viernes, 6 de noviembre de 2009

EL INTERESADO DESPRESTIGO DE LA POLÍTICA

Son dos anécdotas de sobra conocidas pero ilustran a la perfección lo que quiero contarles. La primera de ellas tiene como protagonista al dictador Franco, le sitúa en su despacho, frente a él un alto cargo de su gobierno se lamentaba de las vicisitudes a las que se veía sometido.

Son dos anécdotas de sobra conocidas pero ilustran a la perfección lo que quiero contarles. La primera de ellas tiene como protagonista al dictador Franco, le sitúa en su despacho, frente a él un alto cargo de su gobierno se lamentaba de las vicisitudes a las que se veía sometido. El tirano, con su voz atiplada, le aconsejó: Haga usted como yo, no se meta en política. Ahí es nada para quien se adueñó ‘manu militari’ de España y la sometió durante cuarenta años a sus designios. En la segunda, el protagonista es un discípulo de aquel, el inefable Manuel Fraga. Cuando le preguntaron por su concepción de la política replicó diciendo que era algo tan feo que hasta las suegras se llamaban así. Curiosa apreciación cuando viene de alguien que, lustro arriba, lustro abajo, lleva medio siglo sin apearse del caballo. Vienen a cuento porque la política está cada día más desprestigiada. Los innumerables casos de corrupción que estamos conociendo sumados a los comportamientos poco edificantes de muchos representantes políticos, han contribuido a ello. Las personas del común sienten cada día más desapego por la política como corolario de la actitud de estos representantes.

lunes, 2 de noviembre de 2009

El dueño de las llaves, el guardián de los secretos

En la segunda mitad de los ochenta, los que aún eran niños pudieron seguir una serie de animación en la única televisión que por entonces emitía. Dicha serie popularizó a un personaje: el Amo del Calabozo, el tutor de los protagonistas, el encargado de mantener el equilibrio aunque para ello no siempre hiciese lo que le pedían sino lo que entendía como más conveniente. Él era quien hablaba con todos y a cada cual le daba los consejos o recomendaciones pertinentes, era quien escuchaba los lamentos, ponía oídos a las dudas, atemperaba los enfados y reducía los calentones.

domingo, 1 de noviembre de 2009

SABER ESTAR, SABER LLEGAR

Los más viejos del lugar recordamos a Pilar corriendo y recogiendo medallas. Pareciera que toda su vida se hubiera encauzado a través del atletismo cuando, en realidad, llegó a este deporte demasiado tarde para lo que suele ser habitual y con la vida demasiado encauzada. Para entonces se había licenciado en filología hispánica, trabajaba como profesora de lengua y literatura, había cumplido los veintisiete y era madre de dos hijos.
Diez años antes, jugaba al baloncesto en el Medina SF a pesar de la oposición de su padre que no veía ‘decente’ que una chica tan joven viajase tanto. Con este club llegó a actuar en la primera división. Allí estuvo hasta los 24 años aunque su periplo fue guadianesco: un año jugaba, otro se apartaba de la competición por estar embarazada. Dejó definitivamente el baloncesto cuando no consiguieron el ascenso a la división de honor.

sábado, 31 de octubre de 2009

TIEMPO DE REBAJAS

Como las golondrinas avisan de la pronta llegada de la primavera, los anuncios de subvenciones nos indican la cercanía de unas elecciones. El caso es que de unos meses a esta parte suenan acordes celestiales que luego no son más que ruido de tambores. Dos mil quinientos euros por hijo, doscientos y pico mensuales para los jóvenes que alquilen una vivienda... Guiños de cara a la galería pero que no resisten el menor análisis desde la perspectiva de quienes apostamos por un modelo socialmente más justo. En realidad, el método elegido, la subvención directa, no garantiza la cobertura indispensable para que sea eficaz. Vayamos por partes. Somos conscientes de que hay un problema de conciliación de la vida laboral con la familiar, sabemos que para muchas madres y padres traer un hijo al mundo les supone un quebranto económico. ¿Eso se soluciona con un cheque? Rotundamente no. El dinero del estado tiene que ser invertido en la creación de una red de escuelas infantiles, hoy prácticamente inexistente, que de cobertura a los niños y niñas de 0 a 3 años. De esta forma estaríamos creando un modelo que se puede mantener en el tiempo (no de una medida de gracia potestativa), que repercutiría más en quien más lo necesita (los precios van en función de los ingresos y la subvención es la misma para quien trabaja en precario que para el dueño de un banco) y sería la fuente de un derecho social por fin reconocido. 

