La noticia pasará
de puntillas, parecerá una de tantas, se liquidará en un breve y, media hora
más tarde, nadie recordará haberla leído. Juan López-Dóriga, el director de la Agencia Española de
Cooperación Internacional, deja el cargo.
Pero tras lo anodino de la información, se esconde una realidad
insobornable: si en todas las partidas con algo de contenido social ha habido
una tijera encargada de recortar la silueta hasta dejarlas en los huesos, en la
materia de la que hablamos directamente se ha arrancado la hoja y de ella solo
queda el poco papel que se enreda en el muelle de los cuadernos. La destitución,
la dimisión o lo que haya sido esto, no es, por tanto, un cambio sin más, sino
la consecuencia del sibilino vaciado de un área escondiendo esta miseria moral
en el maremágnum de recortes.
Blog sin más pretensión que la de poner un poco de orden en mi cabeza. Irán apareciendo los artículos que vaya publicando en diversos medios de comunicación y algunas reflexiones tomadas a vuelapluma. Aprovecharé para recopilar artículos publicados tiempo atrás.
jueves, 13 de junio de 2013
jueves, 6 de junio de 2013
JESÚS ‘EL FERRETA’, TRISTE POESÍA
‘¿Qué es violencia?’. Dicen, mostrando la foto que publica un
periódico, que violencia es un contenedor quemado o un puñado de personas
gritando con rabia en la calle. Dicen sin mirar alrededor, Jesús. Dicen, sin ser conscientes
de las consecuencias de sus actos, o peor, siéndolo y resultándoles
indiferentes. Saben que son los amos y el telediario les da la razón, van
ganando la guerra. Han sabido extender el miedo bajo cuyas fauces habita la
resignación, después la nada. La rebeldía sigue siendo un camino sin explorar,
porque nadie se aventura en él yendo solo, sintiéndose poco acompañado.
domingo, 2 de junio de 2013
EL ÁRBOL DE LA VIDA
Cuando Terrence Malick decidió que ‘El árbol de la vida’ era un título idoneo para la película que tenía entre manos, lo hizo sin asociar ese título a ninguna otra cinta anterior. The tree of life sonaba rotundo y definía de un trazo la idea que plasmaba en este poema visual que cuenta la peripecia vital de Jack O`Brien. Malick nos muestra la infancia del protagonista sacudida por dos vientos y de sentidos opuestos: el vendaval paterno quería dotar a Jack de herramientas para poder sobrevivir en una sociedad cruel; la brisa materna solo pretendía acariciar el rostro con la ternura cotidiana. Años después, Jack, ya adulto, es incapaz de encontrar el viento que le marque el sentido al que ha de dirigir las velas de su vida. Camina a trompicones buscando esas respuestas que den sentido a su torpe deambular, pensando que así podrá reconciliarse con su padre que es la única manera de reconciliarse consigo mismo para poder cerrar el pasado.
jueves, 30 de mayo de 2013
AQUÍ ME TIENES, ESPAÑA
Él oye el sonido del teléfono y traslada
el auricular a su oído con la calma propia de quienes han aprendido a someter
todos los movimientos a una disciplina gestual.
-Sí, dígame.
Del otro lado del hilo le llega
la voz cadenciosa de una mujer que, por el tono lastimero, denotaba una
angustia que hacía presagiar una situación desesperada.
-Buenos días. ¿Es usted José
María?
Un sonido gutural le sirve para
dar razón a la pregunta retórica de su interlocutora y que da pie a que esta
vaya perdiendo el miedo y entrando en conversación.
-Me alegro de hablar de nuevo con
usted, no sé si me recuerda, mi nombre es España y ahora, más que nunca, le
necesito.
lunes, 27 de mayo de 2013
VERDUGO REMOLÓN
A José Luis, a pesar de su timidez, no le faltaban recursos para
encontrar novia. De hecho más de una chica estuvo tentada de dar ese
‘sí’ a su propuesta de relación, pero en el último momento todas
salieron por patas en cuanto mentaba su trabajo: parecía que ninguna
quería compartir lecho y vida con quien trata a diario, aunque sea
profesionalmente, con cadáveres. Carmen no tenía mejor suerte, ser hija
de un verdugo era una peste que alejaba a los hombres de su vera. Amadeo,
el padre de Carmen, el verdugo, se topa con José Luis. Al fin y al cabo
ambos trabajan con la muerte y en un Madrid provinciano estaban
condenados a cruzarse. Amadeo debería recibir un piso, pero este, ya
mayor, era consciente de que nunca podría disfrutar de ese beneficio
porque se jubilará antes de la entrega. Entre una cosa, ayudar a su hija
a encontrar marido, y otra, no perder el piso, José Luis es el
denominador común. Si el joven se casase con su hija y aceptase la plaza
de verdugo que quedará vacante tras su jubilación, mataría dos pájaros
de un tiro: tendría yerno y piso. José Luis no veía muy claro el paso de
trasladar cadáveres a fabricarlos él mismo, pero Amadeo le aseguró que
sería poco más que un verdugo nominal, que no tendrá que matar a nadie.
