mundo árabe en el norte de África, ¿ves la intervención de la comunidad internacional como una ayuda o un daño para la actividad de organizaciones como la tuya?
Yo creo que pretende ser una ayuda para quien ejecuta la acción militar, hecho sobre que no hay ninguna duda y que se esconde siempre bajo bellas palabras. Lo que está claro es que lo que buscan quienes están interviniendo militarmente es sacar algo en su beneficio.
¿Por qué Libia y no Siria? ¿quién tiene la legitimidad de intervención? ¿por qué ahora y no hace cinco años cuando Gaddafi era lo mismo y hacía exactamente lo mismo? En el fondo terminas por no creer absolutamente a ninguna de las razones que se dan.
Puede ser una pregunta bastante obvia, pero ¿quién va a sacar el mayor beneficio de esta situación?
La pregunta no me parece nada obvia. Probablemente tengan nombres y apellidos los accionistas, los dueños, los ejecutivos de las empresas, pero los que se van a beneficiar somos nosotros. Porque nuestros gobiernos y nuestras empresas siguen buscando como extraer los recursos de otras sociedades de una manera o de otra, para que nosotros podamos vivir consumiendo más de lo que producimos; aunque las empresas un poco se aprovechan de mi trabajo, me permiten vivirmuy por encima de lo que me corresponde.
¿Estás satisfecho de la manera en que los medios de comunicación hablan e informan sobre las actividades de la cooperación internacional no-profit? ¿Adviertes una distorsión o incluso una instrumentalización de este servicio por parte de los media o de las instituciones?
Generalizar es muy complicado, porque hay muy buenos programas de información, documentales sobre propuestas di economía alternativa, que cuestionan no solo lo que hace la cooperación, sino también porque existe la cooperación y, a partir de ahì, van a las causas primarias de donde vienen los problemas. Pero no es lo más habitual. Lo más habitual se divide en dos partes: una que tiene que ver con la inmediatez, y la inmediatez tiene que ver muchas veces con el espectáculo, el que informa con todos los perjuicios sin explicar cuales son las causas y que va a ocurrir después; la otra es la que consiste en el espectáculo puro y duro, que se apela al sentimentalismo más simple.
Lo que es cierto es que, sea como sea, la información de todo esto llega muy a gota a gota, porque al fin y al cabo hay otra pregunta previa: ¿hasta qué punto la gente tiene interés en que se le informe con veracidad y profundidad sobre lo que ocurre por ahí?
Si hablamos de televisión ya no se trata de información, sino de puro entretenimiento...
No, no, explica este punto porque es importante la diferencia entre los distintos medios...
No, no se trata de una diferencia entre los medios... Un periódico se supone que es informativo o así debería ser, la televisión – y la radio también en menor medida – tienen algo de informativo pero son medios de puro entretenimiento. Entonces, ¿hasta qué punto la gente elige la opción “informarme” ante la opción “tumbarme-en-el-sofá-y-ver-lo-que-pasa”.
Es que es muy complicado, quizás porque no se haya educado mucho la sociedad en eso, informarse un poco más allá de lo que es chocante en un momento determinado. Se dice que es noticia que un hombre muerda un perro y no que un perro muerda a un hombre, pero si hay un perro mordiendo continuamente a un hombre y los demás no lo saben, a lo mejor es noticia decir que hay un perro mordiendo a un hombre. Es decir, hay que decir que hay sociedades que no pueden acceder a un nivel de desarrollo, que nuestra forma de vivir es incompatible con una justicia que garantice unas condiciones de vida aceptables para todos. Esto ocurre continuamente, a lo mejor por eso esto no es noticia, a lo mejor sí que debería ser noticia que el perro de la injusticia sigue mordiendo a miles de millones de personas todos los días.
Otra área en la que estás interesado y participas activamente es la política, ya que, como hemos dicho, eres – desde julio de 2008 – el coordinador provincial de Izquierda Unida de Valladolid, partido que puede jactarse de una presencia relevante en la historia del país.
Menos de la que quisiéramos y menos de la que nos correspondería en justicia... Hay una cuestión que es básica. A IU le castiga muchísimo un sistema electoral que, a la hora de tener una representación muy homogénea en todo el País pero sin tener un porcentaje muy alto en ninguna provincia, le da como resultado obtener muchos votos que, sin embargo, no van a conseguir ninguna representación. Gracias a esta división en pequeñas circunscripciones, los grandes partidos pueden repartirse todas las representaciones. Se suele achacar que de esto benefician los partidos nacionalistas, que se presentan en las comunidades autónomas o en regiones muy concretas; la verdad es que ellos no salen ni mal parados ni bien parados, sino que tienen un
reparto justo. Pero en comparación sí que se denota de forma muy clara: por ejemplo, el PNV en Euskadi en total obtiene aproximadamente la mitad de los votos que IU, pero al mismo tiempo obtiene cuatro o cinco veces más representantes que IU en el Parlamento.
En tu opinión ¿cuál es el lugar que ocupa Izquierda Unida y la izquierda en general en el panorama socio-político nacional y local hoy en día?