Por otro lado, el problema de la vivienda en España es un mal enquistado. Se ha construido de forma disparatada y los precios han alcanzado niveles de vértigo. Pero eso, lejos de resolver algo o de ser el único problema, ha generado otro: miles de viviendas vacías y miles de personas sin posibilidad de acceder a una de ellas, ya no comprando, en alquiler. España es una rara avis en el concierto de los países europeos. La relación entre compra y alquiler está equilibrada mientras aquí, con menor poder adquisitivo, el número de personas que viven en alquiler es absolutamente minoritario y está mal visto socialmente. Se habla de la cultura española de la propiedad cuando en realidad la cultura es el poso que queda tras años de hábito en unas prácticas. Si las rentas de un alquiler están muy próximas a las letras de una hipoteca es razonable que la gente compre, cuanto más se separen esos valores más personas optarán por alquilar. ¿Hay alguna medida ensayada y contrastada? La respuesta es sí. La creación de un parque de viviendas públicas de alquiler a precio tasado. Frente a esta posibilidad el Gobierno decide subvencionar a los menores 30 años con una cantidad fija (tanto da el nivel económico de estos jóvenes, como sus necesidades de vivienda o la ciudad en la que vivan). Este tipo de medidas repercuten de forma negativa en lo que, se supone, es el objetivo deseado: lejos de facilitar  el alquiler lo que hace es incrementar el precio. Las personas de las edades subvencionadas no van a notar mejoría alguna (se lo quedará el propietario de las viviendas) y los que la sobrepasen tendrán que pagar más. Flaco favor, por ejemplo, a quien esto suscribe. En materia de vivienda, intervenir sólo sobre la demanda permitiendo que la oferta campe a sus anchas, es garantía de incremento de precios. pero anunciarlo pomposamente en la tele reporta beneficios electorales.

Podría extenderme con el acceso a la salud bucodental o a otras iniciativas de diversos gobiernos de Comunidades autónomas pero en el fondo es reparar en el mismo círculo. Cuando el estado tiene que garantizar derechos y tiene medios para hacerlo debemos reprocharle las políticas timoratas que, a cambio de pan para hoy, no ofrece garantías para mañana. Podría haber una cobertura pública pero han decidido que los recursos públicos acaben en manos de las empresas privadas. Vamos, que toman las partituras de Mozart, las arreglan como Luis Cobos y suena lo que suena

jueves, 29 de octubre de 2009

TEJIENDO BRAZADAS

Buena parte del camino entre la capital y Sardón discurre paralelo y contracorriente a la línea de agua que es, a la par, el eje que vertebra el campo de cigarras castellano y su excepción. Ese tramo adolescente del Duero acompañó las fantasías de la niña que habría de hacer del agua, troceada en ocho calles, la línea por la que transita su vida. Esos escasos treinta kilómetros eran la frontera, una puerta entre la jaula y la libertad que Henar Alonso-Pimentel franqueaba siempre que estaba en su mano acudir al pueblo que adoraba. La niña Henar practicaba todos los deportes porque todos le gustaban aunque lo suyo, creía, era el baloncesto. Nada extraño para una chica tan alta y con tal capacidad de coordinar, en la tierra y en el aire, los movimientos de su cuerpo. Sin embargo, una prima le invitó a una piscina cubierta y el agua, también, se enamoró de su sincronía. Tenía apenas diez años. Poco después ganó una prueba de cincuenta metros mariposa. Parecía que el noviazgo se consolidaba pero, como en toda historia de amor que se precie, surgieron esas pruebas que rompen o cuajan una pareja. Una neumonía rompe, durante un año, la incipiente relación. El señor Alonso-Pimentel, por otra parte, no aprueba -ni impide, eso sí- la decisión de su hija. Prefiere que se dedique a un deporte de equipo.

