domingo, 7 de octubre de 2012

TESTIGO DE CARGO


La letras de este artículo van tomando posesión de su terreno mientras Manuel Galiana protagoniza en el Teatro Zorrilla ‘Testigo de cargo’. La obra creada por Agatha Christie sirvió al maestro de maestros, Billy Wilder, para impartir otra de sus lecciones cinematográficas. El argumento parece simple, un treintañero atractivo es acusado del asesinato de una rica viuda con la que tiene una relación a medio camino entre una simple amistad y los amoríos que se podía permitir una dama de tal condición en la Inglaterra victoriana. Un abogado, probablemente el más reputado del reino, a punto de retirarse obligado por la edad y la poca salud, asume la defensa convencido de la inocencia de su cliente. Todas las pruebas parece que están en contra pero son circunstanciales, ninguna le puede condenar por más que siempre haya un hilo de sospecha. El fiel de la balanza permanece en todo lo alto y solo hay una persona, la mujer del acusado, que puede hacerla inclinar a uno u otro lado. En una doble y medida intervención, primero llamada a instancias del fiscal y después del defensor, consigue que el jurado obre según sus intenciones. Una frase final del abogado resume la dialéctica que late en toda la película: justicia y ley no van necesariamente de la mano. Es más, a veces la justicia y los procesos judiciales son como una tesis y su antítesis. 


La justicia no puede ser otra cosa que una aspiración humana porque no está al alcance del hombre el conocimiento de toda la verdad ni tiene potestad de llegar al corazón de todas las personas para conocer las causas que propiciaron el delito. Visto así, cualquier sociedad solo puede aspirar a crear un sistema lo menos injusto posible pero siempre falible. Por esto es mejor un sistema garantista que prefiera un culpable en la calle a un inocente en la trena a todo lo contrario. Por esto sería bueno que la sociedad pudiera cuestionar (aceptando) las decisiones judiciales partiendo de los argumentos desgranados en los autos y nocivo que se atacase a los jueces cuando el resultado de sus deliberaciones no coincida con nuestros deseos. Pese a todo, existen circunstancias que imposibilitan el acercamiento siquiera al ideal de justicia, el más nítido se explica a partir de la distinta capacidad económica de los ciudadanos ya que quien tiene más medios podrá esquivar las consecuencias penales de sus actos al poder contar con un buen equipo de abogados que será capaz de entorpecer, mediatizar e influir en el resultado de una sentencia. Ya conocen el aforismo, es más fácil ir a la cárcel por robar una gallina que por saquear un banco desde los puestos de dirección.

Un partido de fútbol es, también, una pequeña sociedad con su normativa y sus jueces. Partiendo de la base de la falibilidad de estos, Borbalán no dio ni una, lo cierto es que hay equipos cuya estrategia se basa más en el estudio de los límites del reglamento, de las argucias para caminar sobre su filo, de la pericia para condicionar al juez, recordemos, un ser humano, que en las facetas propias del juego aunque sin olvidar estas. El Espanyol de Pochettino es uno de ellos. Al menos de momento es un equipo que no propone sino que imposibilita encrespando, que no busca el juego sino que lo evita, que conoce la cobardía de la mayoría de los colegiados para sentirse impune. Si el fiscal, llámese R.Valladolid, no está fino será incapaz de condenarle con la pérdida del partido. Con o sin justicia.



Publicado en "El Norte de Castilla" el 07-10-2012

jueves, 4 de octubre de 2012

«Endeudarse para financiar bancos que han actuado mal es absurdo»

El profesor de Economía Aplicada de la UAB Arcadi Oliveres recuerda en Valladolid que el porcentaje de población en situación de pobreza ha crecido en los últimos años en España.


