jueves, 8 de mayo de 2014

SE HACE GRANERO

Las palabras esdrújulas siempre me atrajeron por la rotundidad con la que resuena su acento, por otra parte, siempre disfruté jugando con los dobles sentidos de los términos por la capacidad de provocación o descubriendo nuevas palabras inexistentes que se formaban solapando dos que sí tenían vida. Pero este mismo juego puede servir para explicarnos mucho mejor la naturaleza de algunas cosas. Filantrópico y antropófago son palabras hermosas por su contundente sonoridad, la primera eleva al infinito al simple generoso de a pie, la segunda nos traslada en un viaje en el tiempo hasta aquellos tebeos de la infancia en los que un grupo de negros (los malos siempre son de allí) danzaban alrededor de una enorme caldera de barro en la que se cocía a un explorador. Dos palabras que fundidas en un crisol forman una tercera, filantropófagos, que no aparece en ningún diccionario, pero que define a la perfección todo un mundo de instituciones vinculadas a las grandes empresas que afirman pretender erradicar las injusticias del orbe; sin embargo que en realidad solo buscan apuntalar un sistema y hacer negocio en él hasta las últimas consecuencias. Un negocio que consiste en sumar pobres y multiplicar, aunque sea por un solo euro al día. Un grano no hace granero pero cuatro mil millones ayudan al compañero.

EL EMPATE RELATIVO

Una de esas leyendas apócrifas que labran el mito de algunos genios se refiere a Albert Einstein cuando, tras formular su teoría de la relatividad (aunque él nunca la denominó así), su reputación había trascendido más allá del ámbito en el que trabajan los investigadores. Durante aquella época, el físico recorrió diversas universidades de los Estados Unidos desgranando los vericuetos de tan revolucionaria teoría. Un día de tantos, a caballo entre dos ciudades, su chófer le espetó: «Tiene usted mucha cara, le pagan barbaridades de dinero y lo único que hace es repetir siempre la misma copla, ahora que ya le he oído, yo también podría hacerlo». Einstein le tomó la palabra y aceptó la propuesta: «La próxima conferencia la impartirá usted». Dicho y hecho, antes de llegar, intercambiaron sus ropas y se caracterizaron convenientemente. El chófer expuso palabra tras palabra todo lo que había oído al genio tantas veces.

domingo, 4 de mayo de 2014

LOS DOS GOLES DE RUKA

Existen expresiones que aparentemente no dicen nada pero que cobran sentido porque encierran en sí toda la experiencia vital de quien las escucha. Son frases con un contenido obvio, de apariencia hueca, pero que retumban en el receptor, porque en alguna de sus alacenas interiores encuentra la definición precisa. Una expresión del cariz de ‘la vida es así’ puede ser un buen ejemplo. Ese ‘así’ puede valer para un roto y para un descosido, en esencia no dice nada, pero cuando llega a nuestros oídos nos cuenta todo. Al fin y al cabo, ¿qué es la vida más que la suma de las cosas que caben en ella? La vida es lo que es, lo que nos permite gozar y lo que nos arrastra a sufrir, una secuencia ilógica de acontecimientos que tenemos que digerir, un espacio en el que las causas y las consecuencias no siempre llevan el mismo camino.

jueves, 1 de mayo de 2014

SINGFROGS SQUARE

No, no estaba abandonada. Que no nos quieran quitar hasta la memoria. Allí, por ejemplo, conocí a la madre de mi hijo. Y ese día, como el anterior, como los siguientes, la plaza de Cantarranas hervía. Es cierto que tanta vida generaba algún efecto indeseado, pero no más que en tantos otros lugares donde la gente convive en la calle. La diferencia es que las personas que se agrupaban en la plazuela no parecían dignas de ocupar un espacio en el centro de esta ciudad, vestían mal y se cortaban pocas veces el pelo. Mala publicidad para quien pretende especular con el jugoso pastel de los metros cuadrados. Había que poner en marcha una maquinaria para expulsar a esa gente ‘molesta’ y se optó por una ya conocida: la criminalización de las personas, la estigmatización del espacio. La socióloga británica Ruth Glass o la escritora canadiense Jane Jacobs describieron estas prácticas cuyo fin último es expulsar a la clase obrera del centro para que, posteriormente, sea ocupado por esa clase media con pretensiones. En Valladolid se siguió el catón. En Cantarranas no se bebía más que en Paraíso, ni se movía más droga que en Coca, ni había más altercados que en San Miguel; pero sí había más policía, más multas, más denuncias, más expedientes. A la plaza la vaciaron.

