lunes, 21 de enero de 2013

ERRARON PERO GANARON


En aquellos ya lejanos años en que las grandes palabras mantenían el significado que las otorga el diccionario, cuando democracia era un despertar tras cuarenta años de noche, cuando libertad era un plato lleno en casa del hambriento, un manjar que se mordía hoy sin pensar en el mañana, cuando no eran palabras manoseadas que sirven de coartada hasta el punto de que al escucharlas, como acto reflejo, arrastramos la mano al bolso pensando que son las manos con las que el tahúr esconde la piedra, en aquellos ya lejanos años, decía, un grupo de jóvenes pegaba unos carteles. Casi nadie en la ciudad conocía siquiera uno de los nombres que figuraban en aquel afiche que animaba a acudir a un homenaje que, música mediante, se iba a realizar en la madrileña Escuela de Ingenieros de Caminos. En dicho homenaje, costumbre muy española, burro muerto, cebada al rabo, se iba a enaltecer la figura de un joven fallecido semanas antes, José Enrique Cano, ‘Canito’, bateria de ‘Tos’, una banda cuyo final se escribió en la misma carretera en que dejó la vida nuestro protagonista. Sus compañeros de grupo, tres hermanos de apellido Urquijo. Si desconocido para la gran mayoría era el homenajeado, no menos se podía decir del elenco musical. Detrás de ‘Tos’ se alistaban Trastos, Alaska y los Pegamoides, Mermelada, Los Bólidos, Mamá, Mario Tenia y Los Solitarios, Nacha Pop y Paraíso. Allí, ese 9 de febrero de 1980, lo que quedaba de ‘Tos’ dio vida pública a una canción que el poso de los años ha convertido en referente generacional: ‘Déjame’. Esta canción, compuesta poco más de un año antes por Enrique, uno de los tres hermanos Urquijo, formaba parte de la única maqueta que tuvo tiempo de realizar la banda. La muerte de Canito obligó a los tres hermanos a buscar un nuevo batería. A partir de ahora se denominarían ‘Los Secretos’, y este nombre aparecerá indisolublemente unido a ‘Déjame’, su tema fetiche, una melodía pop que envuelve un serie de frases enunciadas por quien sufre un desgarro en su corazón al sentirse traicionado y se niega, se dice a sí mismo que se niega, a un nuevo encuentro. «Tuviste una oportunidad», dice, «y la dejaste escapar».
Uno de esos presuntos axiomas que se utilizan en el mundo del fútbol se mueve en la misma línea que la letra de esta canción: ‘El que perdona (pierde una oportunidad), termina pagándolo con la derrota’. Claro, esto se dice cuando la realidad se atañe al enunciado, de no ser así nos olvidamos del dicho. Por ejemplo ayer, cuando el error, incluso el empecinamiento en el error, no tuvo tan fatales consecuencias. El Real Valladolid marró cerca de media docena de ocasiones nítidas, de esas que han de terminar en gol sí o sí y fue que no. Larsson, Óscar y Guerra tuvieron una, dos y hasta tres oportunidades y las dejaron escapar. Podían haber pensado que «No hay nada que ahora ya, puedas hacer» pero persistieron en sus intenciones y el partido no se escapó.

jueves, 17 de enero de 2013

LEER CAMPO, LEER FRÍO

En cualquier dictadura existe paranoia en doble dirección. Los súbditos se sienten controlados conscientes de que el régimen escarba con millones de orejas hasta en los espacios más recónditos. Los jerarcas temen cualquier movimiento porque en todo intuyen un intolerable vestigio de disidencia y saben que cualquier golpe puede horadar su tiranía. En esas condiciones, aparentemente, solo pueden escribir los que quieran garantizar su jornal y toman nota de lo que el régimen quiere leer o los temerarios que ponen su nuca a disposición de cualquier bala. Sin embargo hay un tercer grupo, el formado por personas que son capaces de enviar mensajes a los lectores más allá del tenor literal de sus palabras. Durante el franquismo se hablaba de ‘leer entre líneas’.