El profesor de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona Arcadi Oliveres ha visitado Valladolid invitado por el Área de Cooperación de la Universidad de Valladolid. Este economista, miembro de Justicia y Pau y uno de los impulsores de ATTAC, se caracteriza por el uso de un lenguaje que acerca la economía al común de los mortales. «Un dato, en 1986, Caritas publicó un informe sobre la pobreza en España y advirtió de que la pobreza afectaba a un 20% de la población, que en aquel momento era de 40 millones de habitantes. De eso hace más de 25 años. Esta pobreza existía, escondida pero existía. Ahora se ha puesto más de relieve y el porcentaje ha pasado hoy al un 26% o un 27%. La situación se ha agravado pero existía antes», apunta Oliveres.
–¿Ha hecho la banca algo distinto de lo que podíamos esperar?
–Había un elemento relativamente tramposo y era que en el mundo de la relación entre el banco y el cliente se establecían unos falsos vínculos de confianza que han sido muy rentables para los bancos y muy perjudiciales para los ciudadanos.
–Sin embargo lo que observamos es que todos los responsables de la banca salen de rositas.
–Es inconcebible que en esta situación, los bancos hayan sido ayudados públicamente y que ni un solo banquero, ni un solo responsable, haya sido procesado. Se han dado casos en otros países en los que los banqueros han sido juzgados, como es el caso de Islandia.

–Se habla de la deuda como uno de los factores que han desencadenado la crisis. ¿Hasta qué punto esta deuda es legítima?
–Endeudarse para aumentar las pensiones o las prestaciones de la Seguridad Social, me guste o no me guste, me compromete a pagar a los bancos que me hayan dejado el dinero, pero para financiar a los bancos cuya actuación haya sido incorrecta o para financiar la intervención en algo tan absurdo como la guerra de Irak, no tiene sentido, lo que hace falta es una auditoría de la deuda para saber en qué medida la deuda es legítima o inmoral. ¿Cuál es el problema?, que en agosto de 2011 los partidos mayoritarios se burlaron de la ciudadanía mediante un acuerdo para modificar la Constitución. En este acuerdo se consagraba que lo primero que hay que pagar son las deudas de carácter financiero antes que las responsabilidades sociales.
–Es experto en gastos militares ¿se están produciendo recortes en la misma medida o se siguen manteniendo los mismos gastos?
–Los presupuestos de Defensa engañan a los ciudadanos. En 2012 todos los ministerios sufrieron recortes innecesarios, el Ministerio de Defensa también pero no es así en el gasto final porque los ministerios reciben complementos de presupuestos. Hace tres semanas pude leer que tendrá un incremento de 1.800 millones de euros, esto significa que su presupuesto aumenta un 28% respecto al año anterior, esto no ha ocurrido en ningún otro ministerio.
–España, en el contexto de la Unión Europea, o la propia UE están en un proceso en el que se reinventan o mueren por inanición. ¿Es posible vislumbrar el futuro con optimismo?
–Con la actual UE no. Antes era una aspiración, cuando en mi juventud, en el franquismo, de Pirineos hacia arriba se encontraba la libertad que aquí no teníamos. Pero la verdad es que esta ilusión se ha acabado, hoy, esta UE es decepcionante.
–El mensaje no puede ser más pesimista
–Pese a lo dicho yo soy optimista, porque con la voluntad de los ciudadanos cambiarán las cosas.
Publicado en "El Norte de Castilla" el 04-10-2012

DE MUERTE NATURAL

Treinta y cuatro años no son ni muchos ni pocos, pero ven pasar mucha vida por delante. Tanta, que los que no hemos superado el umbral de los cincuenta y cinco aún no éramos adultos cuando se aprobó la Constitución que nos rige y que, hija de su tiempo, ahora parece huérfana y desvalida porque en realidad nadie la quiere.
Nació triste, fue como esa hija gestada por una pareja corroída por el desamor con el único fin de arreglar una convivencia enconada. Consenso la llamaron, un nombre que no es otra cosa que el miedo de unos a otros, el miedo a la libertad, a la diversidad de opiniones, en fin, el miedo a la democracia. Debido a su falta de cultura política, los padres prefirieron pactar los aspectos de la educación en los que podían llegar a un acuerdo y dejar para nunca lo que parecía irresoluble. En los días en que no hacía ni frío ni calor, podía salir a la calle con  gorro  y bufanda, obsequios de la abuela paterna, y esos pantalones cortos que un día le regaló el abuelo materno. Un adefesio asumido con el propósito de no discutir.

