jueves, 13 de octubre de 2016

Y UN SEÑOR DE MURCIA

Cuentan que uno de los daños colaterales que produce el uso de internet consiste en el aumento de la zozobra derivada de los problemas de salud. Vamos, que antaño, si te dolía algo, ibas al médico, este te decía que tenías unas paperas, hacía las recomendaciones pertinentes, te recetaba lo que fuese, comprabas el medicamento en la farmacia, te lo tomabas en casa, hacías caso de sus consejos y aquí paz y después gloria. Pero ya no. Ahora la red de redes puede, en algunos casos, suplantar al médico; en otros, corregir el diagnóstico o el tratamiento.
Andaba yo preocupado esta mañana porque, mirase donde mirase, me topaba con la palabra ‘patria’. Era como un virus en una clase de primaria: alguien lo debió pillar y el resto estaba rodeado. Como soy un clásico, quise ir al médico a ver si padecía algún tipo de enfermedad consecuente. No sé, un simple patriotismo que aunque no sea fácil de curar se puede cronificar y así vivir con cierta naturalidad o un patrioterismo dañino que enaltece engoladamente al que lo padece hasta hacerle creer que, por un capricho del destino, es más alto, más listo y más guapo que los demás. Pero en la recepción me dijeron que en el Centro de Salud no trataban esas patologías. Total que como un hipocondriaco cualquiera, volví azarado a casa, abrí un servidor de internet y, para salir de dudas, fui a la página de la RAE. Me dejó igual que estaba. Tanto puede ser que sí como que no. Patria aparece como ‘el lugar, ciudad o país en que se ha nacido’. Por este lado sí, tengo patria. Pero vamos, tampoco es para tirar cohetes. Pero también como ‘tierra natal o adoptiva ordenada como nación a la que se siente ligado el ser humano por vínculos jurídicos, históricos y afectivos’. ¡Ojo! Que la RAE enlaza los tres vínculos con una conjunción copulativa, no es que se tenga uno u otro, no. Son necesarios los tres y hasta ahí ya no llego. Lo de jurídicos, vale y bien está que así sea; históricos, pues de aquella manera; y sobre lo de afectivos, pues oye, será que tanto afecto no debo de tener porque si me encuentro por ahí a un señor de Murcia ¡qué quieren que les diga! tampoco me pongo melosón ni nada de nada. Va a ser que internet no se lo sabe todo.
Publicado en "El Norte de Castilla" el 13-10-2016

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