martes, 22 de noviembre de 2022

LAS REFORMAS ESTÁN EN EL VIENTO

Sopla un aire tempestuoso sobre las hojas del árbol del Código Penal. En doble sentido, además, tan agitado de ida como tormentoso de vuelta. No hay otra. No habitamos un tiempo de debates sosegados, aquí y ahora no caben acuerdos.

Ni los sorbos de este café podrían apañar una tribuna jurídica, ni el hueco de un artículo ofrece espacio para desmenuzar lo que pueden suponer las tres reformas que copan el debate de la actualidad: la reforma de la sedición, la de la malversación y la del ‘solo sí es sí’. Y el análisis de propuestas de este calado solo tiene sentido si se ofrece completo, troceado y realizado después de haber lanzado la mirada desde las diferentes perspectivas posibles. Lo demás no supera la definición de controversia interesada, se limita a corear eslóganes vacíos, consignas proteínicas para la digestión de los propios.

Me fascina, eso sí, la diferente forma de abordar la aritmética parlamentaria de las partes de este gobierno. Dos formas, una de cada pata de la coalición, profundamente diferentes e igual de criticadas. La de Pedro Sánchez pretende conseguir las mayorías necesarias haciendo caso a requerimientos de otras formaciones. Se le cuestiona por desdecirse de lo que afirmó rotundamente. Pero para pactar, por pura definición, hay que dar entrada al otro, lo que supone de antemano una rebaja de las expectativas propias. La otra, la de Irene Montero, se basa en la fortaleza de sus convicciones. No se acepta el cambalache. Es la reverberación del ‘programa, programa, programa’ anguitiano. Esto es lo que hay. Somos más, se aprueba. Y si no, a trabajar para ser más. 

En cualquier caso, lo que con una y otra manera de hacer consigan puede servir de muy poco. Con tal clima de enfrentamiento, todo estará continuamente en cuestión. El viento seguirá azotando los códigos. Y no siempre soplará en el mismo sentido.  


Publicado en "El Norte de Castilla" el 22-11-22

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