martes, 19 de julio de 2022

GRACIAS

Hace tiempo, en medio de una conversación que brotó de improviso, una persona algo más joven que yo comentó que en la vida aspiraba a ser independiente. Quise entender, pero me costó. Yo me conformo, respondí dejando caer una sonrisa, con ser interdependiente. Supongo que hablábamos en planos paralelos, es de suponer que mi interlocutor pretendía una independencia económica que le permitiese interiorizar que todo lo que tenía le correspondía gracias a su mérito, yo me limitaba a reconocer que me han ayudado en diversos terrenos y pretendía, en una u otra medida, devolver tanto apoyo.

Pero nunca será posible ser independiente ni aportar tanto como -la mayoría- recibimos. ¿Cómo, si no, se puede pagar la vida de Daniel Gullón Varas, el brigadista víctima del fuego en Ferreruela de Tábara?

Existen profesiones que permanentemente conviven con el peligro, no por temeridad de los implicados, sino porque asumen que es así. Aunque a veces no se llega al fatal desenlace por el riesgo inherente. Un operario de limpieza de Madrid -no he conseguido conocer su nombre- ha perdido la vida por (estar expuesto a) un golpe de calor. 

Escribiendo no me expongo a riesgo alguno, mis palabras son aire ante tanto dolor, nada calman, apenas consuelan, de poco sirven, pero que quede constancia. Gracias.

Escribiendo, al menos ahora y aquí, no hay riesgo, pero la vida de los que escriben también se va. Toño Salinero, con quien hace la intemerata coincidí en la edición de CyL de ‘El Mundo’, con el que ahora compartía terreno en El Norte, nos dejó hace unos días. Allí y aquí, ¡ay!, con Tomás Hoyas. El camino está marcado por las gotas de agua que se depositan en las grietas del corazón. El invierno, por más que ahora parezca lejano, se encarga del resto.

Publicado en "El Norte de Castilla" el 19-07-2022

No hay comentarios:

Publicar un comentario