lunes, 23 de noviembre de 2020

BENDITOS FALLOS

Foto "El Norte de Castilla"
En cualquier comedieta romántica, el entramado se dibuja como un campo de minas intransitable que sugiere que no va a ocurrir lo que todos sabemos que terminará por suceder. Entonces, como de repente, cuando se ha dado a entender que el más que previsible romance entre los dos protagonistas ha ido al traste, un giro de guion permite que todas las dificultades se soslayen, que todos los nudos se desaten y que se cierre la trama con un final feliz. Entre todas ellas, una obra teatral destaca por el prestigio del autor, William Shakespeare, y por lo bien que el título refleja la peripecia argumental y la filosofía vital de un gran número de congéneres: “A buen fin, no hay mal principio”.

Todo el pucelanismo, él el que más, lamentó la ocasión errada por Plano cuando el partido estaba aún en pañales. Lo mismo sucedió al poco tras un error similar de Guardiola. Entonces teníamos claro que esos nonatos goles solo podían sumar en el platillo blanquivioleta de la balanza. Tras el partido, tras conocer el resultado, mejor será no volver la vista atrás: ¿quién sabe qué hubiera ocurrido si las cosas no hubieran sido como efectivamente resultaron ser? La sabiduría china nos enseñó que un sutil aleteo de una mariposa en determinado lugar puede sentirse tiempo después en el sitio más alejado. Vaya, que cualquier variación de las circunstancias, cualquier modificación de las condiciones de partida, podrá desplazar a gran distancia la desembocadura de un sistema dinámico caótico como lo es un partido de fútbol. Y dado que el de ayer concluyó con un resultado óptimo, mejor, ya digo, que todo sucediera, errores incluidos, tal y como sucedió.

miércoles, 18 de noviembre de 2020

HABITACIÓN A MAYORES

Foto "El Norte de Castilla"

A donde quiera que fui, siempre hubo un bar que me eligió y un yo encantado de ser elegido: la Tartana, el Pala, el Medayo, la Oca, la Pequeña, los Robles. Tabernas vivas, tascas lo suficientemente a mano como para convertir su territorio en otra habitación de mi casa, a los cantineros en compañeros de piso, en amigos. No por casualidad el epígrafe de esta columna  reza ‘al pie de un café’. Uno, históricamente no sobrado de posibles, por el precio de un café, dos a lo sumo, pasó horas tomando notas mientras leía varios periódicos.

No solo; cuando andaba alguna clase por cobrar, me fiaban las bravas o la tortilla que mataban el hambre: “ya me lo darás”. Escucho a gente reclamándose orgullosos de que nadie les haya regalado nada. Desconfío. Que nadie te haya dado nada es, de por sí, un desdoro. Quien tal afirma nunca hizo mérito para recibir, nunca nada va a ofrecer.

lunes, 9 de noviembre de 2020

UN NO PARAR

Foto "El Norte de Castilla"
El mundo no se está quieto ni en el sentido figurado, la vida es puro dinamismo, ni, por supuesto, en el literal, que bien sabemos que ese ritmo de nuestra Tierra, de vuelta diaria sobre sí misma y anual alrededor del Sol, nunca decae. Pero no por ello dejamos de apelar a ese imposible y, cuando vienen mal dadas, imploramos al planeta que se detenga.

Tras el fallecimiento de mi tocayo el dibujante Quino, proliferaron las imágenes de su más icónica creación: Mafalda. En muchos casos, tal vez por el momento de duelo, le acompañaba una frase de ese estilo atribuida a la niña, “detengan el mundo, que me bajo”. Tiempo atrás, el propio Quino apuntó que se trataba de una viñeta adulterina; su Mafalda, la genuina, nunca hubiera deseado dejar el mundo. Su potente curiosidad, su visión crítica de la sociedad, eran causa y efecto de una monomanía: la pretensión de que el mundo mejore.