martes, 29 de abril de 2014

LÁGRIMAS DE BERGDICH

A lomos de su montura, Boabdil se aleja. El caballo no llega ni a trotar, porque el jinete no tiene fuerza para mover los arreos. No tiene fuerza ni para girar la cabeza y mirar por última vez aquella fortaleza que parecía teñida de rojo por el reflejo de las luces de las antorchas. No tiene el valor suficiente para enfrentarse a la visión de la imponente alhambra que se alza majestuosa, porque esa sola imagen es la crónica de su derrota, de una derrota que le perseguirá hasta el final de los tiempos. El que había sido monarca del reino nazarí caminaba ahora hacia un exilio que no era más que la consumación de la pérdida, la puesta en escena de una humillación, la muerte en vida. Visto de lejos es un espectro que deambula en medio de la noche, de cerca no es más un despojo de grandeza que se balancea según la voluntad del viento. Una lágrima recorre su rostro avejentado de tanta pena. Aixa, su madre, cabalga al lado. El aroma de su cara huele a rabia destilada, mira a su hijo con desprecio y replica a su llanto: «Llora como una mujer lo que no supiste defender como hombre». No sabemos si en realidad ocurrió de esta manera, es imaginable, en cualquier caso, las respuestas del alma encogida de Boabdil, pero nadie estaba allí para atestiguarlo. Pero, como a todo derrotado, la historia le juzgó de forma severa convirtiéndole en un pelele propicio para ser manteado por los escribanos. Esas supuestas lágrimas, la reprimenda de su madre -una mujer-, sirvieron a un intrascendente escritor apellidado Echevarría, que vivió allá por el siglo XVIII, para forjar la imagen de un rey débil y para asociar esa laxitud al carácter femenino. Los hombres no lloran, ya se sabe. Hasta que lloramos. Hasta que por fin pudimos llorar y afirmarlo públicamente: ni llorar es de débiles, ni es de mujeres, ni, por supuesto, mujer y debilidad son términos sinónimos.

jueves, 24 de abril de 2014

NO SOMOS DE CAFÉ

Tierra de pies en polvorosa, cuyos caminos, más que unir, son las venas abiertas por las que se desangra, Castilla, muere enseñoreada de sí misma sin saber lo que es porque nunca quiso mirarse. Envejecimiento, despoblación, palabras, palabras contra las que se combate tratando de mirar atrás para recrear las calles llenas de cuando el campo necesitaba manos. El futuro, si lo hay, es otra cosa. No asumir que los pueblos, muchos, habrán de morir es negar la esencia de las cosas. Cabe el llanto, a algunos se nos sepultará un trozo de nosotros mismos, la nostalgia arañará nuestros corazones, pero no hay más, las distancias ya no son lo que eran, los servicios se concentrarán en menos localidades. Queda el mientras tanto, la atención imprescindible en tanto en cuanto haya algo de vida porque la eutanasia no tiene sentido en estos casos. Los pueblos que han de morir lo han de hacer el día que les toque. Pero este mientras tanto es compatible con una visión a largo plazo que enfoque sus esfuerzos en las cabeceras de comarca, de lo contrario estas correrán el mismo destino poco más tarde. 

jueves, 17 de abril de 2014

INGENIEROS QUE SOBRAN

Al final no sé si las procesiones de Semana Santa son un hecho cultural con reminiscencias religiosas o una serie de actos religiosos que se manifiestan a través de la cultura. Supongo que serán las dos cosas a la vez y, según para quién, tendrá más preponderancia un aspecto o el otro. Lo cierto es que, como en todo espacio en el que las personas se relacionan, se producen situaciones humanas perfectamente extrapolables a cualquier otra faceta de la vida. Año tras año, cuando llega esta semana móvil, recuerdo una escena que se produjo hace casi veinte años en León en medio de la procesión del Viernes Santo. La escena consiguió sustituir el silencio propio del momento por las carcajadas de todos los que por allí andábamos.

domingo, 13 de abril de 2014

POR UNA SOCIEDAD DE HOMBRES Y MUJERES LIBRES: VIVA LA REPÚBLICA

Hace 83 años un runrún de libertad atizaba el aire de la primavera, una mueca cómplice de alegría se dibujaba en la mirada de mujeres y hombres que oteaban futuro tras un pasado de penurias, de sombras, de tiranías, de caciques y curas trabucaires. A la vez, pero no entre ellos, las gentes de orden, los apellidos de siempre, sentían en sus cogotes el miedo a perder los privilegios propios que no son otra cosa que derechos ajenos usurpados.

Quiero recordar, pero no para rememorar a secas, sino como ejercicio de vinculación con los valores republicanos. Los mismos que ayer cuajaron y que más temprano que tarde han de volver como hecho porque nuestros corazones los ansían y nuestras manos siguen disponibles.  

sábado, 12 de abril de 2014

INDULTO NO; TESÓN

Los humanos construimos nuestra realidad con palabras. No solo para explicarla, también para comprenderla. Por eso, nada mejor que la poesía para explorar en nuestros sentimientos, porque cuando se trata de lo profundo no es nada sencillo atinar con las palabras adecuadas para comunicar cómo nos encontramos. Cuando estamos realmente mal, sufriendo por alguna de esas jugarretas que la vida propone en nuestro camino, tenemos dificultades para transmitirlo. Llegados a este punto tenemos que recurrir a un poema o incorporar metáforas al lenguaje cotidiano. Tenemos que agarrarnos a palabras como ‘alma’ con las que pretendemos definir algo tan etéreo e inaprensible como la parte inmaterial de las personas o recurrimos a la metonimia dirigiendo al corazón el dolor de todo el cuerpo. El corazón, dicen los médicos, no duele, sin embargo utilizamos este órgano para referirnos a un dolor ilocalizado, a un pesar que afecta al todo, al vacío, por ejemplo, que sufre una madre cuando siente que puede perder un hijo.