sábado, 9 de octubre de 2021

AQUÍ PUEDE VALER, ALLÍ ES MORTAL

Con el precio al que anda el gol y lo barato que lo ponemos. Anteayer, riguroso; ayer, pejiguero; hoy, indiscutible por aparatoso. Por fas o por nefas, el Pucela parece condenado a digerir un penalti por partido. Demasiado lastre con el que cargar cada día, generoso regalo para los sucesivos rivales que, con escaso pago, se hacen acreedores de un producto tan de lujo como el gol. Y luego, a remar a contracorriente. Y si el juego no da para remontar, si no hay margen de tiempo, tragar bilis tras constatar cómo se aminora un botín legítimamente obtenido.

El cometido ayer, turno para El Yamiq, fue tan claro que hasta un árbitro empecinado en el error no tuvo más remedio que atinar. Es obvio que en el listado de cualidades del defensor pucelano no aparece el sentido de la medida ni el de la mesura. El chico se desboca, se desempeña a todo trapo y a ese ritmo no es capaz de diferenciar lo que se requiere en una parte del campo de la otra. Lo que aquí es útil allí puede ser mortal. En el área, salvo para evitar un gol flagrante, carece de sentido golpear al rival con tal virulencia. Ahí toca contenerse.

Poco después hubo una jugada en la que El Yamiq se definió. Encadenó errores, hasta tres, que dejaron vendido a Roberto. Mas cuando el atacante rival se aprestaba a rematar a portería vacía, tuvo arrestos para rectificar, girarse, acelerar, interponerse y evitar un gol que parecía inminente.

Si otros días, en otras épocas, un jarro de agua fría congelaba al Valladolid, parece que ahora la mala noticia le espolea para sobreponerse. Por eso, el empate conseguido sabe a poco, porque mereció más, pero no deja mal regusto. Se quiso, se supo, pero no se pudo del todo. Toca seguir queriendo y aprendiendo para saber más. El poder, llegará. No cabe el desánimo por haberse quedado a medio camino.

Ya, ya sé que es fácil decirlo. Como lo es afirmar que el árbitro no puede servir de coartada, al menos durante el tiempo que dura el partido. Si los jugadores, caso de ayer, otro día será otra historia, son conscientes de que 'ganan a fútbol' que propongan jugar más y durante más tiempo al fútbol y no se dejen arrastrar a rencillas estériles, a protestas inútiles, que restan fuerza y tiempo. Y si arbitra mal, no conviene dejarse arrastrar. Se le olvida, se asume su error y a otra cosa. A jugar.

Publicado en "El Norte de Castilla" el 09-10-2021

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