Un papel muy pequeño, y debería jugar uno más importante. Porque, al fin y al cabo, ahora mismo nos encontramos en un momento histórico muy importante, me da la sensación de que estamos en una situación similar a la de finales de los años '30 y principio de los '40. No estoy hablando de guerra mundial, sino estoy hablando de un cambio de paradigma. Hay un momento en que hay un cambio de un sistema a otro: la crisis económica de carácter global que se ha ido produciendo ha roto muchos de los consensos que había; por ejemplo, la socialdemocracia ahora mismo está jugando un papel ridículo comparado al que tenía hace unos años.
¿Te parece que hoy estáis más lejos de vuestros objetivos respeto a hace unos años?
Yo creo que sí, pero... En España se ha producido un fenómeno muy curioso, o no tanto quizá... Hace veinticinco años la gente notaba que todava había ciertos elementos directamente relacionados con lo que se debía tirar, pero la gente tenía ilusión, sabía que la dictadura ya había quedado atrás; pero, ahora, esta ilusión se ha perdido. Ahora la gente no quiere la ilusión por el cambio hacia un nuevo modelo social más libre, abierto y participativo; digamos que esta primera ilusión ha decaido de forma brutal. Estamos más lejos, quizás no porque estemos más lejos, sino porque hay menos ilusión para que se produzca este cambio.
En un artículo de El Norte de Castilla, publicado el 06/07/2008, o sea el día después de tu designación como coordinador, afirmas que “el trabajo social y el político son como las dos patas de un mismo banco, no se pueden separar, y mucho menos con una política como la nuestra de izquierdas”. ¿Podrías aclarar este concepto?
Al principio la gente quería participar en movimientos políticos que no van a ser estrictamente organizaciones políticas, sino movimientos que querían hacer cosciencia política, sin embargo ha habido un desapego. Ahora la gente más joven entra en movimientos sociales determinados, en oenegés, etc. pero cuando se habla de organización política todo el mundo lo tiene como una cosa que da un cierto asco.
Estas dos patas para mí corresponden a mi modo de pensar y de forma de actuar desde años: estar en organizaciones que trabajan para conseguir objetivos de carácter social y en una organización política que defienda principios similares en las instituciones públicas en las que pueda estar representado; y si planteo que no se pueden separar en una política de izquierdas es porque, para mi ahora, el elemento básico tiene que ser la participación.
¿Los ideales izquierdistas están todavía arraigados en sus valores tradicionales?
Yo quiero hablar de izquierdas en plural, nunca en singular porque la izquierda es la suma de muchos movimientos, que tienen como elemento común la búsqueda de un modelo de justicia social; a partir de allí hay mil alternativas, pero ese pilar tiene que ser básico, acompañado por un continuo ir evoulcionando,por eso lo de participación: no se trata de entregar las tareas a alguien que sepa bien la historia, sino se trata de ir viendo que sensaciones, que inquietudes, que nuevos deseos o problemas experimenta la sociedad.
En este período de crisis hay mucho fermento en la vida política española. Estando de acuerdo de que esta situación es el resultado de la combinación de muchísimos y complejos factores, en tu opinión ¿cuál es el error que el gobierno nunca habría debido cometer?
Yo creo que una de las costumbres que caracterizan el partido socialista es la cobardía. Y esa cobardía hace que muchas veces lleguen al Gobierno miembros de la izquierda con discursos que en muchos casos puedes compartir pero, como se enfrentan a la realidad, enseguida cambian y en muchos casos es por miedo, por temor de perder votos o por razones internas toman decisiones muy timoratas.
Haber tomado medidas en el momento de llegar al Gobierno, hubiera supuesto frenar el ímpetu de la construcción, no haber incentivado que se siguiera construyendo a ese ritmo y hubiera supuesto – inicialmente – un aumento en el número de parados; nunca se atrevieron a hacerlo, probablemente hubiera sido una medida imprenscindible. Porque el boom de la construcción, a parte del daño que ha hecho en el terreno económico, ha hecho un daño social muy grave ya que mucha gente, sobre todo de clases sociales menos favorecidas, que se había dedicado al trabajo en lugar de los estudios, se ha encontrado de repente sin la posibilidad de buscar otro tipo de trabajo. Quizás el mayor error sea no haber sabido frenar ese boom inmobiliario, básicamente por cobardía.
Hablemos de Radio Castilla y León, una radio joven y online; elemento que la distingue de las otras radios de toda Castilla y León. ¿Cómo llegaste a tomar parte en este nuevo proyecto?
Es una paradoja que, siendo una radio online, se pueda escuchar lo mismo en Kuala Lumpur que en Palencia pero al mismo tiempo tenga un nombre geográfico.
