domingo, 8 de diciembre de 2024

TIRANDO DE TÓPICO: SI PUDO SER...

Entre tópicos que disuelven el conocimiento, chascarrillos que alientan una sonrisa y estereotipos que aglutinan con idéntico adjetivo a los nombres que comparten procedencia, compilamos herramientas suficientes para armar una buena conversación de ascensor, de barra de bar o para salir al paso ante cualquier encuentro casual. El fútbol, ajeno a nada, mimético a todo, atiborra el lenguaje que le relata de aforismos en los que los interlocutores se refugian en cuanto la ocasión lo requiere. Que si el que perdona termina perdiendo, que si el mejor ataque es una buena defensa –o viceversa–, que si las estadísticas están para romperse... Cápsulas de supuesta sabiduría que cualquier análisis sustentado en el método científico habría desechado ante la insistencia de la realidad en refutar la aparente certeza que contienen. Pero los designios de la esperanza rehúsan cualquier metodología amparada en la razón. El hecho de que insistamos –otro aforismo– en que la esperanza es lo último que se pierde evidencia que, incluso cuando el intelecto descarta la aparición de algún remedio, albergamos un hálito de ilusión que mantiene viva nuestra esperanza. De esta forma, para mantener encendida la llama, nos amparamos en el optimismo de los tópicos aferrándonos a que en algún caso pudieron haberse mostrado ciertos; olvidando que la usanza, recurrentemente, los ha desmentido.

La afición del Valladolid, una vez inhumada la era Pezzolano, esa aciaga etapa en la que hasta la esperanza había huido, se prende de otro mito, 'a nuevo entrenador, victoria segura', un clavo al que se agarra para sustentar el anhelo de la reversión de la calamitosa dinámica. La circunstancia de que, una semana después, no se haya confirmado aún un nuevo entrenador, además de confirmar la desidia en la gestión deportiva del club –perdón, Sociedad Anónima Deportiva–, ha abierto un periodo de interregno que, si me permiten la broma, ha teñido al Pucela de Rubio. Especular al respecto de la nueva imagen del equipo carece, de momento, de recorrido. Salvo que, y no lo descartemos dada la improvisación mostrada, el tinte dorado se mantenga hasta el final de temporada. Casualmente, este partido del ínterin, por el rival, alimenta la esperanza de que el aforismo citado rescate al Pucela: al fin y al cabo, la inoperante U.D. Las Palmas de las primeras jornadas, tras el pertinente cambio de entrenador, vuela, lamina rivales, acumula puntos, elude el miedo. Se yergue imperioso como McKenna ante el derrumbado Sylla. La fuerza del tópico, además, se acrecienta con el recuerdo propio, cuando la historia particular estimula la capacidad de fantasear. Si ya ocurrió en la 95-96 que un Pucela agonizante en el momento en que se produjo el cese de Rafa Benítez recobrara el aliento tras el boca a boca de Cantatore, ¿por qué no se puede levantar al moribundo actual?

El método científico no garantizará que vaya a ocurrir, pero, mientras las matemáticas lo permitan, no puede negar la posibilidad.

Publicado en "El Norte de Castilla" el 09-12-2024

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