jueves, 19 de enero de 2017

LOS COPOS DE NIEVE

El pasado sábado, en Česká Třebová, una pequeña ciudad checa situada en la región de Pardobice, en medio del triángulo que forman Praga, Ostrava y Brno las tres grandes ciudades de este país centroeuropeo, un grupo de chavales jugaban un partido de hockey sala en el polideportivo local. Un escaso centenar de personas disfrutaban del juego. De repente escuchan un alarmante crujido y, pies para qué os quiero, en unos segundos nadie quedó allí. Al poco, el techo se fue viniendo abajo al no poder resistir, eso parece, el peso de la nieve que se había ido acumulando. Un copo apenas pesa nada, ni dos, ni… 
El mundo se mueve, aunque sea poco a poco, copo a copo, y, sin embargo, nos parece quieto. Así, parado, es como lo observamos cómodamente sentados mientras analizamos sobre viejos mapas conceptuales y lo interpretamos contemplando añejas fotos que, por definición, no pueden ser más que estáticas. Un pequeño sobresalto, en modo de aviso de un sismógrafo,  nos saca del letargo. Miramos qué ha sucedido, pretendemos descifrar los hechos con tres o cuatro códigos ajados, con media docena de algoritmos de otro tiempo; seguimos pensando que las cosas son lo que fueron, lo que entendimos toda la vida que eran y así habrán de seguir siendo; pensamos que el susto ha sido por un simple espasmo mioclónico y volvemos a dormir. Hasta que la sacudida sea de veras.

De esta manera callada, los paradigmas han cambiado. Los caminos que ha tomado esto que se ha dado en llamar globalización han desconfigurado los clásicos registros porque de sopetón todo se ha quedado viejo. Los estados son almas en pena en un mundo que les ha desbordado y se muestran incapaces de atinar con solución alguna. El poco de seguridad que sirve para cimentar una vida en libertad se ha resquebrajado como el techo de aquel pabellón deportivo y a quienes han quedado a la intemperie ya no tienen dónde acudir. Miramos el techo hundido y no encontramos nuevos cobijos ni forma de reconstruir. Mientras, los líderes políticos de aquí y allá siguen con sus pequeñas cuitas domésticas, planteando medidas analógicas, contando en pesetas y estudiando EGB. El partido que dicen preparar puede que, por falta de techo, no se llegue a disputar.
Publicado en "El Norte de Castilla" el 19-01-2017 

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