Yo soy una persona de muy pocos planes, quiero decir que las cosas me buscan y yo me dejo encontrar facilmente. Uno de los chicos, a que di clases particulares hace unos años, me dijo que tenía este proyecto entre manos y le dije que me lo contase con más detenimiento, ya que me apetecía. Es un proyecto, y como proyecto puede que dentro de cinco meses esté siguiendo funcionando muy bien o no haya tenido posibilidad de seguir adelante, pero creo que merecía la pena intentarlo. Me permite de alguna manera poder hacer algo que me atrae, o sea dar voces a la gente que se mueve, a la gente que está orgnaizada, que tenga algo que pueda ser reflexionado, planteado, trabajado o simplemente un poco de frescura.
En tu actividad de presentador te ocurre entrevistar a personajes pertenecientes a los sectores más variados. ¿Cómo preparas una entrevista? ¿Sueles utilizar un método preciso o prefieres experimentar según quién sea el entrevistado?
Lo que hago es muy poco generalizable. Si hubiera nacido unos años después probablemente me analizaría un psicólogo y me diría que tengo un trastorno de atención y seguramente pondría remedio; pero, como no ocurrió, sigo con el trastorno de atención y estoy muy pendiente de todo, muy interesado. Entonces, para las entrevistas, las tertulias o las presentaciones de movimientos sociales, no hago guión – entendiendo con guión un formato cerrado de que es lo que quiero hacer –. Voy con una serie de ideas sobre lo que quiero hacer, y sobre estas ideas y en función de lo que vaya planteando la gente que hay, le voy dando vuelta pero de manera muy espontánea. Me preparo un poco este tipo de ideas, posibilidades de respuestas, buscando un poco como enlazarlas; trato de que sea un poco intuitiva, pero claro, la intuición viene acompañada por la preparación del tema que se está planteando.
Hay que tener claro lo que pretendes sacar en cuanto a ideas, escuchar mucho, porque a menudo el entrevistador está más pendiente de hacer la pregunta siguiente que de escuchar la respuesta del entrevistado. Y esto me cabrea mucho. Entonces pongo mucha atención en el escuchar a la persona que me está hablando para poder enlazar ideas en función de lo que vaya diciendo.
¿En tu trabajo tienes un modelo en quien inspirarte?
No. Hay gente que me gusta mucho y que les escucho, hay gente que me gusta menos y que les escucho, pero creo que lo mejor que se puede hacer siempre es tratar de aprender viendo, pero sin copiar, porque yo no puedo ser otro. Yo soy yo. Yo puedo tratar de escuchar a Iñaki Gabilondo o a Andreu Buenafuente y me puede gustar como hacen las cosas, pero yo no puedo actuar así; sin embargo, es verdad que escuchándole puedes asimilar algo como se asimila un idioma; es un aprendizaje, pero incosciente. En el fondo lo que no puedes dejar es der ser tú, de plantear las cosas como las planteas tú en función de como vives y a partir de allí puedes ser lo suficientemente honesto contigo mismo para saber hasta donde puedes y donde no puedes llegar.
Ahora estamos hablando, en cierto sentido, de técnicas de comunicación; seguimos en esto pero expandiendo un poco el campo de referencia. En tu trabajo – en ACPP, en IU y, por supuesto, en RCyL – la comunicación juega un papel muy importante. La pregunta es: ¿cada diferente sector impone (en general o en tu experiencia personal) un uso de la comunicación, una actitud, un estilo distinto?
Es que yo no puedo hacer de otra manera. Cuando hago una rueda de prensa en IU o en ACPP soy lo mismo, con el mismo lenguaje y en la misma forma; yo no lo sé hacer de otra manera.
Lógicamente habrá que usar estilos diferentes porque en un caso quieres plantear una cosa y en otro caso otra; pero yo, aunque me gustaría, no sé hacerlo.
El problema es cuál sea el sentido de la comunicación: cuando se plantea que su sentido es vender, pues a mí me cabrea, porque creo que el sentido de la comunicación tiene que ser informar. Dentro de este enfrentamiento hay, lógicamente, teorías distintas de como comunicar cuando quieres vender, plantear o convencer. Yo creo, y así digo y actúo, que no quiero convencer porque soy muy poco proselitista, aunque a causa del curriculum político pueda parecer lo contrario; quiero que se planteen argumentos que sirvan para reflexionar, con los que la gente pueda estar de acuerdo o no.
Entonces significa también que, por medio de las diferentes técnicas de comunicación, la realidad de un hecho o de un asunto puede salir de distintas maneras.
Sí, a menudo la intención de la comunicación es convencernos de cosas que no son. Cada vez tiene más que ver la comunicación con la publicidad, la que pretende que tu cojas un producto porque te han convencido que es mejor que otro. A mí me gustaría que la comunicación fuera franca, justa y que lo que se comunica cuando se habla de comunicación fuera la visión que uno tiene y no solo lo que le conviene decir en un momento determinado. Hay que hacer un trabajo que tiene que ver con la semplificación de todo lo que se plantea dentro de este tipo de teoría de la comunicación, que es una forma de esconder la realidad.
Lo único que recomiendo es que uno lea y lea versiones diferentes, que sepa que todo tiene versiones diferentes. La verdad es poliédrica; si quieres comprender como es una cosa de verdad, tienes que verla desde diferentes ángulos.

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