Da la sensación de que hasta aquí hemos llegado, de que esto se ha agotado, de que el temario que nos fueron explicando desde hace cuarenta años ha dejado de ser creíble, que ni la tierra es plana ni gira alrededor del sol. Las clases de economía suenan a falso de puro farragosas, sucesiones de palabras que parecen decir y no dicen nada con un único objetivo: esconder lo evidente. No es cierto que las cosas vayan mal porque tenga que ser así y mucho menos que vayan mal a todos. Van mal para las personas que viven de su trabajo y para las que ni trabajo tienen, van mal porque no son ellas las que han fijado las reglas del juego. Pero de nada valen las quejas, decir que el suspenso es por culpa del profesor que nos mira con ojeriza, que le caemos mal, que nos tiene manía. No hicimos los deberes que nos correspondieron, creímos, cosas de tener un coche y un piso aunque fueran hipotecados, que la asignatura de la vida era una maría que aprobaríamos sin ningún esfuerzo.
Blog sin más pretensión que la de poner un poco de orden en mi cabeza. Irán apareciendo los artículos que vaya publicando en diversos medios de comunicación y algunas reflexiones tomadas a vuelapluma. Aprovecharé para recopilar artículos publicados tiempo atrás.
jueves, 18 de septiembre de 2014
EL APROBADO SE ARRANCA
lunes, 15 de septiembre de 2014
CASTAS PROPUESTAS
Aún no ha cumplido
los veinte, transita por esos años en la que empezamos a no entender nada,
mejor dicho, ese tiempo en que desaparecen las pocas seguridades que se
necesitan en la infancia y se empieza a abrir un mundo en el que no se sabe
hacia dónde dirigirse. Es una época de explosión ante lo que se descubre pero,
a la vez, de miedo ante lo que se avecina, de desconfianza en uno mismo, de
desubicaciones. Pero ella es simplemente feliz. Bebé, que así se llama nuestra
protagonista, no comprende la tristeza que aflige a tres de sus paisanos. Tres
historias que se entrecruzan y con las que el director cinematográfico cubano
Fernando Pérez Valdés trenzó los versos de película ‘La vida es silbar’. De la
mano de Bebé nos invita a pasear por La Habana y nos presenta tres tristes
tristezas. Sirva como por ejemplo la de Mariana. Esta muchacha quiere, sobre
todas las cosas, Conseguir el papel de Giselle en el ballet del mismo nombre.
Es tanto su anhelo que propone un trueque al mismo Dios: si logra el papel no
se acostará nunca con ningún hombre. Dios, obviamente, no responde (y de haber
respondido le habría dicho que no tiene especial interés en sus encuentros
carnales, que no sabe de dónde ha salido esa lúgubre idea) pero ella da el
trato por bueno y cumple con su parte. Bailar, llegar al culmen en el baile, y
a cambio soledad. Triunfar en el escenario aunque sea matando el deseo que su
joven cuerpo exige.
lunes, 8 de septiembre de 2014
LA CADENA ROTA
El poeta alemán Bertolt Brecht lo dejó escrito: "Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero los hay que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles". Con los días pasa un poco lo mismo, los hay de esos en que todo pareció ir sobre ruedas y son buenos. Pero los hay que nacen torcidos, que paulatinamente van empeorando hasta el punto de arruinar las expectativas y que, de repente, de la manera más insospechada, todo se arregla: esos son los maravillosos. Ayer fue uno de esos. En medio de la portuguesa Sierra de la Estrella, el amanecer resultaba inquietante para quien pretende recorrer parte del país vecino en bici. Amenazaba pero no llovía, había que intentarlo. Me pongo en marcha. Yendo en bicicleta, con todo revisado, se puede pensar en un pinchazo, en una avería menor, pero tras unos kilómetros, en medio de un pueblo con tres casas mal contadas, se rompe la cadena. Un domingo y en medio de ninguna parte. Pero llegó la solución de la mano de Tennessee Williams y su ‘Tranvía llamado deseo’. El dramaturgo norteamericano aseguraba, por medio del personaje de Blanche Dubois, que siempre confió en la bondad de los desconocidos.
