Hay ratos en que te encuentras en una tesitura endiablada. Por un lado de la calle te persiguen; por el otro, te esperan. A veces, sin tener arte ni parte, como en las fiestas en las que el azar te cruzaba con un chulito que, deseoso de extender su metafórica cola de pavo real, te preguntaba si su novia te parecía guapa. Malo. Digas lo que digas, cobras. Si la respuesta es que sí, zas por mirar;si es que no, pum por haberla considerado fea. Otras, sin siquiera haber ido a la fiesta. Porque de fiesta estaba Plata, pero en la encrucijada se encontró Pacheta. Tomara la decisión que tomara, estaba condenado a equivocarse. Si sí o si no, voces habría que se levantaran en contra. Bien es cierto que –mal designio de los tiempos– con uno u otro veredicto, la razón o la condena se la daría el resultado final. Se ganó, bien hizo Pacheta en no convocarlo. De haber perdido, se le habría reprochado menguar voluntaria e irresponsablemente el equipo. Al contrario, si Plata hubiera jugado bordándolo, habría habido mayor predisposición al olvido; con un mal partido, sin embargo, la grada le recordaría con feos epítetos lo del alcohol y la farra.
Blog sin más pretensión que la de poner un poco de orden en mi cabeza. Irán apareciendo los artículos que vaya publicando en diversos medios de comunicación y algunas reflexiones tomadas a vuelapluma. Aprovecharé para recopilar artículos publicados tiempo atrás.
domingo, 12 de diciembre de 2021
sábado, 4 de diciembre de 2021
PERDER, PERDER
En algún lado leí que durante los años de la posguerra era casi imposible encontrar café. No había engaño, bien se sabía que, tras el anuncio de 'café', el género ofrecido no pasaba de sucedáneo, generalmente achicoria. Para diferenciarse, los pocos establecimientos que podían acceder al lujo del producto genuino anunciaban 'café, café'. Ha habido y habrá partidos en que el Pucela pierda. Lo del de Huesca, sin embargo, no admite paliativos ni monsergas del pelo de «esta derrota sirve para crecer». Con la lógica cafetera, el Valladolid perdió, perdió. Su salida al campo me recordó a los chavales que arrancan el curso pensando que con su capacidad les da de sobra para aprobar y que, para cuando se quieren poner, ya han suspendido el primer control y el temario les desborda. Los primeros veinticinco minutos fueron un muestrario de carencias, un compendio de horrores. Sin aparente tensión, sin juego, sin contundencia...
miércoles, 1 de diciembre de 2021
DIME QUE ME HAS ESPERADO
La recurrente cita de Ramón de Campoamor ‘nada es verdad ni mentira, todo es según el color del cristal con que se mira’ pudo tener vida en ‘el mundo traidor’ del siglo XIX, pero hoy, fallecida de puro candor, yace bajo la lápida que cubre los despojos de las frases desactualizadas. En el tiempo transcurrido nos ha crecido el resabio de tal manera que, en vez de nada, todo nos resulta a la vez verdad y mentira.
Ya no es el subjetivismo, ni siquiera el relativismo, la pose que cuestiona la existencia de una verdad absoluta. Ambas corrientes entienden que los diferentes colores de la lente nos impelen a observar el mundo de maneras diversas, pero que existe el reconocimiento de la verdad como aspiración. Incluso negándola, que no es más que otra forma de asumirla.
lunes, 29 de noviembre de 2021
PERO A LAS SIETE TIENES QUE ORDEÑAR
Sean las clásicas ciclistas o las pruebas de fondo en atletismo, cualquier carrera de larga distancia parece monótona, una especie de trantrán insípido esperando la llegada de la última parte en la que se resuelve todo lo que estaba entre interrogantes. Pero no. En ese transitar aparentemente uniforme se producen movimientos apenas perceptibles, discretos cambios de ritmo que, si pillan descuidado o falto de fuerza a un competidor, le pueden dejar fuera de cobertura. La parte alta de la Segunda está en una de esas fases. La línea continua en la que se alineaban clasificatoriamente los equipos se empieza a romper de forma que entre unos y otros ya corre el aire. Por eso, el partido ante el Cartagena no era uno más, sino una prueba de la capacidad de respuesta tras el demarraje de los de arriba. Sin ser definitivo, el formar parte del grupo cabecero aporta tranquilidad. Si además se llega a esa situación dando a entender que no se ha alcanzado el tope de rendimiento, que queda alguna marcha más por meter para cuando el momento lo requiera, miel sobre hojuelas.
domingo, 21 de noviembre de 2021
MANERAS DE PERDER

–No pienses que estoy muy triste. Hay maneras de perder como las hay de vivir.
