lunes, 4 de junio de 2012

Buridán: agua o heno


Al pobre burro, que tenía tanta hambre como sed, le pusieron entre un pesebre con heno y otro con agua. El animal, murió, aunque nunca se nos dijo si por inanición o por deshidratación. La historia del asno de Buridán nunca ocurrió aunque ha pasado a la gran historia de la filosofía. El sobrenombre no hace referencia al pueblo donde vivía el borriquillo, es la prueba de que las formas sutiles de insulto tienen más fuerza que las groseras cuyo estruendo se lleva el viento. Es tan así que setecientos años depués de la disputa, el término Buridán está asociado al asno y no al teólogo francés al que se pretendía satirizar. Este hombre, escolástico y seguidor de Guillermo de Ockham, defendía un determinismo moral según el cual las personas expuestas a tomar una decisión tienen la obligación de optar por el mayor bien. Sus rivales intelectuales crearon el cuento y dejaron para la posteridad la asociación entre el burro y el bueno de Jean.
No es que Djukic sea un burro pero se ha debatido entre dos pesebres, en uno estaba la alineación que permitía dar descanso a los titulares dando por imposible lo que no podía ser. En el otro se encontraba el titular de la previa que firmaba ayer Antonio Encinas en este periódico, 'El partido del por si acaso'. Y por si acaso en Vigo había partido debería asegurar el triunfo frente al Guadalajara. Viéndose en esta encrucijada, el serbio eligió un once que murío de ambos males, ni era el titular, ni sirvió para dar descanso a los intocables.
 Tampoco nos llevemos a engaño, el partido estaba perdido de antemano porque el ánimo con el que los blanquivioletas afrontaron el partido había muerto en el instante en que el Alcorcón les había empatado una semana atrás. Estos siete días los han pasado queriendo creer pero no podían, queriendo ganar sin convicción. En el fondo es comprensible aunque en la afición se haya dibujado una mueca de escepticismo, una duda razonable sobre la situación anímica de un grupo que ha recibido un mazazo y que tiene que volver a incorporarse. Quizá Djukic no ha dudado y simplemente ha apagado conscientemente la máquina para refrigerar y volverla a encender en el momento preciso o es que el aparato ha dejado de funcionar y hace lo que hacemos todos en esos casos: apretar la tecla de reiniciar para ver si hay suerte. Considerado así, el partido ante el Guadalajara es un estrambote innecesario que cierra una buena temporada y abre un nuevo poemario de dos o cuatro versos que abriremos pasado mañana.
 Buridan, el teólogo que no escribió lo del burro, si que nos planteó más paradojas. En una de ellas cierra dos proposiciones con la más escéptica de las conclusiones posibles. Afirma por un lado que 'Dios existe'. Por otro dice que 'ni la proposición anterior ni ésta son ciertas'. Con estos antecedentes concluye que 'Dios existe... pero'.
Premisa primera: El Real Valladolid ha demostrado a lo largo del curso que es mejor que sus rivales. Segunda premisa: El estado anímico no es el óptimo y Álvaro Rubio, luz y guía, guardían del estilo, no podrá jugar al menos los tres primeros partidos. El corolario parece obvio: El Real Valladolid ascenderá a Primera División... pero.
Pero quedan quince días para saberlo y a algunos se nos empiezan a hacer eternos: hambre, sed, hambre, sed, hambre...

Publicado en "El Norte de Castilla" el 04-06-2012

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