domingo, 31 de agosto de 2014
UNA MALA PEDRADA
Aún recuerdo la cara de estupefacción de aquel
chaval cuando comprendió que había sido ‘burreado’ por aquellos que, para él,
eran poco más que unos palurdos. Lo que no consigo recordar, sin embargo, es su
nombre. Había llegado a nuestro pueblo por casualidad, estaba allí como podía haber estado en cualquier otro sitio. El chico era
amigo de Luis, uno de los de nuestra pandilla del pueblo que vivía durante el
curso en la capital, y, vaya usted a saber por qué, había decidió pasar en el
pueblo de su amigo la segunda quincena de agosto. Para él todo era extraño y
casi todo molesto. Por eso y por su actitud de niño consentido no cayó en
gracia. Los primeros días de su periplo coincidían con los de la preparación de
las fiestas, esos días en que estábamos enfrascados en el arte de convertir
cualquier vieja panera en una peña. Mientras limpiábamos los suelos o
jalbegábamos las paredes, el intruso se quejaba del olor, del calor y de lo que
fuera. Andrés se acercó a él y le dijo,
oye, en lo que terminamos acércate a la casa de Tere (la madre de su amigo) y
le dices que si nos deja la pantómetra. ¿Qué es eso? Preguntó. Ve a por ella y
ya lo verás. El chico fue y al cabo de un rato volvió con un saco bien atado a
cuestas. Cuando la dejó sobre el suelo, Andrés torció el gesto. No, esa no,
dijo. Ve de nuevo y dile a Tere que la que necesitamos es la grande. El chaval
repitió la operación y al poco regresó con el mismo saco pero esta vez más
lleno. La sonrisa de Andrés certificaba que esta pantómetra sí era la buena. Cada uno de nosotros interrumpió su labor y
fuimos formando una especie de corro en el centro. Cuando ya estábamos todos,
el propio Andrés desató el saco y desveló el secreto, allí no había más que
objetos tan pesados como inservibles mezclados con trozos de leña. La carcajada
fue general, si exceptuamos, claro está, al protagonista ahora consciente del
complot urdido en su contra. Llegar a un pueblo desde la capital tiene estas
cosas, sobre todo si el que llega se empeña en mirar por encima del hombro a
los que son de allí. En el mejor de los casos termina cargando la pantómetra o
cazando esos unicornios rurales que se llaman gamusinos y pululan por ahí. En
el peor, una pedrada rebaja la altivez.
domingo, 24 de agosto de 2014
HORMIGA A HORMIGA
Al final fue que sí, como pudo haber sido que no, y los aficionados
acudieron sin siquiera un aspaviento a esta liturgia semanal que se pone de
nuevo en marcha. Hasta que un día se cansen -nos cansemos- de tanta burla de
los que nos miran desde arriba, desde tal altura debe ser que parecemos poco
más que hileras de hormigas, unas iguales que otras, todas prescindibles y como
tal nos tratan. Y como tal actuamos, sin levantar la voz, sin decir ¡hasta aquí
llegó la riada del 63! Total, pensamos, para lo que va a servir. Los dirigentes
de nuestro fútbol son de esta ralea, para ellos el fútbol son dos columnas en
una tabla, la del debe y la del haber. Con la diferencia llenan sus carteras.
Caso de no haberla, se deja de pagar y la ruleta sigue dando vueltas. La grasa
que la hace girar, el dinero que les llega por unos medios o por otros, parte
siempre del bolsillo de las menospreciadas hormigas a las que tampoco se debe
liberar de su parte de culpa: han dejado hacer y les han hecho.
