jueves, 27 de septiembre de 2012

JUNTOS O REVUELTOS

España nunca se ha casado. Sus pueblos, sus gentes, viven en un país que se fue forjando a golpe de conquistas de norte a sur y de guerras a este y oeste, pero en el que no existe un hecho fundacional, ni un Bismark o un Garibaldi sobre los que repose la mística de una historia común. Aquí, la unidad se forjó a golpes y esa realidad ha inoculado en la sangre el virus del victimismo, ha llenado la piel de granos como los que a los adolescentes les generan múltiples complejos. El caso es que llevamos siglos queriendo saber lo que somos e imponiendo al resto nuestra conclusión. Así, lejos de actuar con la naturalidad que requiere cualquier gobierno, con el sosiego que necesita cualquier población, se toman decisiones por el miedo a lo que pueda pasar o con la voluntad de aglutinar a los propios demonizando a los que reniegan de serlo y viceversa.
El historiador británico Eric Hobsbawm escribió que los nacionalismos son utopías que compensaban las frustraciones de las clases populares pero que venían propuestas por élites que obtenían réditos de ello.
Volvemos a darle la razón, envueltos en las banderas somos incapaces de ver cómo los flujos económicos son ríos que nacen en los bolsillos de la gente más humilde y desembocan en el mar, las cuentas infinitas de los más poderosos. De uno y otro lado.
La crisis económica acaba de empezar y ya se ha puesto en cuestión la arquitectura del estado, unos piden la secesión, los otros exigen mano dura porque la temen. En ambos casos, las esencias se imponen a la razón y es imposible un debate que responda a las preguntas fundamentales: ¿qué queremos ser? ¿con quién podemos serlo? Preguntas eternamente postergadas porque, como con el sobre que guarda una prueba de paternidad, hay miedo a lo que pueda estar escrito en la respuesta. Es hora de reconocer que, parafraseando a Serrat, no es triste la verdad, lo que no tiene es remedio. Y el futuro no tiene remedio. Llegará con sus hechos, con sus bodas o sus divorcios. 

Publicado en "El Norte de Castilla" el 27-09-2012

1 comentario:

  1. la respuesta es clara desde los reinos de taifas,jeje... federalismo YA, provocaria un resurgir de economias mas localizadas y abiertas, el momento es igual que todo lo anterior; simplemente no es el debate, o las oligarquias locales no pierden ocasion...
    libertad de eleccion y los expañoles que se coman el sistema de autonomias con patatas, mejor todavia, que ya se le esta atragantando a la aguirre & co.
    menos barones y mas libertad... saludos

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