lunes, 1 de octubre de 2012

PlLIEGO DE DESCARGOS

Música sobre música, la voz de Paco Ibáñez adueñándose de los versos de Gabriel Celaya, «Cuando ya nada se espera personalmente exaltante». Nada, absolutamente nada, esperaba de Manucho. Su presencia y mi impotencia caminaban a la par. Nada se puede esperar de quien, a lo largo de los años, no ha mostrado el más mínimo interés por ejercer de lo que indican los documentos cuando se le pregunta por su profesión: futbolista. Hasta hoy.
«Cuando se miran de frente los vertiginosos ojos claros de la muerte, se dicen las verdades: las bárbaras, terribles, amorosas crueldades». Aquí no le querían, fuera nadie le buscaba. Se había convertido en un lastre, un oneroso contrato que había que asumir, un tiempo de espera para que tomase las maletas rumbo a ninguna parte, un aspirante sin aspiraciones. Olía a cadáver de futbolista. Hasta hoy.
«Poesía para el pobre, poesía necesaria como el pan de cada día, como el aire que exigimos trece veces por minuto». El que no suma, resta y restar cuando el sustraendo es escaso deja el resultado en casi cero. Ningún equipo puede permitir dar ventaja al rival, pero menos los pobres, los que necesitan cada bocanada para sobrevivir, los que con cada error construyen una tumba y la desidia es el peor de sus defectos. Manucho reía mientras la grada lloraba, brincaba, corría, pero no aportaba. Y el Pucela se desangraba. Hasta hoy.
«Maldigo la poesía concebida como un lujo cultural por los neutrales que, lavándose las manos, se desentienden y evaden». Carreras sin sentido, intentos fallidos por pretender hacer lo que no sabe, piruetas sin sentido, arabescos inofensivos, saltos a destiempo, dispersión. Hasta hoy.
Hoy hemos visto un futbolista, un joven implicado con el colectivo en el que está inserto, cuyo esfuerzo tenía como único sentido el apoyo a los suyos, cuyas decisiones fueron siempre las correctas, cuya actitud es la requerida, cuya capacidad se aprovecha. Ni ha intentado lo que no sabe, ni ha corrido cuando no debe. Su partido de hoy ha sido sublime, no se le puede pedir tanto todos los días en cuanto a la eficacia pero sí puede mantener esta actitud.
A veces parece que le ha pasado lo que a tantos niños al poco de llegar al colegio; se les asigna un papel, el de listo, empollón, torpe, graciosete... y esta marca inicial se convierte en profecía autocumplida. Debe saber, seguro que sabe, que este es el camino, que a pesar de los jaleos a sus comicidades, él es futbolista, no bufón. Puede parecer duro, pero así lo pienso porque «Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse» y hoy Manucho ha demostrado tomar partido: tiene la palabra.


Publicado en "El Norte de Castilla" el 01-10-2012

lunes, 24 de septiembre de 2012

EL AZAR Y LA SORPRESA

Un puñetero segundo, un maldito centímetro, separan lo intrascendente de la tragedia. El mismo hecho puede servir para enriquecer la colección de anécdotas o marcar el inicio de nuestra desgracia. No ocurre con frecuencia, pero todos podemos recordar algún instante eterno que pudo haber cambiado definitivamente nuestro destino. Lo peor es que esa minucia que sirve de frontera no está, a menudo, en nuestras manos. Woody Allen, en Match Point, lo planteó de forma nítida: un asesino se puede convertir en un millonario felizmente casado o terminar sus días en la trena. Un anillo lanzado al agua toma la decisión. Jaime, el portero pucelano, falló estrepitosamente la semana pasada. Costó un punto y, por ello, fue sometido a un juicio sumarísimo. Le perseguirá cada vez que el Valladolid eche de menos ese puntito. Un error del mismo rango del portero del Atlético de Madrid no resta nada a su equipo,; consecuencia, se olvida tras el pitido del árbitro. El joven Courtois no tendrá que dar explicación alguna. 

