jueves, 17 de junio de 2021

FUMATA BLANCA… Y VIOLETA

Annuntio vobis magnun: habemus papam (entrenadorum pucelam o como se diga). Eminentissimum ac reverendissimun dominun, Dominun José Rojo. ‘Entrenadorum’ Pacheta. Se ha hecho esperar, pero los creyentes  blanquivioletas tienen ya designado su sumo pontífice, conocen el nombre de la persona cuyas palabras, infalibles o no, indicarán el camino a seguir. Casualmente, digan si no que la realidad no maneja giros de guion que se escapan hasta al más avispado de los escritores, la temporada en la que se va a reeditar el Burgos-Valladolid y viceversa, el timón de los pucelanos recaerá en un burgalés. Solo falta que a orillas del Arlanzón terminen contratando a Onésimo o retiren la jubilación al maestro Yepes.

En fin, ha costado. El club se ha tomado su tiempo. Hasta el punto de que el retraso nos despistó; nos desplazó la mirada hasta los únicos nombres disponibles que cumplían con los criterios de perfil y caché que aún andaban en competición, los entrenadores de los dos equipos que se juegan el ascenso a Primera, aspiración que uno no verá colmada. Siendo que el entrenador elegido ya estaba libre cabe entender que postergar el anuncio responde a un respeto a los tiempos protocolarios: en este orden corresponde dar a conocer al nuevo director deportivo, (buenos días, señor Sánchez. Le prevengo, si nos encuentra un poco ásperos no lo tome como algo personal, esta ciudad nos fue recibiendo así a los que luego nos ha hecho sentir parte de ella).

La fórmula de presentación del Papa se cierra con el nombre con el que será conocido por la feligresía, en este caso se lo adjudicamos nosotros con la potestad de irlo modificando en función de las circunstancias. De momento, Retorno 22. En cuanto las expectativas vayan tomando forma de realidad, que será en nada y menos, así que la temporada arranque, el balón comience a rodar de forma oficial y lleguen los primeros resultados, unos le rebautizarán como decepción no sé cuántas y otros, esperanza alguna menos.

De momento sabemos lo que sabemos, lo que dice su trayectoria. O lo que hemos oído que dice, que a lo mejor una cosa es lo que transmite, lo que nos transmiten, y  otra lo que en realidad es. Haciendo caso a lo que sabemos, insisto, a lo que nos dicen, a lo que intuimos, nos encontramos más ante un motivador que reactiva la confianza de sus pupilos, ante un cabecilla que marca la pauta y genera confianza, ante un jefe que exige a cada uno hasta el límite de lo que puede ofrecer, que ante un frío estratega que pasa horas inculcando enrevesadas variantes tácticas. Sota, caballo y rey, pero creyendo, creyéndole y sudando.

Con tiempo y ojos, iremos escrutando. Ese mismo paso de las semanas, los puntos, la posición en la tabla, incluso la calidad del juego, serán materia de debate y de juicio, ingrediente de las conversaciones de tasca y de los sonidos (a ver si sí, a ver si sí) a coro de las gradas de Zorrilla. ¿Si es el idóneo? Eloy, el jefe de aquí, me pidió hace unas semanas un artículo sobre el futuro entrenador. El resumen de la reflexión es sencillo, los habrá mejores y peores, pero unos y otros muestran triunfos y fracasos. A priori nunca se sabe. La clave, dar con el adecuado. Y este será el que llegue si consigue el objetivo del ascenso. De no lograrlo, otro más que pasará sin pena y sin gloria. Una cosa es segura: si la cosa acaba bien, le beatificaremos. Sin duda, así es el fútbol. De momento, ya tenemos el humo blanco. El espíritu blanquivioleta se ha posado sobre el hombro del cardenal futbolístico Pacheta.


Publicado en "El Norte de Castilla" el 17-06-2021

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