jueves, 9 de marzo de 2017

LOS TRES CAMINOS

Imagen tomada de Diario 16
Cuando se trata de agradecer un favor recibido con solo palabras, ningunas mejores que las que transmiten un buen deseo. En estas tierras de avutardas tenemos una fórmula que nos sirve para estas ocasiones: “Que Dios te lo pague con un buen novio”. Como la expresión es suficientemente añeja ha habido tiempo para acuñar una respuesta que, con cierta sorna, matiza el deseo: “Mejor un buen marido, que de novios todos son buenos”. Este chascarrillo dialogado esconde tras su gracieta una cierta dosis de sabiduría: una misma persona es capaz de mostrar rostros muy diferentes, no solo por los cambios que uno vive a lo largo de los años, sino también por las distintas coyunturas en las que la realidad le sitúa.  

Esta característica es extensible, claro, a determinadas organizaciones políticas que han sabido desarrollar un talento especial para adecuar su gesto en función de las circunstancias, lo que les permite aparentar una cosa siendo la contraria. El paradigma, entre los partidos patrios, de los que se conducen de esta manera, es el PSOE.

Una nueva generación apareció con desparpajo juvenil allá por los años setenta luciendo el viejo traje del PSOE histórico. Engatusó a buena parte de la población con un discurso fresco y llegó a establecer un matrimonio con la sociedad que le llevó al poder. El matrimonio no terminaba de ir, pero aguantó muchos años. Justo hasta que buena parte de la sociedad se cansó de escuchar palabras en una dirección y sufrir comportamientos que desmentían lo dicho. Y como no hay mentira que se sostenga por tiempo infinito, la pareja saltó por los aires. El PSOE y la sociedad –incluidos buena parte de sus militantes- ya no se quieren, pero el partido necesita del matrimonio para seguir siendo lo que era, lo que cree que merece. Ahora se encuentra en una difícil tesitura, tiene que elegir entre tres caminos: el que propone Susana Díaz, que no es más que decir aquí estoy yo y no pienso cambiar; el de Patxi López, que sin mucho cargo de conciencia sí que pone carita de ‘a partir de ahora seré bueno y no te engañaré más’ y el de Pedro Sánchez que ha puesto cara de novio, obligado por las circunstancias, para reconquistar a la sociedad que se fue de esa casa. Es posible, incluso, que ninguno de los caminos sirva para la reconciliación. Ya se sabe como son de marido.   
Publicado en "El Norte de Castilla" el 09-03-2017

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