EL TRIENIO LITUANO

Fue el momento en que el CB se quiso hacer grande y puso para ello el mejor de los pilares: Arvydas Sabonis, junto a él fueron llegó Homicius al que luego sustituyó Tikhonenko. Tres años duró el intento, un trienio en el que, con Javier Casero al frente de la nave,  el CB Valladolid consiguió un sexto, un séptimo y un octavo puesto con unas excelentes actuaciones de Reyes, hasta el punto de encontrar plaza en la selección española en la que jugó ocho veces. Miguel Ángel lo quita valor ‘en realidad jugué porque (el seleccionador Antonio) Díaz Miguel se aburría, antes de que acabasen las eliminatorias finales llamaba a una selección B y se pasaba el día entrenando. 
Pero la realidad volvía a imponerse a las expectativas, Sabonis fue a Madrid y la plantilla se desmanteló. Miguel Ángel volvió a la capital pacense. ‘La oferta económica era muy buena y podía volver a casa ‘pero el regreso no fue, al menos al principio, como lo hubiera deseado, fue el peor año de mi carrera’. Estuvo allí dos años más, en el primero de ellos consiguieron un hito en la historia del deporte cacereño, acabar en el quinto lugar de la clasificación. En Cáceres comenzó a jugar de tres (alero alto) siguiendo la estela de Andrés Jiménez ‘ahí te das cuenta de que estás entre tres y cuarto y cuatro menos diez, te falta cuerpo para ser un cuatro pero no tienes la destreza para ser un tres’. De Cáceres fue a Vitoria, a un Tau que empezaba a ser lo que es. Consiguió una Recopa de Europa (por mor de los enfrentamientos entre la FIBA y la ULEB ese año se denominó Copa de Europa). En aquel equipo lanzaba sus primeros tiros a canasta un barbilampiño Jorge Garbajosa.
Sin salir del norte fue a Torrelavega, al Caja Cantabria. Se salvaron por un punto de disputar el play-off por evitar el descenso pero ‘desde el punto de vista deportivo fue mi mejor año’. El entrenador de ese año fue un antiguo compañero en el Forum: Quino Salvo. Nueva escala en Valladolid bajo el manto de Gustavo Aranzana. Terminada la temporada 99-00, Miguel Ángel emprende su última aventura, esta vez sus maletas viajaron a León. El año empezó muy bien pero, a partir de una gripe no volvió a ser el mismo ‘tenía molestias contínuas y estaba cansado y cascado’. Lo dejó en este punto. Cierto es que jugó un mes más, fue en Salamanca y por un compromiso adquirido.
Hoy, después de trabajar tres años en el campo de las inversiones artísticas, es el responsable comercial en Castilla y León y Cantabria del Biotecnology Institut, una empresa que ofrece sistemas de implantes dentales. El gusanillo del baloncesto lo mata jugando algún torneo de veteranos. Junto con Mike Hansen y Mateu, pretenden crear un equipo de veteranos del CB Valladolid.
Muchos kilómetros, tantos que, ante la falta de raíces físicas, tuvo un asiento más humano: se enamoró muy joven y Cuca, su mujer, le ha acompañado en todas estas plazas ‘a cambio ahora vivimos en su ciudad, en Palencia, me gusta porque es muy tranquila, me recuerda a Cáceres y estamos a un paso de Valladolid’.
‘Tenemos tres hijos, Alejandro tiene dieciséis años, Álvaro trece y el Alonso seis’. Los dos primeros juegan al Baloncesto, el mayor ha estado esta temporada en el equipo Junior del Baloncesto Valladolid y está muy ilusionado porque hará la pretemporada en el primer equipo con Porfi Fisac. Su hermano juega el infantil de CB Palencia y el pequeño, de momento, da guerra en casa.
La descendencia de los Reyes de la estirpe de Miguel Ángel parece asegurada. Tendrán que seguir preparando maletas.

