martes, 5 de julio de 2022

ASÍ NO

No busquen soluciones en esta ventanilla. Si no las encuentro ni para mí, malo será que pueda atinar con un plan idóneo para apañar cualquier desbarajuste. Cuento lo que veo, me limito a exponer lo que en función de ello siento y pienso.

Hace poco más de cuatro años, el gobierno español, aduciendo unas obvias razones humanitarias, ofreció el puerto de Valencia al Aquarius y dos barcos escolta para que atracasen, brindó atención y acogida a las más de 600 personas que vagaban a la deriva en las aguas del Mediterráneo, después de que Matteo Salvini, Ministro del Interior de Italia, denegase el acceso a puerto italiano alguno. Decíamos entonces que en el ámbito de la Unión Europea ese gesto podría ser la puerta de una solución definitiva en su frontera sur, la de mayor desigualdad del planeta, o un hecho aislado sin más valor –que ya es- que el del rescate concreto.

Pasado el tiempo, nada ha cambiado a mejor. La presión de salida del continente africano aumenta. Además, la guerra tras la invasión rusa a Ucrania incide e incidirá en este sentido. La única posibilidad para miles de africanos es la huida de su territorio. La única esperanza, la llegada a Europa.

Pues bien, el mismo presidente de similar gobierno que abrió las puertas de España al Aquarius celebra una operación auspiciada por el régimen marroquí para evitar el acceso a nuestro país de varios centenares de aspirantes. Más de dos decenas de ellos murieron a consecuencia de la intervención. Jóvenes. Muertos. Asesinados.

La reunión de la OTAN en Madrid, por lo demás, define a lo que eufemísticamente denomina ‘flanco sur’ como una amenaza. Visto así, lo seguirá siendo, que como dejara dicho El Espartero,  “más ‘cornás’ da el hambre”. 

No me sé la solución que pueda abrir un desenlace. Pero el nudo no puede ser este.


Publicado en "El Norte de Castilla" el 05-07-2022 

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