lunes, 9 de noviembre de 2020

UN NO PARAR

Foto "El Norte de Castilla"
El mundo no se está quieto ni en el sentido figurado, la vida es puro dinamismo, ni, por supuesto, en el literal, que bien sabemos que ese ritmo de nuestra Tierra, de vuelta diaria sobre sí misma y anual alrededor del Sol, nunca decae. Pero no por ello dejamos de apelar a ese imposible y, cuando vienen mal dadas, imploramos al planeta que se detenga.

Tras el fallecimiento de mi tocayo el dibujante Quino, proliferaron las imágenes de su más icónica creación: Mafalda. En muchos casos, tal vez por el momento de duelo, le acompañaba una frase de ese estilo atribuida a la niña, “detengan el mundo, que me bajo”. Tiempo atrás, el propio Quino apuntó que se trataba de una viñeta adulterina; su Mafalda, la genuina, nunca hubiera deseado dejar el mundo. Su potente curiosidad, su visión crítica de la sociedad, eran causa y efecto de una monomanía: la pretensión de que el mundo mejore.

miércoles, 4 de noviembre de 2020

IR POR DERECHO

Foto "El Norte de Castilla"
Ante cualquier avería tiramos de listín telefónico y llamamos al profesional pertinente. En principio, el asunto parece fácil: si la cosa va de agua, se llama a un fontanero; si de ladrillo, a un albañil; si de chispa, a un electricista... Pero más allá del terreno de la ñapa doméstica, las necesidades suelen ser más complejas y los profesionales, más específicos. Para resolver los trámites de un divorcio, litigar con la empresa que nos despide o comerse el menor trullo posible tras haber atracado un banco necesitamos un abogado, pero no el mismo para las tres cosas. Eso de ‘tengo un primo abogado que esto me lo resuelve’, pues según y conforme. Y sorprendidos si el primo nos dice que de eso no sabe. Como lo estuvo aquel fulano que, sentado en la plaza de la Universidad, pendiente de sus hijos, vio cómo el menor recibía un balonazo en la entrepierna. Acudió presto y, ante las quejas de la criatura, miró y comprobó que el testículo izquierdo se le estaba amoratando. En el instante de la duda del qué hacer, su mirada se topó con el edificio de la Universidad. Allí, pensó, tienen que saber. Cargó con el muchacho, fue y, apenas sobrepasada la entrada, preguntó azarado a la primera persona que encontró.

martes, 3 de noviembre de 2020

CLAROSCUROS

Foto "El Norte de Castilla"
Entre el hoy en que escribo esto y el hoy en que esto leen, los norteamericanos habrán decidido quién va a ocupar su presidencia durante los próximos cuatro años. En cualquier otro momento habríamos observado con mucho más que curiosidad. Éramos conscientes de que casi nos jugábamos más en aquellas elecciones que en las propias, en las que nos limitábamos a elegir la forma de obedecer –a regañadientes, a escondidillas, orgullosos o con los pies encima de la mesa-, la manera de supeditarnos a los designios de aquel. 

Entonces Europa, más aún España, bailaba al son de la música provocada por el romper de las olas de un océano al que se agitaba desde la otra orilla.

lunes, 26 de octubre de 2020

¿DÓNDE ESTÁ MI BOCADILLO?

Foto "El Norte de Castilla"
El lunes, poco antes de que me tuviese que levantar, me despertaron las voces de Juan Carlos, el Gordo, desde la puerta de la calle.

-Señá Jose, ábrame la trasera.

En lo que él se preparaba para comenzar su labor -alguna obra menor de albañilería- yo desayuné y dispuse el material para ir a la escuela. Quiso la fortuna que desde la ventana viese cómo el Gordo dejaba el bocadillo del almuerzo envuelto en papel de periódico sobre un estante de herramientas. Haciéndome el longuis, salí a la calle por el corral con ojos golosos cargando la media barra larga en la cartera.  

Llegado el momento, el Gordo fue a por su tentempié. Primero, sorpresa. Después de afanarse en una búsqueda estéril, mueca de incredulidad, brazos pegados al cuerpo, antebrazos extendidos, manos abiertas con las palmas hacia arriba… Cariacontecido, como Kike

-Señá Jose, no encuentro el bocadillo.

Mi madre le hizo uno para que cubriese el expediente.

miércoles, 21 de octubre de 2020

YO SOY

Foto "E Norte de Castilla"
Enfrentarse a una hoja en blanco viene a ser encararse uno consigo mismo, pretender apuntar las conclusiones de un diálogo en el que tú eres todos los interlocutores. Supone un constante ejercicio de tachar, reanotar y volver a empezar hasta que se cree haber obtenido el jugo del autodiálogo y la forma de ofrecerlo. ‘Hasta que se cree’, porque nunca se llega a ese punto: las conclusiones que se abordan son siempre más dudas pendientes de encarar.