miércoles, 16 de enero de 2013

UNA CINTA LANZADA AL AIRE



A principios de los años setenta, gimnasia y rítmica eran en España dos palabras que nadie entendía que pudieran ir unidas, nadie excepto Félix Fernández, el Presidente de la Federación Española de Gimnasia, empeñado en introducir esa disciplina en nuestro país y, para ello, nada mejor que empezar apuntando alto: quería que España albergase el mundial de 1975. Pero esa aspiración no podría ser cumplida si no había una base, por pequeña que fuese, y decidió que una representación debería acudir al mundial previo, el que habría de celebrarse en Rotterdam. Dado que nadie practicaba ese deporte, se hacía imprescindible una actuación urgente. Se contrataron dos entrenadoras de prestigio internacional que realizaron el primer curso nacional de entrenadoras de GRD con una selección de 50 profesoras de Educación Física y, finalmente, tras otros cursos, eligieron a tres de ellas. Una de esas tres, fue es nuestra protagonista: Teresa de Isla. Quedaron penúltimas en la ciudad holandesa pero se consiguió el objetivo a corto plazo, el mundial se celebraría en España, y otro que aún permanece superando con creces cualquier sueño de los federativos de entonces, la gimnasia rítmica se ha consolidado y sigue proporcionando éxitos al deporte español. En este segundo apartado, Tere de Isla también ha marcado un camino, su labor como formadora ha contribuido de forma decisiva para que varias generaciones de chicas conocieran los entresijos de este deporte.

domingo, 13 de enero de 2013

UN PUÑITO CHICO

Hace diez años, una parte de Italia lloraba por la pérdida del polifacético artista Giorgio Gaber. Con su muerte, producida el mismo día que nacía el calendario de 2003, desaparecía un referente artístico, pero también un faro ético e intelectual. Desaparecía él, pero no su obra, hoy podemos escuchar sus canciones, deleitarnos con sus actuaciones en el teatro o sonreír, con la tristeza propia de quienes sienten un pellizco en la parte del corazón en la que reside la nostalgia, cuando oímos sus brillantes monólogos. 

Estos últimos son un compendio de agudeza para diseccionar la sociedad en la que vive, con sus anhelos y sus derrotas-, ingenio para encontrar las palabras precisas, ternura para declamarlas como si fuesen caricias y mordacidad para no permitir la indiferencia. En uno de ellos, ‘Qualquno era comunista’, Gaber asiste a una supuesta entrevista de trabajo. En sus primeras respuestas al inexistente interlocutor, él, timorato, trata de medio esconder o justificar algunos hechos producidos tiempo atrás, cuando militaba en alguna organización juvenil de orientación comunista. Dice que sí, pero bueno, eran cosas del momento, pecata minuta, cosillas a las que se sentía arrastrado por otros. Cantaba la Internacional, pero lo hacía en coro. Vio a los Inti Illimani, pero no lloró. Tenía en la habitación un cartel con el rostro del ‘Che’ pero pequeño. Nunca, nunca, nunca, levantó el puño, bueno, a lo mejor una vez, un puñito chico, claro. 

jueves, 10 de enero de 2013

HUELGAS INOCUAS

Las personas que reciben un salario por su labor no hacen otra cosa que vender su trabajo. Dado que no tienen otra posibilidad, llegada una situación de conflicto, la única herramienta disponible es ese trabajo que ponen en venta. Es tan simple como comprender cualquier mecanismo de intercambio. Cuando una parte entiende que en el pacto sale perdiendo porque hay un abuso de poder, toma medidas para buscar, al menos, un punto de equilibrio. Cada trabajador, por su cuenta, sabe que su capacidad de presión es ridícula comparada con la del empresario por lo que, si pretende que la fuerza de su trabajo se ponga en valor, necesita que el resto de la plantilla, la gente de su misma rama laboral o, incluso, todo un país, secunde una iniciativa común. Ahí radica el sentido de las huelgas, así fue su origen y de esta manera las define la Organización Internacional del Trabajo.

