Nuestro sistema
electoral cojea. Por un lado elegimos en listas cerradas y bloqueadas a los
representantes en cualquier institución y, por otro, la representatividad de
cada electo es individual e intransferible. Ambos condicionantes unidos hacen
un pan como unas hostias. Votamos a un partido del que conocemos la voz, como
mucho, de quien encabeza la lista y dejamos en manos de una sarta de
advenedizos la responsabilidad de gobernarnos. Si el sistema electoral reconoce
la libertad inviolable por mandato imperativo de cada cargo público, que se
abran las listas, que podamos conocer a priori quién es y qué opina cada uno de
nuestros representantes. Si, por el contrario, hemos de votar a listas de
desconocidos, estos se deberían limitar a obedecer las indicaciones de cada
partido; sería una democracia sesgada, pero es la que tenemos. Lo intolerable
es lo de ahora, individuos que se esconden en el anonimato protector de unas
siglas y que asumen para sí el poder otorgado por el voto de quienes no les
conocen. Terreno abonado para cualquier corruptor. Caldo de cultivo para asumir
el poder negado por las urnas. En cualquier caso, ¿por qué a los emporios
inmobiliarios les interesa tanto que el PP gobierne las instituciones? ¿Por qué
el precio de los pisos se ha disparatado?
Blog sin más pretensión que la de poner un poco de orden en mi cabeza. Irán apareciendo los artículos que vaya publicando en diversos medios de comunicación y algunas reflexiones tomadas a vuelapluma. Aprovecharé para recopilar artículos publicados tiempo atrás.
sábado, 28 de junio de 2003
lunes, 23 de junio de 2003
TRABAJADOR DE LA CULTURA
El resoplido con el que sello cada artículo
se avino el pasado lunes con el estertor, con la última nota de esa canción que
fue la vida de Compay Segundo. Hijo póstumo de la Cuba española, hermano del
sueño mil veces enterrado de los barbudos; nos deja en herencia una sublime
definición de revolución “el capital más grande de un hombre es poder alegrar a
otros hombres”. Una patada con ritmo de son en los huevos de nuestro
confortable espíritu mercenario. Cada lágrima derramada ante su infinita
quietud es el sudor de las alegrías repartidas al por mayor a lo largo de su
siglo de presencia.
Podría haber escrito sobre el asalto a la
democracia que es el silencio del gobierno, la negativa a ser siquiera
preguntado en el Parlamento acerca de cada uno de sus mil frentes de mentira. O
sobre esa historia de espías y venas cortadas a resultas de la manipulación con
que se nos abocó a la guerra. O de ese misterio insondable que es comprobar,
para los que sufrimos la información basura del dúo Urdaci-Arenas en la TV
pública española, como otra cadena, también pública, la BBC inglesa, cuestiona
abrigada de independencia el papel de su gobierno.
Pero no, no me quemaré –ni les quemaré- la
sangre; escribo paladeando un roncito, seducido por la música de Compay y como
penúltimo homenaje impediré que nada ni nadie perturbe hoy mi felicidad, esa
magia difundida por un trabajador de la cultura.
lunes, 16 de junio de 2003
NOSTALGIA CONTRA NOSTALGIA
Andan los días y los mundos podridos de
religión. Nada es nuevo. Padecemos esa enfermedad autoinmune que lleva a unos
órganos a enfrentarse contra otros dentro del mismo cuerpo que es la humanidad.
Me atormenta imaginar la burda sonrisa de quienes hacen negocio trenzando
señuelos de supuestos más allás eternamente felices en compañías de dioses,
profetas o huríes.
Mueren los que
sufren la nostalgia cotidiana de una tierra de promisión soñando edificar sobre
fangales de sangre la nueva Jerusalén, y matan. Matan a quienes secularmente
habitaron las ásperas tierras del Jordán. Y matan mucho más allá del talión.
Mil ojos por ojo, por diente los dientes de familiares y de los que por allí
pasaren. Y para todo un pueblo hambre, a falta de pan buenos son obuses.
