miércoles, 20 de enero de 2021

EJERCICIO DE MEMORIA COLECTIVA

‘Cienes y cienes’ de veces, tal vez alguna menos, me han preguntado si veo los partidos con una idea previa de lo que voy a escribir para luego, con fuego, martillo y yunque como el herrero en la fragua, amoldar tal esbozo a lo que ocurrió en el campo. La respuesta es ‘no’, nunca. Me siento a ver el fútbol sin plan preconcebido. Hasta hace unos años, iba tomando notas, dibujando el boceto mental que, cuando el árbitro daba por concluido el encuentro, habría de tomar la forma de artículo terminado. Desde que el jefe de este negociado me propuso escribir sobre una foto que él elegiría del partido, ni eso. Veo el partido, espero la elección de la imagen, la observo hasta memorizarla, rebusco en mi cabeza algo que servirá de base para hilvanar el texto…

miércoles, 13 de enero de 2021

SON LOS PADRES

Aunque los hechos se produjeran ya en la media tarde de aquí de ese seis de enero, el estruendo nos desconcertó tanto como para hacernos creer que despertábamos unas horas antes, a media noche, de un sueño profundo para descubrir frente a nosotros la impostura: nuestros padres dejando discretamente unos regalos sobre los zapatos que, bien embetunados, habíamos colocado horas antes sobre el poyo de la ventana.

De golpe, para quien de antemano no lo tuviera claro, hubo constancia de cómo funcionaba la mascarada: la democracia son los padres y los padres somos nosotros. La apariencia de libertad civil en la que vivimos a la que denominamos con ese pomposo nombre, ‘democracia’, solo es posible si actuamos como si creyéramos en ella, nos dotamos de unos usos y liturgias propios y reconocibles y actuamos en consecuencia. De lo contrario, el cuento de los Reyes Magos se nos viene abajo.

lunes, 11 de enero de 2021

AQUEL QUE DIU

Al oír su nombre, la chavalería pondrá cara de ‘de quién me estás hablando’; de los de mi generación para arriba, de ‘parece mentira que haga ya veinte años que se murió Eugenio’. Cuatro lustros ya desde que el humorista de negro, el del rictus extremadamente serio, el del cigarrillo y el ‘¿saben aquel que diu?’, ya ‘no diu res’. Antes, sin embargo, comprimiendo su filosofía en esas pildoritas de humor aparentemente absurdo, había dicho mucho. Ya entonces, nos presentó a un señor que tenía un reloj demasiado parecido al Real Valladolid de esta temporada.

Verán. El hombre en cuestión se hizo con un reloj de oro porque un vecino que necesitaba liquidez se lo vendió a precio de ganga. Al llegar a casa, orgulloso, su mujer le bajó los humos: no tenía sentido el gasto, era mucho riesgo llevar en la muñeca un objeto de tanto valor. Para evitar cualquier fatalidad a ella se le ocurrió comprar uno idéntico pero de chapa dorada y dar el cambiazo. Así las cosas, nuestro hombre acudió al trabajo y le comentó lo del reloj a una compañera. Esta entendió que le habían engañado, que era falso. Incrédulo, el Fulano para asegurarse visitó una joyería. El joyero constató la teoría de la amiga: falso de toda falsedad. Obviamente, no dijo nada en casa.

domingo, 3 de enero de 2021

VA Y ME LA PARA

La historia sucede hacia adelante y se relata mirando para atrás. De esta forma, cada hecho posterior, bien aporta sentido y trascendencia a lo anterior, bien lo sepulta bajo siete capas de polvo. Ayer, por ejemplo, se cumplían 529 años, que ya son, de las Capitulaciones para la entrega de Granada que supusieron el último capítulo de la Guerra entre los reyes de Aragón y Castilla y el sultán nazarí, Muhámmad XI, conocido por estos pagos como Boabdil el Chico. El relato de esa postrer batalla entre reinos cristianos y musulmanes se narra como fundamental en la historia de España. Mirado desde aquí, resulta innegable. Una trascendencia que habría sido radicalmente distinta si el católico Fernando, tras enviudar de mi casi paisana la no menos católica Isabel, hubiera logrado su propósito de preñar a la joven Germana de Foix y, de esta manera, haber engendrado heredero para su reino aragonés. Pero fue como fue, no hubo descendencia, y así se cuentan las cosas.  

Discutir sobre ‘lo que habría ocurrido si…’, es un ejercicio que puede resultar grato pero no pasa de un juego intrascendente. Sabemos cómo ha jugado el Pucela los últimos mil días y sabemos que tal apuesta ha servido para navegar tres años en Primera. Especular airadamente sobre qué hubiera ocurrido con otras decisiones resulta ridículo. Tanto podríamos haber vuelto a la Segunda como haber logrado pasaporte hacia competiciones europeas. Lo que sí parece cierto es que existían otras formas de jugar menos pacatas y que el Pucela tenía y tiene mimbres para ello. Sin ir más lejos con las que ayer nos sorprendió Sergio. Unir en retahíla a Mesa, Kike, Toni, Jota y Weissman sonaba bien. Luego, la historia, ya se sabe, se desconoce hasta que sucede. Y sucedió. Pasada la hora y media de partido, disfrutamos de un juego más agradable sin perder eficacia. La portería propia volvió a quedar a cero y la ajena fue vacunada una vez -suficiente para obtener los tres puntos-; pero pudieron ser más: se unieron dos de esos jugones citados, Kike y Jota, y dibujaron una jugada virtuosa que concluyó con un paradón sorprendente de Yáñez cuando ya andábamos celebrando.

jueves, 31 de diciembre de 2020

VERBOS ACABADOS EN ‘VIR’

De subir: el Pucela subió en aquella primavera del 18 cuando nadie daba un duro por el ascenso. El irregular periplo de aquella temporada estampaba en la clasificación el nombre del Valladolid fuera de cualquier puesto con opciones. Entonces llegó Sergio. Parece que ha pasado una eternidad; mirado en perspectiva, fue casi ayer. La historia de estos mil días es de sobra conocida.