En una sociedad tan interdependiente como esta, es inevitable que lo que afecta a unos influya en todos, y las huelgas no son menos. Si un sector detiene su actividad, las personas, en principio ajenas a dicho conflicto, sentimos la repercusión. El eco de esa huelga será tomado como un indicador por los demás sectores y elevará, o disminuirá, la capacidad negociadora del resto de los trabajadores. Quien viva de un salario deberá saber que, de una manera u otra, ese conflicto es también el suyo. Pero hay otro tipo de resonancia: el hecho de que alguna actividad cese, siquiera por un tiempo, rompe el ritmo de la ciudad. Sin el trabajo de unos, otros no pueden desplazarse, no llegan alimentos a los supermercados, las calles están llenas de bolsas de basura sin recoger... Todo eso ocasiona molestias al resto de los ciudadanos y son muchas las quejas que se oyen. Hasta que le toca al que se quejaba y entiende que una huelga que no molesta pierde parte de su potencial. En época de conflicto, es conveniente tener claro qué es lo que está en juego y hasta qué punto se convierten en soportables algunas molestias. 

 Publicado en "El Norte de Castilla" el 10-01-2013

lunes, 7 de enero de 2013

TRES COSAS HAY EN LA VIDA


Las copas se alzan y alguien grita ¡salud! Alguien presente en el brindis asiente y añade ¡dinero y amor! Esas tres palabras dan título a un clásico bolero que remarca que son la base sobre la que se asienta la felicidad, tan es así que quien tenga la suerte de poder gozarlas al mismo tiempo debe dar gracias a Dios. La banda de rock Los Rodríguez no quiere ser menos y otorga el mismo título a una de sus composiciones en la que descorcha una botella de vino para brindar por los buenos viejos tiempos en los que derrocharon las tres, ahora, sin ninguna, ese recuerdo es el mejor homenaje o, en todo caso, la única forma de disfrutar un presente sin otro asiento que la nostalgia. Al fin y al cabo cuando falla alguna de ellas parece que todo se desmorona alrededor, que toda la fuerza que creímos tener se cimentaba con esas tres bases: una salud que nos permite levantarnos cada mañana con ganas de poder con el mundo, el dinero suficiente para que no haya espacio en la cabeza para pensar en su ausencia y amor concreto o difuso, personas que te quieran y que quieran ser queridas, un entorno afectivo que impida la sensación de soledad en un mundo lleno de gentes que transitan a tu lado a las que pareces no importar, a las que, de hecho, no importas.

jueves, 3 de enero de 2013

QUERIDOS REYES MAGOS:


Quizá, pues han pasado muchos años, os sorprenda ver mi nombre en el remite de este sobre, pero esta vez han podido más las ganas que esa pose, que ese rictus serio que parece obligatorio si quieres parecer adulto y ser aceptado como tal. Ya sabéis, porque a buen seguro habéis leído ‘El Principito’, que “las personas mayores nunca comprenden nada por sí solas”, te dicen continuamente lo que hay que hacer y no admiten más que un camino para ello. Las cosas son así, repiten, y si descubren que haces dibujos, te miran con una mezcla de desdén y autoridad para insistir en que “hay que dejar a un lado los dibujos de serpientes boas abiertas o cerradas e interesarse un poco más en la Geografía, la Historia, el Cálculo y la Gramática”. Materias todas ellas necesarias pero no suficientes salvo que nos conformemos con una vida a plazo fijo, con un hastío programado, con una andanza sin ilusión. Una ilusión  enterrada por la inmediatez, enterrada hasta el punto de haberos puesto en entredicho. Lo habréis escuchado igual que yo: Es mejor hacer regalos a los niños al principio de las vacaciones para que puedan disfrutarlos mientras duran. Un argumento estúpido que permitió la entrada de ese usurpador que nunca supo lo que es jugar con la emoción, con los días de ojos encendidos esperando. Nunca supo que se disfruta más imaginando que teniendo, deseando que leyendo el manual de instrucciones. 
Oigo estos días la misma pregunta, qué le pido al año, qué os pido a vosotros. Nadie me preguntó qué le ofrecía yo al año, incluso, qué os podía ofrecer a vosotros. Me lo planteo y no sabría qué responder pero sé que pedir y dar son, en el fondo, el mismo verbo. Que a veces provoca el mismo placer una cosa que la otra, que también hace falta tanta generosidad para atreverse a pedir como para hacerlo a dar.
Nada más pretendía, si acaso recordaros que existo, que sigo siendo el mismo niño de antaño, aunque, eso sí, ahora no digo adiós porque, como cantan los de Extremoduro, este bar está cansado ya de despedidas.