Nunca gusta salir derrotado, pero dado que es inevitable que en ocasiones ocurra, mejor si llega por errar que por no atreverse. La de Almería fue de estas. El marcador final informa, los datos son los que son, pero no explica, no da cuenta de la sensación global que transmitió el encuentro.
miércoles, 17 de noviembre de 2021
FUEGOS FATUOS
Aun sin la belleza sublime con la que en ‘Cinema Paradiso’
el viejo Alfredo despide, por no decir destierra, al adolescente Toto, “no
regreses, […] no te dejes engañar por la nostalgia”, todos los que en sucesivas
oleadas fuimos dejando el pueblo llevábamos en la maleta un mensaje similar.
Entendimos rápido que solo se podía progresar, sea lo que ‘progresar’ sea, a la
luz de los focos de las ciudades. En realidad, los que nos lanzaron, con su
amor, con su corazón roto, no tomaron esa opción por un deseo expreso de que
abandonáramos un modo de vida, sino con la asunción de que ese modo de vida, el
de ellos, el de todos los que estaban antes que ellos, les había abandonado
abruptamente.
domingo, 14 de noviembre de 2021
SUFRIR POR TRADICIÓN, AUNQUE NO TOQUE
Concluye el partido. Un tres campea en el espacio del marcador asignado para anotar los goles locales. El del contrario no se movió en toda la tarde. Me encamino al ordenador, este espacio, aún hueco, me espera. Pese al resultado, el juego del Pucela no había alentado mi sosiego; más al contrario, fruncí el ceño alguna que otra vez. Una pregunta retórica, «¿y por dónde arranco?», toma volumen –soy así, hablo, busco complicidades, sonrisas compartidas– mientras paso al lado de un compañero. «Pues por la felicidad –me responde–, Carpanta celebra cuando hay pollo en casa». Mi ademán espontáneo mostró alegría.
martes, 9 de noviembre de 2021
DUDAS ANTES, DUDAS DESPUÉS
Nuestra mente caminaba a tientas hacia el arranque del partido, el estacazo reciente ante el Amorebieta provocó un temblor tan elevado que había puesto en entredicho el natural optimismo –ese 'hoy ganamos seguro'– de los aficionados que dirigían a Zorrilla sus cuerpos o sus miradas. Dudábamos entre la versión 'perro apaleado' que, sumiso, con ojos trémulos, aún se lamía las heridas asumiendo que vendrían más o la del 'gato escaldado' que huye del agua fría. Tres minutos tardó el Pucela en dar cuenta de su ansia de revertir las emociones. Tres minutos en que se presentó como una marabunta dispuesta a asaltar el área rival.
–¿Qué han comido? –pregunté pasmado mientras me frotaba los ojos ante inusitado vigor.
–Cuatro –escueta y explícita fue la respuesta que recibí.
jueves, 4 de noviembre de 2021
VA A HABER TORMENTA
A poco que rebusquemos en nuestro imaginario, nos topamos con una escena tomada en cualquiera de los pueblos de por estas tierras. Aparece en ella un castellano viejo, en silencio, observando el cielo, cotejándolo con los miles de cielos que ha visto. Cuando ya ha tomado nota mental de todo, agacha la cabeza y sentencia con pocas palabras: lloverá, dejará de hacerlo, lo que sea que vaya a ser. Lo que será, porque no suele fallar. Fieles a esa tradición, los castellanos recientes juegan a los vaticinios: a escudriñar lo que les pilla alrededor y exponer unos presagios que suelen sustentar en sus miedos. Tras haber escuchando estos días a amigos y paisanos, intuyo que la estrepitosa derrota ante el Amorebieta ha propiciado la Noche Internacional del 'Ya lo decía yo'. Acostumbrados a los petardazos de este equipo cuando tiene a mano un paso significativo, no eran pocos los que lo veían venir. Y, como de costumbre en estos casos, sin necesidad de ayuda externa: ni árbitros ni zarandajas. El propio Pucela se valió a sí mismo para seguir fiel a la tradición. No resto ni un solo mérito al rival, faltaría. Jugaron a lo que saben, mostraron las características para las que está diseñado y tumbaron al Pucela. Chapeau. Señalo mi asombro ante el hecho de que el Pucela se viera sorprendido, una y otra vez, por una amenaza tan previsible. Por ello el Amorebieta, hasta este partido, necesitaba más de una docena de ocasiones para marcar una. Sus rivales saben de qué van. Tres han necesitado para marcar tres.
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