CUESTIÓN DE COJERAS

Sin que sirva de precedente les voy a contar una anécdota personal. Llevaba varios años sufriendo algún calambrazo en la rodilla, precisamente la izquierda. Una sensación incómoda y molesta pero fugaz y asumible. No le di ninguna importancia ya que ocurría de tanto en tanto, pasaban meses entre un ataque y otro, y duraba lo suficientemente poco como para no incordiar mi ritmo de vida habitual.  

Hasta este mes de marzo. Las molestias persistían de forma continuada y decidí acudir a mi médico. De ahí al traumatólogo quien, tras las pruebas pertinentes me planteó las ventajas y los inconvenientes de una operación. Al final pensé que la artroscopia podía paliar el problema y decidí que se llevase a cabo la citada intervención. Estaba ya en la lista de espera.

Pasados unos días recibí una llamada telefónica. Una señora, amablemente, me conminaba a acudir a dos clínicas privadas que tienen un concierto con la sanidad pública. Sus argumentos: lo harán tan bien como en el Clínico y le podrán operar en breve. Cuando le mostré mi interés por ser atendido exclusivamente por la sanidad pública le tornó la voz y me dijo, más áspera, que, si esa era mi elección, tendría que esperar varios meses para que fuera posible. Bien, le dije, esperaré. Está usted en su derecho, apostilló como si le hubiera dicho algo incomprensible pero que ella no podía evitar. Vamos, como si, teniendo billete de tren para ir a Cádiz, le hubiera planteado que mi decisión era llegar caminando a la Tacita de Plata. Usted mismo, remató.

Me quedé con mal cuerpo. Y sin entender nada. Si convenimos que la atención sanitaria es un derecho y los poderes públicos se vanaglorian del sistema público de sanidad ¿cuál es la trayectoria que ha facilitado al secuestro de alguno de los servicios por parte de la privada? Me dirán, con razón, que el derecho sigue existiendo y que la operación, en uno u otro sitio, se va a realizar. Cierto, pero me preocupa. Si una clínica privada puede ofrecer un servicio que, posteriormente, la Junta le retribuiría ¿por qué no lo puede ofrecer directamente el SACYL? El centro privado tiene la necesidad de presentar cuentas de resultados y el carácter de empresa les obliga a obtener beneficios, los convenios que tienen con la Junta les producen dichos beneficios. Si ellos lo hacen ¿por qué no es la propia Junta la que invierte el dinero que les paga a estos centros en mejorar la calidad de la atención?

Los conciertos sanitarios, como los educativos, detraen dinero público –de todos- para fortalecer empresas privadas y eso es un contrasentido dado que el fin de los impuestos es la redistribución. Este tipo de prácticas fortalecen a los inversores privados al ponernos a todos como clientes de sus empresas. Los centros públicos van perdiendo peso y, como en todo fenómeno de erosión, se van debilitando las bases sobre las que se asientan. En primer lugar las ideológicas: la consciencia social del valor de un derecho. Posteriormente las económicas... y al final resulta que se tomó esta decisión porque no había más remedio. Y nos quedamos sin dinero ni capacidad de respuesta social contundente. Aún queda pero el camino ha comenzado.

Sólo valoramos lo que tenemos cuando lo necesitamos y cuando lo perdemos suele ser tarde para que la reacción sea eficaz. Quizá falte en nuestra sociedad una “cultura de lo público”, una mezcla entre la reclamación de un derecho y el uso correcto de éste. Para que un servicio público sea eficiente es necesaria la complicidad de todos y, por tanto, debemos usarlo de forma sensata, de esta forma todas las personas -al menos las que no tenemos capacidad para afrontar las minutas de un centro privado- nos beneficiaríamos.

La exigencia ha de ser máxima pero mesurada. La privada podrá aportar un confort que es imposible, e injusto, reclamar a la pública pero en las prestaciones no puede haber merma. Hay radica el límite. Nuestra obligación, como ciudadanos es esperar lo que es razonable, lo cual no implica callar cuando hay que esperar más de lo justo por una mala gestión.