Publicado en "El Norte de Castilla" el 3-01-2013 

jueves, 27 de diciembre de 2012

¿Y SI NADIE NOS MANDA?


Aceptamos ser esclavos a cambio de un salario, el salario fue menguando pero ya habíamos aprendido a ser esclavos que no es otra cosa que pensar con la cabeza de otros. En la película de Eliseo Subiela ‘El lado oscuro del corazón’, la muerte representada por Nacha Guevara responde a Oliverio, un poeta que deambula buscando a la mujer con quien volar, ‘sería espantoso descubrir que cumplo órdenes que nadie ha dado’.
La muerte, poco acostumbrada a ser interpelada, ve en este caso cómo se la enfrentan, cómo su interlocutor -solo podía ser poeta quien así encara- no asume la fatalidad, las cosas no son así, están así. ‘No sos una muerte torera, sos una muerte de barrio y programas de televisión, una muerte mediocre, anónima, cobarde’. Ella había arrancado la conversación pretendiendo reprimir, acongojar, mostrar un mundo plagado de lugares comunes, un mundo entristecido porque su población había interiorizado que ese era el camino recto, que la madurez es la asunción de una realidad opaca. ‘Oliverio, aunque te portes como un niño ya no eres un niño’. Hazte mayor, espabila, obedece, no seas ingenuo, no creas en el hombre, te irá mejor.
Ahora, acorralada, la muerte se defiende: ‘Yo no existo por mí misma, soy un instrumento. Si no te llevo es porque todavía decís algunas palabras que impiden que te lleve, y mientras las sigas diciendo tengo prohibido tocarte. Me echas en cara cosas como si yo fuera la responsable de todo y yo solo cumplo con mi papel. ¿Por qué no vas y le preguntas al responsable de todo?’
Él insiste: ‘¿Y cómo voy? Dame una tarjeta para verlo de parte tuya, vos lo conocés’.
-Yo trabajo para él, yo no lo conozco
-¿Trabajás para él?
-Creo que sí, sería horrible darse cuenta…
Sería horrible darse cuenta de que obedecemos sin ser mandados, de que somos instrumentos de la nada, de unos cuantos que ya no necesitan decirnos qué hemos de hacer porque, tras décadas de susurrarnos al oído que las cosas solo pueden ser así, hemos terminado creyendo que su lógica era la única posible. 

Publicado en "El Norte de Castilla" el 27-12-2012

domingo, 23 de diciembre de 2012

SUTIL MECANISMO

El complejo mecanismo de la vida de vez en cuando embarranca y nos enfrenta al espejo que todos sabemos que tenemos en casa, pero al que no queremos escuchar porque nos recordaría nuestra vulnerabilidad, nuestro carácter efímero. El cuerpo es el milagro inexplicado de la evolución y encierra en alguna parte de sí dos depósitos invisibles, en uno se atesoran los recuerdos, del fondo del otro brotan las ilusiones. Con el material de ambos se amasan las emociones. Pero no dejamos de ser un conjunto de reacciones químicas que se realizan sobre una base de agua. Dicen que la medicina no es una ciencia exacta, pero nada menos cierto, simplemente no existe el conocimiento suficiente para comprender los arcanos de una maquinaria tan impecable como sutil. Tan sutil que está expuesto a miles de vicisitudes que en algún momento pueden desengranar cualquier cadenilla y terminar afectando a todo el montaje. Estamos enfermos, buscamos soluciones, química que recomponga la química. Salvo que la enfermedad se llame cáncer, entonces agachamos la cabeza y tememos lo peor, la palabra viene a despertar nuestros miedos atávicos y la asociamos a algo parecido a una condena a muerte. Ya no es así, la medicina demuestra que sí es ciencia y va desentrañando parte del misterio pero el miedo sigue latente, al cáncer y a ser nosotros los señalados. Quizá por eso, porque no hay criterios que garanticen la inmunidad, todos sufrimos al saber que que alguien está señalado por esa cruz del destino.