domingo, 9 de marzo de 2014

SOLO ALGO MEJOR

Cuando recibió el aviso de que Jeanne St. Jean había roto aguas, la anónima matrona, como cada vez que era requerida para ejercer su profesión, preparó el material necesario y se puso en camino. Para ella se trataba de un parto más, cierto es que los Bernadotte eran una familia con posibles, no en vano, Henri, el padre, era procurador en Pau, pero ni ella ni nadie en esta ciudad francesa podía pensar que ese día fuera a quedar apuntado en los futuros manuales sobre la historia de Suecia. Con el pasar de los años, el pequeño Jean-Baptiste se enroló en el ejército. Tras el triunfo de la Revolución, subío con inusitada rapidez los peldaños del escalafón militar hasta alcanzar el último, fue convertido en mariscal del ejército napoleónico. En 1808 estuvo al mando de las tropas francesas frente a las suecas. No tuvo éxito pero su labor no debió pasar inadvertida para sus rivales ya que dos años después fue reclamado para ocupar el trono vacante. Aquel frío día de enero, la matrona caminaba sin saberlo, y quizá nunca lo supiera, para ayudar a nacer a un futuro rey.
Caminaban los aficionados al partido de ayer como la matrona, ella por profesión aquellos por afición, todos pensando en un desenlace que sería el previsible. Pero a veces, y no siempre para mal, una fecha queda grabada. El fútbol también tiene su historia, y la que recordamos, la que queda grabada en nuestros recuerdos, se compone de unas pocas fechas señaladas olvidando con frecuencia que lo importante es lo que ocurre cada día. Fue Unamuno el que acuñó el concepto ‘intrahistoria’ para referirse a la historia que no aparece (o que aparece muy poco) en los libros, la historia de la gente corriente. La que sí aparece en esos libros, a la que se refieren la mayoría de los titulares de prensa, es una historia oficial en la que solo tienen cabida los que detentan el poder. El resto somos artificio para dar colorín a lo que en esos pomposos libros se relata. La fecha será recordada cada vez que el Barcelona vuelva a visitar Valladolid, chicos y chicas escucharán en casa cómo fue aquel partido de aquel marzo de 2014, Fausto Rossi -aunque no vuelva tras el verano- será recordado para siempre en esta plaza. Mañana lloverán los elogios al Real Valladolid y serán más que merecidos. Ha convertido en un alma en pena a un Barça de por sí hipotenso. Ha logrado que el equipo culé deambulase por Zorrilla como uno de aquellos hidalgos castellanos que presumían de alcurnia pero morían de hambre, mantenían la elegancia pero no encontraban la manera de conseguir algún bocado. Ha conseguido transmitir entusiasmo a sus aficionados. Todo ello es tan cierto como que este partido no reparte más puntos que cualquier otro. El republicano que llegó a rey, murió tal día como ayer de hace 170 años. Al amortajarle encontraron un mensaje tatuado en su pecho: Muerte a los reyes. Quizá leerlo cada día le sirviera para gobernar sin olvidar sus ideales originarios, sin las ínfulas de otros. Aunque el oropel de la aparente gloria nos atraiga, nos engañe, el Pucela está solo un poco mejor dispuesto para conseguir su objetivo. Un logro que al que se accede en los partidos de la intrahistoria, en esos sin tanta pompa.

Publicado en "El Norte de Castilla" el 09-03-2014

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