Tenía intención
de aprovechar este espacio para presentarles dos referencias de un mismo
momento, la Semana Santa, en dos tiempos diferentes. Por un lado, ‘Los
farsantes’, la película con la que, poco más de sesenta años atrás, Mario Camus
presentó credenciales cinematográficas. En ella, el director cántabro muestra
las peripecias de una compañía de teatro que malvive actuando en diversos pueblos
castellanos. Cada año, al llegar el Viernes Santo, se ven obligados a detener su
labor: son días de recogimiento en los que se prohíbe cualquier actividad que
rompa el luto. El grupo procesiona por las calles de Valladolid en su
desvencijada camioneta en pos de una generosidad que les aloja. Por otro, el
‘hoy’ pleno de actividades tanto en el mundo rural como en el urbano. Unas
relacionadas con la propia Semana Santa pero enfocadas, cada vez más, al
negocio turístico generado alrededor; otras, aprovechando el ‘otro turismo’ -el
que en época vacacional revitaliza unos pueblos heridos de muerte- congregan a
los hijos de la emigración en torno a cualquier excusa. “El turismo puede con
la lluvia”, observaba ayer el titular de nuestro El Norte.
No tenía
intención, claro, de relacionar este proceso de cambio acelerado -sesenta años,
normalmente nada en la historia, que han supuesto probablemente el mayor cambio
conocido- con el fallecimiento del papa Francisco. Él fue más testigo que
protagonista de un mundo que se desestructura. No me atrevo nunca, no soy
profeta, a aventurar si camina a mejor o a peor: lo cierto es que nos hallamos
en uno de los claroscuros a los que se refería Gramsci. El Manuel bueno de
Unamuno hoy no impostaría su fe, de nada le serviría: se desmorona todo el
andamiaje.
Pase el tiempo
que pase, muchos humanos necesitarán amparo porque otros humanos o el propio
modelo social les continuará excluyendo: los recién llegados, los que intentan alcanzar
nuestras tierras sin la escarapela de turistas. Francisco tal vez no tuviera la
solución pero apuntó el cómo no tratarles. Humanidad se llama el camino.
Publicado en El Norte de Castilla el 22-4-2025
No hay comentarios:
Publicar un comentario