miércoles, 4 de noviembre de 2020

IR POR DERECHO

Foto "El Norte de Castilla"
Ante cualquier avería tiramos de listín telefónico y llamamos al profesional pertinente. En principio, el asunto parece fácil: si la cosa va de agua, se llama a un fontanero; si de ladrillo, a un albañil; si de chispa, a un electricista... Pero más allá del terreno de la ñapa doméstica, las necesidades suelen ser más complejas y los profesionales, más específicos. Para resolver los trámites de un divorcio, litigar con la empresa que nos despide o comerse el menor trullo posible tras haber atracado un banco necesitamos un abogado, pero no el mismo para las tres cosas. Eso de ‘tengo un primo abogado que esto me lo resuelve’, pues según y conforme. Y sorprendidos si el primo nos dice que de eso no sabe. Como lo estuvo aquel fulano que, sentado en la plaza de la Universidad, pendiente de sus hijos, vio cómo el menor recibía un balonazo en la entrepierna. Acudió presto y, ante las quejas de la criatura, miró y comprobó que el testículo izquierdo se le estaba amoratando. En el instante de la duda del qué hacer, su mirada se topó con el edificio de la Universidad. Allí, pensó, tienen que saber. Cargó con el muchacho, fue y, apenas sobrepasada la entrada, preguntó azarado a la primera persona que encontró.

martes, 3 de noviembre de 2020

CLAROSCUROS

Foto "El Norte de Castilla"
Entre el hoy en que escribo esto y el hoy en que esto leen, los norteamericanos habrán decidido quién va a ocupar su presidencia durante los próximos cuatro años. En cualquier otro momento habríamos observado con mucho más que curiosidad. Éramos conscientes de que casi nos jugábamos más en aquellas elecciones que en las propias, en las que nos limitábamos a elegir la forma de obedecer –a regañadientes, a escondidillas, orgullosos o con los pies encima de la mesa-, la manera de supeditarnos a los designios de aquel. 

Entonces Europa, más aún España, bailaba al son de la música provocada por el romper de las olas de un océano al que se agitaba desde la otra orilla.

lunes, 26 de octubre de 2020

¿DÓNDE ESTÁ MI BOCADILLO?

Foto "El Norte de Castilla"
El lunes, poco antes de que me tuviese que levantar, me despertaron las voces de Juan Carlos, el Gordo, desde la puerta de la calle.

-Señá Jose, ábrame la trasera.

En lo que él se preparaba para comenzar su labor -alguna obra menor de albañilería- yo desayuné y dispuse el material para ir a la escuela. Quiso la fortuna que desde la ventana viese cómo el Gordo dejaba el bocadillo del almuerzo envuelto en papel de periódico sobre un estante de herramientas. Haciéndome el longuis, salí a la calle por el corral con ojos golosos cargando la media barra larga en la cartera.  

Llegado el momento, el Gordo fue a por su tentempié. Primero, sorpresa. Después de afanarse en una búsqueda estéril, mueca de incredulidad, brazos pegados al cuerpo, antebrazos extendidos, manos abiertas con las palmas hacia arriba… Cariacontecido, como Kike

-Señá Jose, no encuentro el bocadillo.

Mi madre le hizo uno para que cubriese el expediente.

miércoles, 21 de octubre de 2020

YO SOY

Foto "E Norte de Castilla"
Enfrentarse a una hoja en blanco viene a ser encararse uno consigo mismo, pretender apuntar las conclusiones de un diálogo en el que tú eres todos los interlocutores. Supone un constante ejercicio de tachar, reanotar y volver a empezar hasta que se cree haber obtenido el jugo del autodiálogo y la forma de ofrecerlo. ‘Hasta que se cree’, porque nunca se llega a ese punto: las conclusiones que se abordan son siempre más dudas pendientes de encarar.

