Miedo me da que a
España le dé un ataque de sí misma. Miedo porque carga sobre sus espaldas con una
maldición idéntica a la de Troya. La sacerdotisa Casandra recibió de Apolo la
capacidad de profetizar los acontecimientos venideros. Posteriormente, el mismo
dios, por despecho, la castigó de la forma más cruel, no le retiraba el don
pero, a partir de ese momento, nadie le creería nada de lo que pudiera decir.
Mal para ella, peor para su pueblo que despreciaba la voz que mejor podía
aconsejar sobre el rumbo a tomar. Entre sus vaticinios estaba la caída del
propio reino como, al poco, ocurrió.
España, como tantos
otros países, talló sus límites a espada, dictó su historia en el campo de
batalla, contó sus contiendas empachadas de héroes y siempre resultó malherida
por ella misma. No, no faltaron Casandras, voces que abrían el futuro. Pero
nunca hubo intención de escuchar sus anuncios. Cada vez que un grupo de
personas pretendió dar un impulso, Carpetovetonia se rebeló poniendo la marcha
atrás en el reloj de la historia. Parece que un dios lejano maldijo a este
rincón condenándole a vencer en las guerras que más le hubiera valido perder y
a perder en las que hubiera sido mejor haber ganado. Porque todas, en el fondo,
fueron civiles y los hados se aliaron con el bando equivocado otorgando el
triunfo a la porra sobre los libros.
Miedo me da España
cuando se ensimisma. No cambian los tiempos, cambian las situaciones y a veces,
las que vienen, suenan a ya vistas. Hace unos meses se cuestionó al tribunal de
Estrasburgo porque su sentencia, que declaraba contra derecho la retroactividad
de las condenas, era debida a que los jueces no entendían lo que pasaba ya que no
eran españoles. Ahora, la que no entiende lo que pasa en Ceuta y Melilla es la
comisaria europea de interior Cecilia
Malmström porque tampoco tiene la virtud de ser española. En justa
reciprocidad, el Gobierno, en su penúltima reforma, restringe hasta vaciarlo el
concepto de ‘justicia universal’.
Debemos ser
difíciles de entender hasta para nosotros mismos.
Publicado en "El Norte de Castilla" el 06-03-2014
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