El lamento
llega siempre tarde. La última ha rozado el límite de lo esperpéntico, en una
semana nos dijeron que empezaba la competición, que dejaba de empezar y que
venga, que sí, que empezamos. Y usted, que le apetecía ver el partido, no supo
hasta casi el último día si quedarse en Pucela, irse a las fiestas de su pueblo
o sacar billete para el tren playero. A ellos poco, por decir algo, les
importa. Al final fue que sí, pero no se puede hacer como si nada hubiera sido.
Quizá, hormiga a hormiga, se pueda alzar la voz lo suficiente como para llegar
alto y recobrar el respeto que no se sabe en qué punto del camino nos
perdieron. No es incompatible mantener una pasión colectiva con un
comportamiento propio del ganado lanar. Al final fue que sí y el partido
produjo la primera alegría en forma de resultado pero eso es poco bagaje para
la ensoñación. Los futbolistas, al afrontar el primer partido de una temporada,
deben sentir un miedo similar al que sufre un escritor ante la amenazante
presencia de un folio en blanco, un pánico que no amaina aunque haya escrito
mil artículos o dos docenas de libros. Más si cabe cuando algunos acaban de
llegar a estas tierras y otros sienten que en sus piernas está el resarcir al
equipo del fracaso de la temporada anterior. Pero llamarse Real Valladolid o
tener la vitola de equipo que fue de Primera deja de tener valor en cuanto el
balón corre por el césped. Analizar lo visto tiene sentido, hacer una
proyección de lo que puede ocurrir en los próximos diez meses roza lo
temerario. Lo que no quita para que algunos detalles inflen esa bolsa de gas
que se llama ilusión. Uno de estos detalles es la incorporación a la plantilla
del portugués André Leao, un jugador que llegó de puntillas pero que impregna
de calidad a cada jugada que pasa por sus pies. Pero, junto a ese optimismo
inmanente al primer triunfo habita el principio de precaución. Lo que haya de
ser lo sabremos, mientras tanto disfrutemos de este relato que podría comenzar
a la manera de Tolstoi en Ana Karenina: “Todas las familias felices se parecen
unas a otras; pero cada familia infeliz tiene un motivo especial para sentirse
desgraciada”. Y al final...
Publicado en "El Norte de Castilla" el 24-08-2014
martes, 12 de agosto de 2014
DON SEBASTIÁN Y EL CAPITALISMO
Cuentan los que de esto saben que
en Marruecos, durante la batalla de Alcazarquivir, moría en 1578, el rey
portugués Don Sebastián. Como no dejó herederos, el trono luso acabó en manos
de Felipe II de España.
Al haber muerto en plena batalla,
en tierra extraña y lejana, casi nadie pudo ver su cadáver; un cadáver que, en
cualquier caso, tardó en aparecer o nunca apareció. El pueblo portugués, así lo
cuentan, no quiso aceptar el hecho. Esto, unido a la muy humana necesidad de
creer en algo que alentara sus esperanzas en un futuro mejor, ayudó a crear y
propagar la leyenda de que el rey no había muerto, simplemente preparaba las
condiciones para regresar, liberar a Portugal del dominio extranjero y
recuperar su trono.
A este movimiento se le denominó
sebastianismo. Este mito, que aúna ilusión pasiva y resignación activa, se
sustenta en algunos aspectos del melancólico carácter portugués. El
sebastianismo, como concepto, fue más allá de aquella época. Se podría definir
como la suma del malestar con un presente ingrato más la esperanza en que un
hecho milagroso –una resurrección de un ilustre fallecido- les guíe a la tierra
prometida.
miércoles, 23 de julio de 2014
CARTA AL SEÑOR CAROD ROVIRA
Estimado Señor Carod:
Antes de que le revele el interés que mueve a escribir
estos renglones a quien es un absoluto desconocido para usted, permítame unos
apuntes de contexto.