Leo que Samuel Paty, un profesor francés algo más joven que yo, ha sido decapitado. El autor de tal barbaridad, Abdoulakh Anzorov, 18 años, de origen checheno, esgrimió que Paty “había osado rebajar a Mahoma”. Ese ‘rebajar’ consistió en valerse de caricaturas de Mahoma publicadas en la revista Charlie Hebdo -en cuya sede, por lo mismo, en 2015 fueron asesinadas 12 personas- para establecer un diálogo en clase sobre la libertad de expresión. Dos apreciaciones: una, Samuel Paty, consciente de que  el Islam prohíbe las imágenes de Mahoma, advirtió de lo que iba a mostrar para no obligar a nadie a verlo; dos, Abdoulakh Anzorov no era uno de sus alumnos.

lunes, 19 de octubre de 2020

FUERA DE MARCO

Foto "El Norte de Castilla"
Algunas fotos panorámicas se asemejan demasiado a la escenografía de un espectáculo de prestidigitación: los encuadres están perfectamente ajustados para que el espectador crea que lo que ve es la realidad, lo sustantivo de la realidad, cuando en verdad lo que el artista, fotógrafo o mago,  ofrece a la vista no es más que un ejercicio de distracción bajo el que se esconden las cartas marcadas, los tejemanejes. Bien pensado, algo no muy diferente al presente de nuestra cotidianeidad política, ejecutada por unos actores más pendientes de transmitir una imagen -un relato, dicho en lengua snob- que en enfrentar, desde las diferentes perspectivas analíticas, la situación compleja que se observa.

En este ejercicio de simplificación, la foto panorámica cuenta con el marco como aliado: así, se permite el lujo de ofrecer una imagen que aparenta una visión general a la vez que esconde lo que no le apetece mostrar, con la simple artimaña de dejar esto al otro lado de la linde que separa lo que aparece de lo que no.  En un partido reglamentario de fútbol, árbitros aparte, se cuentan veintitrés protagonistas: los veintidós que lo juegan y el balón. Pues bien, nuestra foto, con alta densidad de futbolistas, con poses recias o expectantes, actitudes físicamente activas o pasivas, muecas naturales o artificiosas, deja fuera del perímetro vallado a las dos estrellas más refulgentes del encuentro disputado ayer: el balón, que lo es por definición, y Roberto. Sin la actuación brillante del portero pucelano, el equipo se hubiera venido del Prepirineo con media docena de agachadas al fondo de la portería y ¡chitón!, aquí paz y después gloria. Cuando ocurre al revés y elevamos a categoría de internacional al portero rival, la lengua se nos va a que la fatalidad nos persigue, a que tal, cual y que el fútbol es injusto. Lo es. Y lo es también cuando el destino se pone de nuestra parte.

viernes, 16 de octubre de 2020

Tiempos Catalizadores

Leonora Carrington. La Berinto. 1991
Las personas más jóvenes, por lo general, entienden la enfermedad como un paréntesis, un hecho accidental que trastoca los planes presentes lanzándolos hacia un futuro inmediato y previsible. El después será poco menos que la continuidad de un antes; el durante, un tiempo irrelevante a efectos prácticos. Cuando el calendario ha dado ya muchas vueltas, también por lo general, vamos entendiendo que una enfermedad, por su gravedad, por su larga duración o porque, simplemente, marca el fin del tiempo, puede alterar la realidad del protagonista. En cualquiera de los casos, la salida de la enfermedad se realiza por una puerta diferente a la de entrada, conduce a un estadio distinto que no encuentra continuidad con el previo. En el primero, la gravedad determina una pérdida de condiciones físicas que impedirá un desempeño vital semejante al ejercido hasta ese momento. En el segundo, la larga duración nos obliga a aprender a convivir con la enfermedad, a asumir que ella no ha venido de visita sino con el firme propósito de alojarse en nosotros, de  convertirse en huésped. En el tercero, cuando simplemente marca el fin del tiempo, simplemente marca el fin del tiempo.