Es sólo un ejemplo,
un síntoma del mal que aquí, lejos de sanar, se infecta. España abandera la
pretensión de muescar a la futura constitución europea con otra nostalgia,
la del cristianismo imperial. Olvidan
que el sueño de una Europa libre y justa mana de las luces enciclopedistas en
que ardieron las supersticiones religiosas. Además, en vez de estudiar eso, en
nuestras escuelas impartirán catequesis. Nostalgias de un pasado que nunca fue.
Ceguera.
lunes, 9 de junio de 2003
MORIR SOLO, SÓLO MORIR
Arsenia y Amalio pudieron haber muerto allá por el año 25 del siglo
pasado, cuando nacer y seguir vivo era arte de funámbulos, pero sobrevivieron.
Hasta el otro día. Quizá mucho antes habían dejado de existir y la fuerza que
arrastraba sus pies no era sino el reflujo del último estertor. Pero de su
muerte física nada supe hasta antes de ayer. Podrían haber muerto en esa guerra
traidora en la que jugaban a esquivar obuses o en esos exangües años
posteriores de estómago vacío, a todo ello resistieron. Por un miserable chusco
llenaron de llagas sus manos y así, año tras año, hasta que la maquinaria les
echó de las prosperas fincas del señorito. En la capital, con tantos como
ellos, encontraron cobijo bajo una chapa, entre cuatro tablones. Sólo varios años
después, incontables horas de trabajo después, compraron una casa digna de tal
nombre. En ella criaron a sus cinco hijos, en ella invocaban a esos axiomas de
la unidad familiar. Pero a su alrededor las viejas estructuras se derrumbaban
antes de construir las nuevas. Dos días atrás aparecieron muertos en su vieja
casa, seis días llevaban sin que nadie les hubiese echado de menos; mas su
muerte se produjo mucho antes, cuando se despeñó la única institución en que
los humildes podían creer: los que tenían cerca.
lunes, 2 de junio de 2003
PADRES ENTIERRAN A HIJOS
Los anhelos de compartir mesa y mantel con
la superpotencia se han convertido en el polvo que ya es aquel avión
desvencijado que dejó en su camino la vida de 74 personas. De doce apenas nada
sabemos, no eran de aquí; en los noticiarios vende menos el sustantivo
“persona” que los adjetivos “español” o “militar”. Cuando, además, ambos se
asocian el calamar chorrea el chapapote de la quintaesencia de la patria.
Decía que los sueños de grandeza de las
Azores no son sino otra más de esas eternas campañas de imagen que pretenden
que veamos lo que no es. Megalómanos discursos que esconden un vacío de
capacidad. Declaraciones de guerra mientras los aviones caen por su propio
peso. No es cebarse ante la adversidad, es, simple y llanamente, el fracaso de
una concepción de la política. Ésa que aparenta un gran pilotaje en las rectas
pero que suelta el volante cuando el camino se curva.
Al final se han llenado páginas enteras
explicando lo que ocurrió o con generalidades humanitarias como excusa. Pero la
gran pregunta que nadie responde es qué necesidad existe de enviar soldados a
pacificar si previamente no se crea una guerra.
Ahora queda un amasijo de hierros, las
lágrimas de unos hijos, el dolor eterno de unos padres... la ausencia para sus
parejas.
lunes, 26 de mayo de 2003
SUEÑO A CUATRO AÑOS VISTA
Se han abierto las urnas, se han contado los
votos y todos han ganado. Pero en Valladolid eso es mentira. Un 44 y pico por
ciento de los votos han sido más que suficientes para que Javier León siga
ejerciendo de rey en esta selva de intereses especulativos en que se está
convirtiendo Valladolid. El aumento de concejales del PSOE les produce la misma
alegría que a un enfermo coronario la noticia de que le han extirpado con bien
un uñero. Izquierda Unida tiene que sentarse
y pensar lo que quiere ser. Trabajar no les ha sido suficiente y la excusa de
sus escasos medios... sí, pero son los medios de siempre.
La ciudad seguirá
engordando a lo ancho y a lo largo sin criterio, la política cultural
permanecerá anquilosada entre los muros de cuatro pomposos museos y la social
al albur de las posibilidades de entidades privadas. Nuestra imagen será la de
un alcalde tosco y tan sincero que en campaña ya nos alertó: el gobierno
central invertirá dinero en Valladolid sólo si gobernamos sus correligionarios.