De concebir: Sergio concibió una idea de juego que se sustenta en la quietud, en que en el rectángulo ocurra cuanto menos, mejor. Si de ese poco, algo nos beneficia, miel sobre hojuelas.

De prescribir: prescribe. Es su responsabilidad. Son sus decisiones. Ha sido eficaz si medimos en términos resultadistas.

miércoles, 30 de diciembre de 2020

NO IR NO ES ‘NO IR’

Nadie, ni la mejor de las actrices, refleja en su rostro a la vez dos emociones antagónicas con la naturalidad de una madre educada en el tronco del siglo pasado. Así, sin aspavientos ni imposturas, con los matices de una simple mirada es capaz en el mismo instante de reñirte y alegrarse por tenerte delante; de hacerte saber, además, que ambos sentimientos son profundos y sinceros. Tu padre asiente, comparte, pero la gama de colores de su paleta es menos fina.

No hubo festejo, ni seguramente cuerpo que lo hubiera aguantado. La incertidumbre, el desasosiego, son como banderillas clavadas en lo alto del morrillo: desangran, achican la fuerza, laminan la moral. No vas porque no vas, qué les voy a explicar, pero una cosa es ‘no ir’ y otra, no ir; una cosa es no celebrar y otra, no ver. Medina. La bici, mi bici. Rasueros. Saludo desde el corral. La mirada. Todo dicho. Más pedales. Arévalo. Hasta la energía parece otra.

jueves, 24 de diciembre de 2020

EL CERRAJERO INNECESARIO

Habrá no menos de un centenar de películas malas del oeste, de esas indistinguibles unas de otras que, en horario de sobremesa, compiten con los documentales de animalitos y tierras salvajes de la 2 por ser los elegidos para propiciar la modorra, para facilitar la cabezadita, que comienzan presentando a los integrantes de la banda, mayormente de forajidos, que se forma para desarrollar lo que ha de ser la trama de la historia. En esa exposición inicial van desfilando el experto en explosivos, el tirador diestro, el avezado jinete, un cartógrafo o alguien que conoce el terreno en que se habrá de desarrollar la operación… Cada uno de ellos entra en acción en un momento concreto de la película, asume protagonismo con el advenimiento del tiempo en que se ha llegado a su parcela de responsabilidad y, una vez rematada, entrega el testigo al siguiente.

El último en participar  -un personaje gris, silencioso, carente de gracia, incapaz de llamar la atención; un tipo de cuya presencia ni nos habíamos percatado hasta que entran en la oficina del banco o en el vagón del tren que pretenden asaltar- es el cerrajero, el encargado de abrir la caja fuerte en la que se acumula el objeto del deseo de la camarilla, el leitmotiv que los aglutinó: los resplandecientes billetes que suman miles de dólares.

lunes, 21 de diciembre de 2020

LA VIRGEN Y EL SANTO

Abro el whatsapp en el que Miki me envía la foto que ustedes ven ahí arriba. Me pilla, ¿cómo no?, en mi vieja silla de oficina a la que Javi Bolaños le puso patas nuevas hace apenas un par de semanas. La pobre había dejado de sostenerme. O de aguantarme. El émbolo de gas se le hundió irremisiblemente tras haber sufrido los estragos causados por dos demasiados: mi peso y las horas acumuladas sobre ella. En la mesa, recién rematada, ‘La transparencia del tiempo’, la penúltima novela de Leonardo Padura. En sus páginas, el ex policía Mario Conde investiga en su Cuba el robo de la imagen de una Virgen negra labrada en el Viejo Continente durante el Medioevo. La figura, incólume en su entorno pirenaico después de siglos de andanzas, tras sobrevivir a guerras, incendios, desesperaciones… amenazas anticlericales, pierde una mano en el postrer trasiego trasatlántico allá por el 36 del siglo pasado.

miércoles, 16 de diciembre de 2020

SEÑOR POLICÍA, A BARRABÁS

Déjense de errores históricos ni de metafísicas sobre el sentido de la justicia, el gentío que se arremolinaba en la calle gritó ¡a Barrabás, a Barrabás! porque entendió que, para Pilatos, el tal que lanzó la pregunta al aire, esa era la respuesta correcta. Imagino la cara de  tensión de cada uno de ellos mientras, como cualquier concursante del Pasapalabra, espera la sonrisa de aprobación del presentador dando por buena la respuesta, teme el rictus subsiguiente al error.  

De igual manera, pierden valor científico las encuestas. Seguro que hay rigor en todo el proceso, desde la conformación de la muestra hasta la aplicación de las fórmulas matemáticas, pero fallan las respuestas, más destinadas a aprobar un examen, a caer en gracia al encuestador, que a ser material de estudio sociológico.