Polvo en el horizonte, las tres españas cabalgan a
lomos de sus corceles: Balón, Pancarta y almidón. Mientras la primera se
anestesia y la segunda reaparece tras años de “no sabe no contesta”, la tercera
se viste de boda para mostrar una apariencia impoluta, esmoquin sin arrugas que
viste mucho entre los que se reúnen para cantarnos que “Europe is living a
celabration”. Pero tienen miedo y se ofuscan, el mejor momento para escuchar
sus verdades tantas veces escondidas en eufemismos ininteligibles. Tras años de
piquete televisivo coreando que España va bien, acusan de trepanar la imagen
hispana a quien desafía en carne propia esa consigna por hacerlo delante de
invitados de postín. Tal como Juan Diego en los Santos Inocentes. Han vendido
frascos con suspiros de la virgen y acusan de herejía a quién sólo ve botes con
aire. Cuando la realidad se impone a la consigna intentan cuartear a
quienes sienten como plebe: enemigo en paro, enemigo inmigrante, enemiga
mujer... Enemigos de España. De su España homogénea, de su burbuja irreal. Pero
hay otra. La que puede disfrutar de un mundial que se acerca y a la vez salir a
la calle consciente de que su existencia no es la entelequia que se cuenta en
el telediario. Ese caballo llamado Balón no puede permanecer en la cuadra
eternamente anestesiado. Corre el riesgo de volver del mundial a las primeras
de cambio.
Blog sin más pretensión que la de poner un poco de orden en mi cabeza. Irán apareciendo los artículos que vaya publicando en diversos medios de comunicación y algunas reflexiones tomadas a vuelapluma. Aprovecharé para recopilar artículos publicados tiempo atrás.
martes, 5 de octubre de 2004
lunes, 23 de agosto de 2004
TARDE DE VERANO
Hoy
puedo respirar. La televisión en directo que es mi ventana me muestra
la playa desnuda de esas gentes con complejo de chuletilla, amantes de
las brasas. El mismo sol que con su brusca premura ha ahogado a los
cereales y con ellos al sueño anual de los pocos agricultores que hoy
son, ha suscrito una tregua. Hoy es uno de esos pocos días de clase
media que nos concede esta maldita ciudad de contraste entre la vanidad
de unas jornadas abrasivas recluidas en sus mansiones de verano y una
sarta de días desarrapados con hambre de calor que se esparcen a lo
largo del resto del año.
Apresúrense,
huyan; se acercan días que amasan todo el calor, ciegos por saciar sus
instintivas ansias frente a las necesidades de los pobres invernales.
Mejor, no deserten, háganle frente. Su armadura deslumbra mas no es un
enemigo invencible. Busque un rincón en su casa, deje la ventana abierta
durante la noche y cierre la persiana con la amanecida. Coja un libro,
uno de esos en cuyos renglones se lee más de lo que en cada renglón se
ha escrito. Sumérjase, trasládese a paginazos; una tras otra, tras otra
la otra. No se arrepentirá. Transformará el oropel del verano en vulgar
bisutería. Comprenderá el ciclo de las estaciones. Unos con tanto, otros
sin nada.
viernes, 6 de agosto de 2004
CARRUSEL DEPORTIVO
La
verdad, cuando alguien, atañéndose al fútbol, balbuce el manido argumento del
“pan y circo” consigue sacarme de mis casillas. En una simplificación podemos
decir que la sociedad no necesita el narcótico del fútbol para tornarse
indolente. Esa desidia es un hecho que tiene que ver con el acomodo de clases
satisfechas, no busquemos excusas. Cierto es, por otra parte, que para muchos
esas dos horas que dura un partido son un bálsamo de Fierabrás, ciento veinte
minutos sin pensar en los recibos pendientes, en las discusiones familiares, en
cualquier infamia de las que se repiten inexorablemente en nuestro maltrecho
globo azul. Dos horas para el regocijo de una pasión inofensiva, de un fervor
inodoro, de un ardor eterno en dos partes de cuarenta y cinco minutos, de
autoenajenación dispuesta a fundir lo trascendente con la nada. Pero hay
momentos que no permiten seguir las peripecias de unos señores que se disputan
un balón, que la cabeza está pendiente de las últimas noticias que llegan desde
algún lugar del mundo. Por eso se agradece que, sin respetar a dios gol, una
emisora de radio interrumpa la narración de un partido y las voces serias de
los noticieros expandan el hedor de una situación podrida que se acerca al
último estertor. La barbarie israelí en Palestina, asumo el cien por cien de lo
declarado por Saramago, bien merece la
interrupción del carrusel deportivo. Colocando en su sitio cada cosa. Se
agradece.
jueves, 5 de agosto de 2004
MINUTO DE SILENCIO
El
mito de la invulnerabilidad ha sido derribado en forma de torres hermanas.
Significaban más que eran y su caída es más que su desplome. Es odio
condensado, veneno que hervía en las venas de los suicidas, cianuro con nombre
de religión volando hasta incrustarse en diez mil edificios. Es una guerra pero
no empezó ayer, es consecuencia, es una indecente gestión del dolor ajeno. Es
dolor engendrando dolor y en el parto una persona sufre, mil, un millón de
dolores que se engendran oliendo a muerto y clamando justicia y engendrando más
dolor. Es prepotencia criando cuervos, esculpiendo un bumerang, es billete de
ida y vuelta. Nada hay más vulnerable que un ser humano odiado por otro ser
humano, más vulnerable que una torre, que una religión, que un imperio forjado
en miles de seres torturados. El invierno, imperecedero para muchos, ha
depositado sus copos de nieve donde el sol tenía su guarida.