jueves, 20 de septiembre de 2012

ADIÓS COMPLACENCIA, ADIÓS



Cien mil, medio millón, tanto da, mucha gente. Cada uno arrastra una historia. La gran mayoría se han ido incorporando a medida que su situación particular se deterioraba, desfilan en el mismo orden en que han sido despedidos. Muchos sueñan con que las agujas del reloj giren en sentido inverso hasta llevarnos de nuevo a 2005. No saben, no quieren saber, que no es posible ni deseable; que toda borrachera lleva en sí una resaca, que 2005 es el padre necesario de 2012 y lo que queda por venir. Caminan por el centro de Madrid sintiéndose germen de un futuro distinto por el simple hecho de invocarlo, pero el futuro nunca acudió así. Llegaron a la capital llamados por todos y por ninguno, por cientos de movimientos sociales y por los sindicatos, llamados por las hostias recibidas y atemorizados por las que quedan por recibir. Al final se oyeron palabras, sonaron a esperanza forzada, a lo que la liturgia requería, a cura de pueblo prometiendo el paraíso en latín. Los oradores parecían contar cabezas como si el objetivo fuese reunir multitudes en torno a una plaza. Se oye la palabra éxito como si ante sí no tuvieran la muestra de un fracaso al que han contribuido por falta de audacia, por conformarse con mantener lo que aparentemente iba bien. Pasó el momento pero las cabezas siguen ancladas en los días de vino y rosas, se siguen preguntando qué pasó en vez de coger con fuerza el adónde queremos ir.
Ser sindicato no es compatible con vivir sin audacia. No pueden ser por más tiempo meros gestores de un descontento para canalizarlo dentro del sistema. Esta dejación, por lo que el ‘poder’ les llama responsables, sería la mayor irresponsabilidad y su tumba. Hablan de un cambio de valores, es ridículo, ese cambio ya se está dando: no se puede sobrevivir con los mismos valores cuando creemos que sobra, que cuando se palpa la escasez. Han de olvidar la palabra éxito, asumir su fracaso, el de todos, y arrancar de ese desencanto la fuerza para dar la vuelta a la sociedad. Cien mil, medio millón, tanto da, poca gente. 

Publicado en "El Norte de Castilla" el 20-09-2012

martes, 18 de septiembre de 2012

SIN TIEMPO

Los días pasan así, como sin que nadie los tocase. Unas veces es la rutina, que parece garantía de que nada malo puede ocurrir, total, repitiendo los mismos pasos son previsibles las mismas consecuencias. Otras la cobardía, el sí pero no, el que piensa pero no se atreve, el que decide pero no hace, el pasito palante, María, que conlleva dos zancadas atrás. O la indefinición, que impide ir a un sitio porque hay otro o al otro porque hay uno, o las convenciones que impiden que nos salgamos de esas dos rayas en las que nos enseñaron a enclaustrar las letras. Son cuerdas que aprietan nuestras muñecas, inutilizan nuestras manos y cercenan los caminos que llevan el oxígeno al cerebro, son días de madrecita que me quede como estoy, de encender la tele y ver multitud de pases en el centro del campo y acostarse con cara de cero cero inicial

jueves, 13 de septiembre de 2012

CURSO NUEVO, VIEJOS USOS

Sentado en uno de esos pupitres que cualquiera que tenga más de cuarenta años reconocería como suyo, borraba las palabras escritas a lápiz en la cartilla de dos cursos atrás. Mi hermano acababa de entrar en la escuela por primera vez y en su raquítica cartera llevaba un cuaderno sin estrenar, un escaso estuche y una cartilla heredada. Se sentó a mi lado -entonces en la misma aula vivíamos niñas y niños de diversos cursos- y tímidamente colocó sobre la mesa lo poco que de casa había traído. Le cogí la cartilla y me dispuse, goma en mano, a dejarla como nueva.