A ver hasta cuándo cojeo. A ver si la sanidad pública refuerza sus piernas. 

miércoles, 28 de octubre de 2009

ENTRE TRES Y CUARTO Y CUATRO MENOS DIEZ: MIGUEL ÁNGEL REYES

Los deportistas de élite son árboles que arraigan en el aire. Tienen siempre preparadas las maletas para trasladar su residencia de una ciudad a otra, además, entre semana, su constante trajín les impide asentar el día a día: Van, juegan, vuelven. Días duros dentro de años intensos pero que merecen muy mucho la pena ‘lo que se siente en una cancha es una experiencia que no se va a repetir en ninguna otra actividad de tu vida, el placer de jugar no se puede comprar’.
A Miguel Ángel Reyes se le iluminan los ojitos mientras va extrayendo recuerdos del baúl. En su caso, este  traqueteo le trajo a Valladolid desde Cáceres. Sus doscientos y pico centímetros no pasaron inadvertidos para los hermanos Moratinos y este chico que jugaba en el Colegio de San Antonio se le abrieron las puertas a un sueño: el de ser profesional del Baloncesto. Corría el año 1985. Un año después debutaba en la Liga ACB, enfrente el OAR Ferrol del mítico Anicet Lavodrama. A pesar de lo dicho, la incorporación al equipo profesional fue progresiva y hasta dos temporadas después no se consideró jugador del primer equipo ni estuvo seguro de que convertiría en profesión a su afición. Retrotraerse a esos años es recordar a un cuarteto de pivots que siguen en la memoria de cualquier buen aficionado: Silvano Bustos, Mike Phillips y el gran Juanito de la Cruz, ‘del  Lagarto me impresionó su ambición, podría pensarse que venía con una carrera hecha pero tenía las ganas de un juvenil’. En aquella época su entrenador era Mario Pesquera y recuerda la enorme presión a la que se veían sometidos. Después llegó la corta etapa de Pepe Laso, ‘sólo estuvo un año pero fue el mejor de mi carrera, me dio plena confianza al igual que a otros jóvenes como Lalo García’. 

CÓMO CREAR UNA ESCUELA SIN PROPONÉRSELO

El azar es un chico travieso que disfruta cambiando la letra de los planes bien trazados. Por eso, cuanto más cerrados los tengamos, más sencillo lo tendrá. Manu Martín, salmantino de origen, se fue haciendo hombre en Rentería. Jugaba al balonmano casi por obligación. A principios de los setenta el fútbol era un monocultivo, había poco margen para otra cosa. A pesar de ello, en Guipúzcoa, el Balonmano iba construyendo su propio hueco. Varios colegios se empeñaron en sembrar contra la corriente deportiva hegemónica. El Sagrado Corazón de Rentería era uno de esos y, aunque le tiraba más el pie que la mano, el niño Manu tuvo que elegir entre balonmano y balonmano. Eligió y no le fue mal. 
Tras despuntar en el colegio se incorporó al J.D.Arrate de Eibar en el que se terminó de formar como jugador. Sus planes le llevaban a estudiar INEF y seguir haciendo carrera en su tierra de adopción que, en realidad, era ya la suya. Pero se le cruzó la mili. Iba a ser un año de paréntesis mientras esperaba la plaza en el INEF y, después, vuelta a la normalidad. Primera parada León. Maniobras y espera de destino. José Carlos Muñoz aparece entonces en su vida. Le convence para que juegue en el recién nacido ACD Michelin. Suponía bajar una categoría pero existía un proyecto, una idea, un sueño que, con quebrantos, dura hasta hoy. Manu Martín es uno de sus cimientos. Vino a Valladolid, sólo quien viene de fuera sabe lo duros que suelen ser los primeros pasos en esta ciudad, para completar la dichosa mili e hizo escuela y vida. El equipo ascendió a la máxima categoría y pospuso la vuelta. Lo merecían, dice en dos palabras que resumen causa y efecto: la fuerza del colectivo permitió el logro y el logro reforzó al colectivo. Lo merecían los gestores del club, lo merecían sus compañeros, lo merecía él mismo y siguió un año más a pesar de los esfuerzos de Juancho Villarreal por llevarle de nuevo a Guipúzcoa, al Bidasoa de Irún.