Le escribo desde un punto indeterminado de esta tierra que
usted denomina vagamente Madrid o Castilla, en concreto desde la submeseta
norte. Si presta un poco de atención puede ubicarnos en cualquier mapa de la
Península Ibérica: puede enclavar el remite dentro del territorio sito en ambas
márgenes del río Duero antes de que sus aguas, camino del Atlántico, baldeen la
vecina Portugal. La nomenclatura política autóctona, bien con alguna tirantez,
bien con rictus de prosopopeya, se refieren a ella como Castilla y León y a su
gobierno como Junta.
jueves, 17 de julio de 2014
DOLOR CINCELADO EN LA PIEL
Un pueblo sin tierra para una tierra sin pueblo, dictó la Jefa de Gobierno israelí Golda Meir. Una tierra sin pueblo. Les echaron y no habían existido. En Palestina se teje el futuro con el hilo de la memoria, Israel, cual Penélope nocturna, descose las costuras.
Ahí mismo, un poco al este, un pueblo lamenta su desdicha. Cada día, desde hace casi sesenta años, el ejército israelí traza una esquirla en ese mapa. La historia reciente de Palestina es una alegoría del quebranto que sólo el ser humano es capaz de infligir a sus semejantes, pero a su vez el pueblo palestino ha escrito páginas de dignidad. Es la historia reciente de un pueblo que sobrevive porque de su acervo histórico supieron extraer una enseñanza: un colectivo es más que la suma de sus individualidades. Les mintieron, expulsaron de sus casas, redujeron su territorio, esquilmaron sus tierras, arruinaron sus medios de subsistencia, sufrieron la traición de los que consideraban suyos. Muchos se fueron con la esperanza de un próximo retorno, nunca volvieron. Otros con idéntica esperanza tomaron el mismo camino del exilio, siguen esperando. Aprendieron. El resto no se irá. Saben que sería el triunfo definitivo de quienes usurparon su pasado para esquilmarles el futuro. En su reducto resisten, es la esperanza ardiendo a la que se agarran.
miércoles, 16 de julio de 2014
CINE EN LOS MÁRGENES
NUEVE PROYECCIONES AL AIRE LIBRE EN EL BARRIO DE LA VICTORIA
¿Cuándo y cómo se produjo el flechazo?
Son ya tantos los años que nadie recuerda cuál fue el primero. Sin embargo, el desconocimiento de ese dato no impedirá que hoy arranque una nueva edición del ‘Cine al aire libre’ que organiza la Asociación Vecinal “Los Comuneros” del barrio de la Victoria. La Plaza de la Solidaridad volverá a ser el rincón que dé cobijo a los amantes del cine o a quienes, sin más, encuentran en el séptimo arte la perfecta excusa para compartir un par de horas con amigos y vecinos. Serán nueve las proyecciones que se llevarán a cabo a lo largo de los meses de julio y agosto: habrá sesión todos los miércoles y, además, dos martes, el 22 y el 29 de este mes. Hoy, para abrir boca, se proyectarán diversos cortometrajes de la realizadora vallisoletana Pilar Álvarez, entre ellos los premiados ‘Bello, bello, bello’ y ‘Toma dos’. En los dos martes antes referidos podremos ver los documentales ‘Nosotros’ en el que los protagonistas son los trabajadores de SINTEL que estuvieron acampados más de medio año en el centro de Madrid y ‘Las maestras de la república’. Los más pequeños también tienen su espacio y así el 23 de julio se proyectará la película de animación ‘Zarafa’ y el 20 de agosto la premiada con el Goya 2014 a la mejor película de este género, ‘Futbolín’. El 30 de julio es el turno de ‘Pago justo’ una película que evoca los hechos reales ocurridos en 1968 en una fábrica de Ford cuando un grupo de trabajadoras se enfrentaron a la discriminación que sufrían. Los clásicos siempre actuales encuentran acomodo en este ciclo, con la película elegida para el día 6 de agosto, ‘La quimera del oro’, ‘Los comuneros’ pretenden homenajear a Charlie Chaplin en el 125 aniversario de su nacimiento; el 13 será el turno de ‘Las uvas de la ira’. El 27 de agosto se pondrá punto y final a esta edición y qué mejor guinda para este pastel que llenar de vida la pantalla con una de las iniciativas culturales más destacadas de cuantas han surgido en los últimos años en Valladolid, por la plaza desfilará una selección de los mejores cortometrajes exhibidos en la edición de este año del ‘Festival de cortos Rodinia’. Después llegará el FIN, un fin que solo será hasta el año que viene.