Leo que Samuel Paty, un profesor francés algo más joven que yo, ha sido decapitado. El autor de tal barbaridad, Abdoulakh Anzorov, 18 años, de origen checheno, esgrimió que Paty “había osado rebajar a Mahoma”. Ese ‘rebajar’ consistió en valerse de caricaturas de Mahoma publicadas en la revista Charlie Hebdo -en cuya sede, por lo mismo, en 2015 fueron asesinadas 12 personas- para establecer un diálogo en clase sobre la libertad de expresión. Dos apreciaciones: una, Samuel Paty, consciente de que  el Islam prohíbe las imágenes de Mahoma, advirtió de lo que iba a mostrar para no obligar a nadie a verlo; dos, Abdoulakh Anzorov no era uno de sus alumnos.

lunes, 19 de octubre de 2020

FUERA DE MARCO

Foto "El Norte de Castilla"
Algunas fotos panorámicas se asemejan demasiado a la escenografía de un espectáculo de prestidigitación: los encuadres están perfectamente ajustados para que el espectador crea que lo que ve es la realidad, lo sustantivo de la realidad, cuando en verdad lo que el artista, fotógrafo o mago,  ofrece a la vista no es más que un ejercicio de distracción bajo el que se esconden las cartas marcadas, los tejemanejes. Bien pensado, algo no muy diferente al presente de nuestra cotidianeidad política, ejecutada por unos actores más pendientes de transmitir una imagen -un relato, dicho en lengua snob- que en enfrentar, desde las diferentes perspectivas analíticas, la situación compleja que se observa.

En este ejercicio de simplificación, la foto panorámica cuenta con el marco como aliado: así, se permite el lujo de ofrecer una imagen que aparenta una visión general a la vez que esconde lo que no le apetece mostrar, con la simple artimaña de dejar esto al otro lado de la linde que separa lo que aparece de lo que no.  En un partido reglamentario de fútbol, árbitros aparte, se cuentan veintitrés protagonistas: los veintidós que lo juegan y el balón. Pues bien, nuestra foto, con alta densidad de futbolistas, con poses recias o expectantes, actitudes físicamente activas o pasivas, muecas naturales o artificiosas, deja fuera del perímetro vallado a las dos estrellas más refulgentes del encuentro disputado ayer: el balón, que lo es por definición, y Roberto. Sin la actuación brillante del portero pucelano, el equipo se hubiera venido del Prepirineo con media docena de agachadas al fondo de la portería y ¡chitón!, aquí paz y después gloria. Cuando ocurre al revés y elevamos a categoría de internacional al portero rival, la lengua se nos va a que la fatalidad nos persigue, a que tal, cual y que el fútbol es injusto. Lo es. Y lo es también cuando el destino se pone de nuestra parte.

viernes, 16 de octubre de 2020

Tiempos Catalizadores

Leonora Carrington. La Berinto. 1991
Las personas más jóvenes, por lo general, entienden la enfermedad como un paréntesis, un hecho accidental que trastoca los planes presentes lanzándolos hacia un futuro inmediato y previsible. El después será poco menos que la continuidad de un antes; el durante, un tiempo irrelevante a efectos prácticos. Cuando el calendario ha dado ya muchas vueltas, también por lo general, vamos entendiendo que una enfermedad, por su gravedad, por su larga duración o porque, simplemente, marca el fin del tiempo, puede alterar la realidad del protagonista. En cualquiera de los casos, la salida de la enfermedad se realiza por una puerta diferente a la de entrada, conduce a un estadio distinto que no encuentra continuidad con el previo. En el primero, la gravedad determina una pérdida de condiciones físicas que impedirá un desempeño vital semejante al ejercido hasta ese momento. En el segundo, la larga duración nos obliga a aprender a convivir con la enfermedad, a asumir que ella no ha venido de visita sino con el firme propósito de alojarse en nosotros, de  convertirse en huésped. En el tercero, cuando simplemente marca el fin del tiempo, simplemente marca el fin del tiempo.

miércoles, 7 de octubre de 2020

MADRID EXISTE

Foto "El Norte de Castilla"
Hace unos años, la palabra ‘existe’ adherida al nombre de una provincia de esas casi vaciadas cuajó fortuna. Los ecos del Zamora, Soria o Teruel ‘existe’ retumbaban como el the sound of silence: sonaban más a lamento que a rebeldía política. El fuego nació ya apagado, tan fue así que incluso diputados de los partidos de gobierno -del que fuese- se postularon para encabezar las marchas tras haber acatado sumisamente los designios de sus ‘superiores’ en el Parlamento. En Teruel fueron más allá y se presentaron a las elecciones. Resonó un poco más, pero fue lo mismo, más sollozo que insurrección.

De repente ese ‘existe’ ha cobrado fuerza desde el lugar más inesperado, el envés del despoblamiento, la comunidad receptora -de todo- por antonomasia: la mismísima Madrid, a resultas del lamentable espectáculo del conflicto entre el gobierno de la comunidad y el de España sobre la gestión de la pandemia, ha emergido como sujeto político visible. Recalco ‘visible’. Madrid ya era un sujeto político mayúsculo; pero ejercía su sobresaliente influencia callada, imperceptible, como si la cosa no fuera con ella, sin disonar nunca con la música oficial.

sábado, 3 de octubre de 2020

ADIÓS TRISTEZA

Se despide Diego, la mezcla de sábado tarde y veinteañero no cuaja en el interior de una casa.

-¿Sales ya?

Antes de cerrar la puerta por fuera, enciende su modo ironía, araña mi ojo por dentro. 

-Sí, he quedado. ¿Has terminado el artículo? Imagino que será todo alegría y jolgorio.

Tuerzo el gesto de la cara.

-¿Y eso?

Bien sabe que no es verdad, que, al contrario, sonrío más tiempo del que refunfuño. Pero le da igual, sabe que muerde magro y no suelta pieza.

- Te pasas el día enfadado.

Le miro con cara de ‘en qué hora se me ocurriría que era buena idea ser padre’.