Al fin es lo que hemos votado. Cuatro años más de fanfarria e inauguración.
Mañana se renueva
un sueño de cambio, hoy, mientras, releo a Neruda: “Puedo escribir los versos
más tristes esta noche, pensar que no la tengo, sentir que la he perdido”.
martes, 20 de mayo de 2003
BIENVENIDA SEÑORA TELE
El
alcalde clamaba desde el balcón del ayuntamiento “vecinos de este lugar, os
debo una explicación, y esta explicación que os debo os la voy a dar”. Tras el
discurso y el rumor previamente propagado todo el vecindario supo que ese
domingo la vuelta ciclista acariciaría la carretera del pueblo y con ella la
televisión haría inmortal al amarillo del cereal recién segado y cada
parroquiano tendría su segundo fugaz de efímera gloria. En el bar, los pocos
que quedan cuando agosto se despide, discutían sobre cual sería el sitio ideal:
a la entrada del puente sobre el Trabancos, la esquina de la señá Lola o la
solana de la báscula. Llegado el domingo la sonrisa se apodero de las mejillas
de unas y otros. Se acicalaron y, entre la misa y los callos, tomaron las
cunetas. Sonó el teléfono de “El cojo” su hijo le decía que faltaban tres
kilómetros, vislumbraba el perfil del pueblo en la tele. Unos segundos de
publicidad y enseguida volvemos. La vuelta ciclista pasó por Rasueros.
lunes, 12 de mayo de 2003
OTRO MODELO DE CIUDAD
El peregrinar cansino de los vehículos
aventando humo y ruido es salpicado periódicamente con esquirlas de música
machacona que solicitan nuestro voto. Es el delirio de una campaña estéril
políticamente de puro vacía. Halagan al oído y, como en los amoríos
clandestinos, tras el frenesí, el olvido. No es que mientan, simplemente no
dicen toda la verdad. Mientras la sociedad es el magma de un volcán en perpetua
erupción, los programas electorales son una amalgama de objetivos deseables,
pero mudos de política. En sus renglones no palpita la vida, huelen a dejación
de funciones de políticos que, en vez de abordar un modelo por el que
transitar, se limitan a enumerar los objetivos anhelados. Unos programas
sepulcros del pensamiento que son el triunfo de los apologéticos del fin de las
ideologías. Promesas de viviendas baratas sin explicar el cómo, un parque allí,
un centro cívico acá. Les iguala en la nada, aparentemente no hay diferencias
sino intereses. Y yo no quiero creerlo. No quiero creer que la alternativa a
este alcalde altanero y simplón sea un polideportivo más o menos. El sueño es
devolver el agua al río seco en que se ha convertido Valladolid y esa es labor
de todos no del que más grite.
lunes, 5 de mayo de 2003
AL CÉSAR LO QUE ES DEL CÉSAR
Dicen que el papa
ha venido pero -a uno no se le casa un hermano todos los días- no he podido
seguir su periplo. Me perdí en ligerezas mundanas. Para ponerme al día leo las
crónicas y son un relato de lo previsible. Podrían haberse escrito antes.
Lisonja y jabón para describir el espectáculo, lipotimias de fans no tan
distintos de los de la Spice Girls, obispos y obispillos que, como el concejal
hortera de turno presentando un concierto de Operación Triunfo, se vanaglorian
del éxito del día. Y bien pensado no es para menos, el líder espiritual de una
parte de la población tenía a sus píes y arrodillados al presidente y al jefe
de estado de todos. Nuestros representantes políticos talaron la dignidad que
sus cargos deberían acarrear. En vez de analizar a la luz de la razón, esculpen
sus valores morales con el ojo dirigido al Vaticano. ¿Por qué se prohíbe la investigación con células madre?, ¿por qué no
se permite formalizar el matrimonio a las parejas homosexuales? Eso sí, cuando
afecta al interés personal, promueven una guerra pese a lo que diga el papa o
San Pedro. ¡Tan preocupados por nuestros pecados y tan poco por nuestras
opiniones!
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