martes, 12 de junio de 2001

CARTA A UN IMBÉCIL

Mi poco estimado anónimo: Quiero que tengas claro que mereces una metafórica patada en el culo que voy a darte con gusto. El Racing ha bajado por méritos propios. La directiva, en vez de fortalecer un proyecto, descapitaliza a la plantilla con la venta de Munitis y Salva, no renueva a Benítez (por caro) y juega a cambiar de entrenador para terminar de nuevo con el propio Benítez. Para desviar culpas, en vez de elaborar una sana autocrítica, acusan y amenazan sin dar. Como cualquier dictadorzuelo se escuda en un enemigo exterior que encarna todas las maldades. Y tu entras al trapo como borrego. Ahí callas, te muestras débil. Te tratan como necio y demuestras que tienen razón. Hasta ese punto es tu problema. El mío comienza cuando leo la pancarta que parió tu neurona. Defender a tu club con una frase que hiere a todos aquellos que se juegan (y pierden) la vida luchando contra las olas del mundo de los satisfechos buscando su dignidad robada es de mala gente o de estúpido.  Tu estómago atiborrado no te permite suplantar, ni  por un segundo, a quien se ve obligado a atar los cuatro nudos del hatillo cargado del sufrimiento acumulado en una vida de desesperanza. Y muchas veces el mar se convierte en compañero definitivo. Con el débil tu debilidad se torna fuerza. Diviértete con el fútbol pero no cubras de desprecio a los muertos que hemos matado. Espero que recapacites. Joaquín Robledo.

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