En verdad, no me hace ninguna gracia. Ni la escena, ni la
necesidad de parecer amigo del baladrón de clase. Suena a la asunción de un
modo de vida servil. Tampoco encuentro la gracia en ridiculizar el intento por
el hecho de no haber conseguido una foto de postín; supone, en realidad, un
afán mezquino de erosión de uno mismo. Quiero tanto a España que, recalcando su
insignificancia, la hiero públicamente para tener más opciones de quedármela.
Dejando claro que su deseo no es la búsqueda de más dignidad, sino el de
esforzarse por reír las gracias al primo de Zumosol aunque ello te convierta en
cómplice de centenares de miles de muertos o te obligue a decir que existe las
armas que no existen. Porque no veo yo que su crítica a la insignificancia del
encuentro haya sido por no poder decir al presidente de los EEUU que su
decisión al respecto del Sahara es una tropelía. Interesada, por supuesto.
Aunque dañe a España, qué más da. Os recibiremos con alegría.
Publicado en "El Norte de Castilla" el 16-06-2021
No hay comentarios:
Publicar un comentario