Hay momentos en la vida en que te cambia la perspectiva. Duran un instante, un apenas nada que te sitúa en otro plano diferente a ese en que, aunque fuese por simple inercia, tú mismo te ubicabas un segundo antes. Una frase sencilla, una imagen fugaz que te atraviesa el cerebro, son suficiente empujón para voltear tu punto de visión. Uno siente que ha dejado de ser un niño ese día que, con trece o catorce años, estás jugando un partido de fútbol sala y alrededor merodean unos mocosos. Hace nada tú eras uno de esos, les miras con cierta displicencia, te sabes mayor que ellos pero sientes que son de tu categoría. De repente, se les escapa la pelota con la que juegan y cae cerca de ti. Uno de los mocosos te avisa: «Eh, señor, por favor, nos puede acercar el balón». Ese ‘señor’ atruena en tu cabeza. Un rato antes tu padre te había reñido por cualquier cosa; ahora se dirigen a ti con un ‘por favor’, tratándote de ‘usted’ y llamándote ‘señor’. Los niños ya no te ven como uno de los suyos, ya no eres uno de los suyos.
Blog sin más pretensión que la de poner un poco de orden en mi cabeza. Irán apareciendo los artículos que vaya publicando en diversos medios de comunicación y algunas reflexiones tomadas a vuelapluma. Aprovecharé para recopilar artículos publicados tiempo atrás.
lunes, 20 de marzo de 2017
jueves, 16 de marzo de 2017
LOS GATOS DE LA TELE
Cuando el escritor gallego Ramón María del Valle-Inclán publicó ‘Luces de
bohemia’ se acuñó el término ‘esperpento’ para definir el género literario en
el que se encasillaba la obra. Ahora, casi un siglo después, se puede catalogar
dentro de este mismo epígrafe a una serie televisiva, ‘La que se avecina’.
Desde diversos atrios ha sido tachada de racista o machista debido a algunas de
las expresiones que en ella se repiten o al comportamiento de sus personajes. Lo
que en ella vemos, sin embargo, es una deformación grotesca hasta llegar a la
caricatura de los comportamientos que se repiten en nuestra sociedad. Esperpento,
puro. En la serie, ficción sobre ficción, uno de los actores encarna a un actor
que a su vez da vida a un médico en un culebrón. Uno de sus pacientes padece el
síndrome de Hunterton
Recklinghausen. Una enfermedad ficticia pero real en ese culebrón. Llegado un
momento de apuro, otro protagonista finge padecer dicho falso mal para recaudar
dinero y así hacer frente a un inminente desahucio. Le salió mal, como es
habitual. La razón, la propia periodista que concede la entrevista comprueba
que todo es una triquiñuela.
domingo, 12 de marzo de 2017
LA CASILLA DE LA CALAVERA
Cuando aún no se presentaba en actos sociales como ‘marqués’, antes, incluso, de haberse incorporado como miembro de pleno derecho al inane mundo del colorín, Mario Vargas Llosa escribió una serie de libros que formarán parte, sin duda, de cualquier antología que aglutine las mejores novelas del siglo XX. A pesar de que la chavalería de la generación de mi hijo le asocie con los protagonistas de las páginas del ‘corazón’, es tan destacada la categoría literaria del autor de ‘La ciudad y los perros’ que en un futuro, cuando él ya no esté, el escritor que fue sepultará a ese personaje construido que ahora refulge en los saraos y, de tanto en tanto, aprovechando el prestigio antaño acumulado, escribiendo lisonjas, reseñas hiperbólicas sobre la actualidad política que le permiten coleccionar los aplausos que le dedican en los cenáculos del poder. Entonces, ya digo, se pasará por alto la paja de sus avatares vitales para centrarse en el grano de la calidad de una obra que trataba, literatura mediante, de encontrar respuesta a los interrogantes que atormentan a una mente lúcida como la suya. Una de esas preguntas, pegada –no podía ser de otra forma– a su realidad más cercana, la de su tierra de origen, servía como motor de arranque de ‘Conversación en La Catedral’, una de sus obras maestras, que publicó el año mismo en que yo andaba entretenido en nacer, 1969. En su primer párrafo, Mario Vargas Llosa ubica la figura de un meditabundo Santiago Zavala, uno de los protagonistas de las ‘conversaciones’, ante la puerta de un periódico. El hombre, absorto en sus pensamientos, buscaba en el pasado un instante preciso: «¿En qué momento se había jodido el Perú?». Conocido el justo punto, sería más fácil realizar un diagnóstico de la enfermedad y, quizá, solo quizá, encontrar el tratamiento que pudiera poner remedio a los diversos males que asolaban al país andino o, al menos, paliarlos, frenar la hemorragia que desangraba al paciente.