Oída así, la propuesta no le parece tan mal y, aun a regañadientes,
acepta. Pero a las penas de muerte las carga el diablo y José Luis
recibe una orden de ejecución. Quiere dejar el nuevo empleo aunque eso
suponga perder el piso y el sueldo.
jueves, 23 de mayo de 2013
CUATRO LETRAS
¡En qué pocas
letras somos capaces de esconder tantísimas historias! En tan pocas como
cuatro, las que forman la palabra tren. No hay cuatro letras mejor
aprovechadas, cuatro letras que aprietan los botones de la memoria y la
fantasía, cuatro letras que alimentaron sueños, que acercaron a padres e hijos,
que permitieron que los pueblos no fueran tan pueblos, ni las ciudades tan
inaccesibles. Cuatro letras que dieron besos, que nos llevaron a la consulta
del médico o al internado dos veces por trimestre. Cuatro letras con las que
podría empezar cuarenta relatos, unos de trenes perdidos, otros de trenes
cogidos por casualidad. Podría contar cómo aquel día tuve que dormir en una
parada de metro -porque las dos de la mañana del martes ya es miércoles- o
hacerme el dormido porque el dinero en pesetas no me llegaba más que para
Medina del Campo.
lunes, 20 de mayo de 2013
NO NOS PODEMOS QUEJAR
Sucedió una mañana de otoño del año 29 del siglo pasado, al menos así se ha transmitido de generación en generación hasta haber tomado cuerpo como leyenda urbana. John D. Rockefeller Jr se sentó, como cada día a esas horas, en un café donde, además de desayunar, un limpiabotas le daba lustre a sus ya de por sí lustrosos zapatos. Pero esa mañana había algo excepcional en la luz de la cara de ese hombre que se arrodillaba frente al magnate. Así, el hombre, sin poder reprimir el impulso, levantó la mirada y, entre betún, cepillo y trapo, se encumbró de palabra al privilegiado espacio onírico en el que, desde la perspectiva del limpiabotas, habitaban los Rockefeller. No nos podemos quejar de cómo nos van las cosas en la bolsa, dice dirigiéndose de tú a tú, al potentado. ¿A qué se refiere? le pregunta este atónito. A que invierto todo lo que gano en acciones, incluso he pedido un préstamo para comprar más, y en las últimas semanas no dejan de subir, nos vamos a hacer de oro, contestó aquel, satisfecho en este nuevo estatus. Todo lo que gana, barruntaba el segundo de los Rockefeller, todo lo que gana lo dedica a comprar acciones y además ha pedido un crédito ¿quién se las va a comprar a él si no hay un escalón más bajo en esta pirámide? Inmediatamente llamó a sus agentes y dio orden de vender todas las acciones que tuviera en empresas que no fuesen controladas por él. Pocas semanas después los mercados de valores se desplomaron como se desploma un castillo de naipes cuando el viento le sacude. Rockefeller se limpió el polvo de la chaqueta y siguió adelante; del limpiabotas solo se supo que tuvo que dar mucho betún para ponerse al día con el banco, si es que en alguno de sus días lo logró.
El Real Valladolid bastante tiene con sobrevivir, este año la cosecha no ha ido mal, el cerdo ha engordado en condiciones, y se ha garantizado los cocidos del próximo año. Sucede que esta celebración ha coincidido, tanto en el tiempo como en el espacio, con una fiesta absolutamente ajena, la de un F.C. Barcelona que ha jugado como tomando café sentado en el confortable sofá del hotel de su propiedad. Sin nervio, sin tensión. El Pucela ha querido ser cómplice y le ha guiñado el ojo como diciendo: «No nos podemos quejar...». En estas, el Barcelona se ha apropiado de todo lo que ganan los blanquivioletas cuando Jaime se ha apartado ante un tirito de Pedro, y del dinero de un préstamo solicitado por Marc Valiente y depositado en propia puerta. Un crac, como el del 29, que debería servir para aprender a no dejarnos embaucar. No somos ellos, a nosotros la vida nos cuesta mucho más.
Publicado en "El Norte de Castilla" el 22-05-2013
jueves, 16 de mayo de 2013
HACE DOS AÑOS
Hace dos años era nada y era
todo. De golpe la calle dejó de ser solar y recobró la vida, la plaza era, de
nuevo, ágora. La política, esa peste de la que había que huir según los que
siempre vivieron de ella, empezó a ser tema cotidiano de conversación con el
peluquero, con la quiosquera, en el ascensor. Bob Dylan nos preguntaba que cuántas
veces puede un hombre volver su cabeza fingiendo simplemente que no ve. Súbitamente
se sufría por los efectos secundarios de la ingenuidad, haber regalado la
política a unos pocos, haberla dejado en manos de unos personajes que se fueron
convirtiendo en casta. Y así, con la desfachatez de quienes se saben
impunes, regalaron el país para quedarse con las mordidas. No fueron muchos los
que se lo llevaron crudo, pero fueron pocos, muy pocos, los que mantuvieron la
dignidad, los que denunciaron que ‘la ley’ venía dictada desde arriba para que
se sirviesen de ella como de un guante blanco. Regalaron el país mientras
fingían emocionarse con sus símbolos, estos patriotas de pulsera rojigualda
lloraban ante la bandera mientras entregaban en bandeja a sus paisanos.
domingo, 12 de mayo de 2013
EL BOSQUE DEL MIEDO
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