Hoy
estamos de luto, todos los días el odio nos sirve motivos para ello. Silba el árbitro,
comienza el partido.
domingo, 4 de julio de 2004
POETAS CONTRA CONTABLES
El fútbol es un debate entre dos concepciones sociales, entre dos maneras de vivir. Vituperado por pretendidas élites intelectuales, espectáculo circense para anestesiar al pueblo, sobrevive casi como fue ideado. Mas no es una fruslería cebada a merced de la moda televisiva. En la prehistoria de esta sociedad de la información ya era un fenómeno que cautivaba a las gentes y cada sociedad lo vivía, jugaba y expresaba acorde a su idiosincrasia; el alegre fútbol de la calle brasileño, el elegante francés, el industrioso alemán, el primitivo inglés...hasta el de los equipos actuales, aderezo mestizo en el que confluyen diversos caracteres.
Hoy, ya ayer para usted, tras el paso por el cernedor de dieciséis selecciones, se juega la final de la Eurocopa. Nuestros paisanos, esa columna que sustenta el oeste ibérico, al que tantas veces clavamos la navaja de mirarle con desdén por encima del hombro o ni le mirábamos, esos vecinos que ven desaguar a nuestro padre Douro, pretenden el título frente al ultradefensivo Coloso de Rodas.
lunes, 7 de junio de 2004
PROSTITUCIÓN EUROPEA
Europa es una
necesidad política, un salto cualitativo del cejijunto provincianismo a la
ciudadanía universal, de las esencias a los derechos. Pero el sueño de
generaciones -una Europa crisol, ariete de los derechos humanos, refractaria
por escaldada de aventuras bélicas o colonialistas, medioambientalmente
sostenible, abierta, solidaria, laica y comprometida con las condiciones de
vida de hombres y mujeres- se desvanece. A cambio, un lo tomas o lo dejas en
forma de constitución cambalacheada que trueca el sueño en pesadilla.
lunes, 31 de mayo de 2004
PALESTINA. EL HILO DE LA MEMORIA
Es sólo un libro pero este hojaldre de
páginas es a la vez una clase vigorosa de periodismo impartida por Teresa
Aranguren. De principio avisa, sin tapujos, “El testigo del drama está en el
drama...no creo que pretender ser distante y aséptico sea condición de
objetividad y verdad”. Escribir es mirar el mundo desde un particular
caleidoscopio, componer desde la mirada propia, una de tantas. La pretensión de
objetividad es un ejercicio de cinismo retórico que esconde la individualidad
del ángulo de visión de quién escribe. Teresa, al contrario, marca su
territorio, sale a la calle casi a cuerpo, pertrechada sólo con el poder de la
palabra. De la palabra escrita, de la que no se lleva el aire, de la que
demanda permanecer; palabras revestidas con tanto orgullo como las personas, no
personajes, que habitan en las páginas del libro.
martes, 11 de mayo de 2004
DECÍA, DIGO Y DIRÉ “NO”
Mis ojos se ensucian de rabia y asco ante
esas fotos que colocan al hombre un peldaño por debajo del cerdo. Una soldado,
émula de Jonh Wayne, muerde un cigarrillo y con una sonrisa señala la polla de
presos iraquíes, un grupo de militarones se regodea tras amontonar a futuros cadáveres. En el amor y la guerra
no hay moral que valga más que el deseo de sojuzgar al vencido. Esto es la
guerra y así se escribe; se mata y se muere, pero sobre todo se humilla. Nada
es inocuo por más que sus impulsores pretendan revestir sus propósitos de
bienaventuranzas y disfrazar sus efectos con la seda de los eufemismos, por más
que acudan al catálogo de virtudes para declararla. En el bien entendido
pretenden llenar sus bolsillos de dólar y poder aunque emborronen discursos de
amor a su pueblo y gloria de dios por los siglos de los siglos. Saben de sobra
que ellos morirán viejos, cuidados y con un termómetro bajo sus aseados sobacos
tras haber sembrado la mierda de la muerte prematura lejos de sus casas. Y odio
que generará muerte, que generará odio, que... así el mundo no girará en el
sentido que marquen jóvenes armados de futuro sino por el recuerdo de los
desafueros sufridos por unos abuelos mancillados. ¿A ellos qué?
lunes, 3 de mayo de 2004
SIN POSTRE
El melón
constitucional está en un tris de ser abierto mientras discutimos con las
enaguas abajo si son galgos o podencos. Los gerentes de esta comunidad, esos
que miran de soslayo a Madrid antes de tomar una decisión, dirán que algo se ha
ido y no sabrán cómo ha sido. Con prosopopeya relatarán que unas perversas
fuerzas centrífugas se han llevado por delante ese sueño inconcluso de la
paisana Isabel Montatanto llamado España. Digo inconclusa porque la pieza
Portugal falta del puzzle onírico de la tan católica.
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