jueves, 9 de marzo de 2017
LOS TRES CAMINOS
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Imagen tomada de Diario 16 |
Cuando se trata de agradecer un favor recibido con solo palabras,
ningunas mejores que las que transmiten un buen deseo. En estas tierras de
avutardas tenemos una fórmula que nos sirve para estas ocasiones: “Que Dios te
lo pague con un buen novio”. Como la expresión es suficientemente añeja ha
habido tiempo para acuñar una respuesta que, con cierta sorna, matiza el deseo:
“Mejor un buen marido, que de novios todos son buenos”. Este chascarrillo
dialogado esconde tras su gracieta una cierta dosis de sabiduría: una misma
persona es capaz de mostrar rostros muy diferentes, no solo por los cambios que
uno vive a lo largo de los años, sino también por las distintas coyunturas en
las que la realidad le sitúa.
lunes, 6 de marzo de 2017
OLÍMPICAMENTE DESCALZO
Para conocer los orígenes del vocablo ‘atleta’ hay que viajar hasta la
antigua Grecia donde encontramos la palabra ‘athlos’ que viene a significar
combate o competición. El atleta es, por tanto, la persona que compite frente a
otras. Hay quien asocia ese ‘athlos’ con ‘athlon’, premio recibido por los
combatientes destacados. Atleta, atendiendo a este par de interpretaciones,
podría ser el simple competidor o el que busca el premio material en dicha
contienda. Aunque lo cierto es que, en aquellas primeras competiciones, el
premio de los atletas que resultaban victoriosos
era, nada más y nada menos, la gloria eterna que se simbolizaba en el momento
presente mediante la aclamación popular y la coronación con un tocado adornado
con motivos vegetales.
EXTRAÑOS MAMÍFEROS
La primera cuenta de dientes está condenada a una vida fugaz, es su sino. Como los teloneros cuya actuación antecede a la del grupo estelar, preparan, guían y estimulan. Sirven de estación intermedia, aves de paso para que el ambiente se vaya caldeando, para que el cuerpo se adapte a la nueva circunstancia de forma gradual. Un paso que sabemos tan obligatorio como efímero. Esos dientes de leche, dentición decidua que dicen los técnicos, aparece de forma paulatina desde que sobrepasamos la frontera de los seis meses de vida, permanece unos años y, como fueron saliendo, van cayendo empujados por una nueva retahíla dental que va llegando para quedarse.
jueves, 2 de marzo de 2017
LA LEY NO ES IGUAL PARA TODOS
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Imagen tomada de httpvoltairevigoblogspotcom.blogspot.com |
No corren buenos tiempos para la imagen de la justicia. A pesar de ello,
personalmente, confío en los jueces. No en todos, ni por sistema, pero sí en la
mayoría de ellos. Lo que no voy a pedir, ni mi ingenuidad me permite pensar, es
que exista en el gremio un alto porcentaje de aspirantes a héroes. Los hombres
y mujeres que firman sentencias saben a qué se enfrentan y dónde están sus
límites.
lunes, 27 de febrero de 2017
¿QUÉ QUIEREN QUE LES DIGA?
La realidad es algo complejo que se explica –siempre a posteriori–, de una forma simple. Pero no debe ser tan fácil entenderla. La prueba es que nadie, salvo por casualidad y en contadas ocasiones, adivina lo que va a acontecer en los días posteriores. No es tan fácil porque el material con el que se teje lo complejo está formado por tantos hilos que es imposible saber la forma y el color hasta que no vemos el paño. Después, ya digo, cuando tenemos el producto elaborado delante de nuestros ojos, resulta sencillo explicar por qué ha resultado así. La economía, sirva de ejemplo, es una de estas materias enrevesadas. Quienes se dedican a su estudio se desenvuelven con absoluta maestría en esta materia de intentar adivinar, errar y, sin ponerse ‘coloraos’, explicar de forma convincente, pero más tarde, las razones por las que no atinaron en sus predicciones. La culpa de esa distorsión entre lo aventurado y lo producido se debe siempre, faltaría más, a un factor imprevisto, ese hilo con el que nadie contaba, que se presenta en la fiesta sin que nadie le hubiera llamado.
jueves, 23 de febrero de 2017
A UN LADO, PUENTES; AL OTRO, NADA
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Con agradecimiento a Carlos Arranz por la foto carlosarranz.blogspot.com. |
En el desarrollo de cualquier sociedad alguna cosa sucede porque sí, pero
estas son verdaderamente pocas. Normalmente, lo que ocurre responde a una
decisión previa. Ahí radica el sentido de la política, en la toma de decisiones
que sirven para configurar el mapa social del ámbito en el que se actúa. Hace
treinta años llegué a Valladolid. Una ciudad que a lo largo de su historia fue
creciendo de norte a sur saltando progresivamente los límites que marcaban las
Esguevas y de oeste a este -dejando a sus espaldas la frontera natural del
Pisuerga y avanzando desde el siglo XIX hasta la frontera artificial de la vía
del ferrocarril-. Ambos límites se franquearon para dar espacio a los que
fuimos llegando.
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