EL CINE ME ATRAPÓ DESPUÉS DE UNA EXPERIENCIA FASCINANTE EN LISBOA
Ella se define como una cineasta
de vocación tardía, no en vano, Pilar Álvarez (Santander 1982) recuerda que en
su casa no se veía buen cine y que ella ya era talludita cuando entró, por
primera vez, en una filmoteca. Tras haber realizado varios trabajos, sobre todo
cortometrajes y piezas de videoarte, ahora está inmersa en la realización de su
primer largo. Hoy, los cortometrajes de esta vallisoletana que dejó todo,
trabajo incluido, por el cine serán los protagonistas en la inauguración del
‘Cine al aire libre’ en el barrio de la Victoria.
¿Cuándo y cómo se produjo el flechazo?
Yo estaba estudiando Bellas Artes
en la universidad de Salamanca, poco más que dibujar sobre escayolas y pintar
bodegones. Tuve la suerte de irme a Lisboa con una beca Erasmus. Allí conocí a
un grupo de personas que me acercaron a un cine diferente del que conocía. Esa
experiencia fue fascinante, el cine me atrapó. Regresé del ‘Erasmus’, terminé
la carrera y volví a Valladolid. Empecé a hacer algunas cosas,
encontré trabajo pero quería hacer cine y necesitaba formarme.
Formarse significa salir de Valladolid.
Sí, sí. Estuve un año en Madrid y
tres en la escuela San Antonio de los Baños en Cuba. Este periodo de formación
permite poner en marcha los primeros proyectos.
¿Cuál es el camino que recorren esos primeros trabajos hasta su
exhibición?
Normalmente a través de los
festivales específicos. Aunque he de decir que este camino tiene sus pros y sus
contras. Por un lado te da la oportunidad de conocer
a gente con inquietudes similares lo que permite que no te sientas como un
bicho raro, facilita la exhibición y, en el caso de obtener algún
reconocimiento se consigue dinero para poner en marcha nuevos proyectos y
motivación para seguir. Pero por otro lado en las escuelas incitan de tal forma
a ocupar este espacio que puede convertirse en una obsesión. En cualquier caso
falta un circuito sólido, hay buenas iniciativas pero muy dispersas, Se
necesita tejido, poso, para que este tipo de cine que se sitúa en los márgenes
pueda llegar a ser exhibido.
A usted no le ha ido mal este camino.
Es cierto, el corto ‘Toma dos’ lo
presenté al festival Punto de Vista de Pamplona, que lo seleccionaran ya fue una
alegría, obtener el premio… Mi último corto, ‘Bello, bello, bello’, también
consiguió el premio IPECC en Documenta Madrid al mejor documental.
Habla de cine de los márgenes. ¿Quiénes son sus referentes?
Son muchos aunque cabe citar en
primer lugar a José Luis Guerín. Es un agitador del conocimiento. También me gusta la forma de trabajar de Elías
León Siminiani. Ambos han conseguido visibilidad haciendo un cine muy diferente
al convencional.
¿En qué proyecto está embarcada en este momento?
Estoy preparando un largometraje
a partir de los más de 6.000 vídeos que ha grabado mi hermano con su móvil. Es
una reflexión sobre esa necesidad de registrarlo todo, ese anhelo de atrapar
los momentos.
Publicado en "El Norte de Castilla" el 16-07-2014
Publicado en "El Norte de Castilla" el 16-07-2014
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