jueves, 3 de enero de 2013

QUERIDOS REYES MAGOS:


Quizá, pues han pasado muchos años, os sorprenda ver mi nombre en el remite de este sobre, pero esta vez han podido más las ganas que esa pose, que ese rictus serio que parece obligatorio si quieres parecer adulto y ser aceptado como tal. Ya sabéis, porque a buen seguro habéis leído ‘El Principito’, que “las personas mayores nunca comprenden nada por sí solas”, te dicen continuamente lo que hay que hacer y no admiten más que un camino para ello. Las cosas son así, repiten, y si descubren que haces dibujos, te miran con una mezcla de desdén y autoridad para insistir en que “hay que dejar a un lado los dibujos de serpientes boas abiertas o cerradas e interesarse un poco más en la Geografía, la Historia, el Cálculo y la Gramática”. Materias todas ellas necesarias pero no suficientes salvo que nos conformemos con una vida a plazo fijo, con un hastío programado, con una andanza sin ilusión. Una ilusión  enterrada por la inmediatez, enterrada hasta el punto de haberos puesto en entredicho. Lo habréis escuchado igual que yo: Es mejor hacer regalos a los niños al principio de las vacaciones para que puedan disfrutarlos mientras duran. Un argumento estúpido que permitió la entrada de ese usurpador que nunca supo lo que es jugar con la emoción, con los días de ojos encendidos esperando. Nunca supo que se disfruta más imaginando que teniendo, deseando que leyendo el manual de instrucciones. 
Oigo estos días la misma pregunta, qué le pido al año, qué os pido a vosotros. Nadie me preguntó qué le ofrecía yo al año, incluso, qué os podía ofrecer a vosotros. Me lo planteo y no sabría qué responder pero sé que pedir y dar son, en el fondo, el mismo verbo. Que a veces provoca el mismo placer una cosa que la otra, que también hace falta tanta generosidad para atreverse a pedir como para hacerlo a dar.
Nada más pretendía, si acaso recordaros que existo, que sigo siendo el mismo niño de antaño, aunque, eso sí, ahora no digo adiós porque, como cantan los de Extremoduro, este bar está cansado ya de despedidas.

Publicado en "El Norte de Castilla" el 3-01-2013 

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