lunes, 3 de noviembre de 2014

POCO A POCO, NO ES POCO

Paseaban tranquilamente por la plaza mientras iban hablando de sus cosas como lo harían dos amigos cualesquiera una tarde de domingo. El párroco y el cabo de la Guardia Civil pasaban el rato comentando los diversos aconteceres del pueblo. Los temas iban y venían sin ningún orden preconcebido, ora hablamos del alcalde; ora, del precio del vino; ora, de lo que se vaya terciando. Hasta que en uno de estos giros que dan las conversaciones, el cabo Gutiérrez quiere dar por cerrado el asunto anterior arrojando uno nuevo sobre el tapete: «Lo primero que se me ha venido a la cabeza es el tema del libre albedrío». El cura recoge inmediatamente el guante: «Hombre, es que el tema del libre albedrío viene aquí pintiparado, con lo bonito que es ese tema». El uno se queja de que dentro de la Guardia Civil no pueden usarlo prácticamente, el otro advierte de que con los suyos pasa lo mismo, y al momento pasan a hablar de sexo y de ahí a cualquier otra cosa. La escena pertenece a  ‘Amanece, que no es poco’, una película que fue la más votada entre el público que participó en una encuesta propuesta el año pasado por la Seminci.
Una escena y una película que bien pueden definir el juego del Real Valladolid. Y es que, como en la cinta dirigida por José Luis Cuerda o, dentro de ella, en la conversación referida, los partidos de los de Rubi no muestran una línea argumental definida; de repente, parece que el equipo quiere dominar adueñándose del balón, y al rato transmite la sensación de que pretende agazaparse esperando el momento para asaetear al rival. En unas escenas, Óscar ocupa el centro de la pantalla recitando un monólogo que sirve como introducción a sus compañeros de reparto; en las otras, el protagonismo lo asume cualquiera de esa extraña pareja –bien Bergdich, bien Mojica– lanzando al aire frases cortas pero cargadas de intención. Pero escena tras escena, la película va adquiriendo sentido. Lo que podría parecer una sucesión de gags sin más objetivo que acumular golpes de efecto se va consolidando como una historia, disparatada, eso sí, pero compleja y completa hasta el punto de encabezar la clasificación tras once partidos. No es nada definitivo, por supuesto, a nuestra película le faltan aún tres cuartas partes del metraje para terminar, pero la aparente sucesión de ocurrencias deshilachadas empieza a espesar como una bechamel bien hecha. El partido de ayer no fue una excepción, los de Pucela, de forma coral, esculpieron una obra en la que perfectamente pudieron marcar media docena de goles, de la misma manera que podrían haber recibido dos o tres. Una obra que parecía resuelta tras  ese momentáneo dos a cero –anotado por Jeffren, sí, pero que nos hizo retocar aquello que los vecinos gritaban a su alcalde: «Óscar, todos somos contingentes, solo tú eres necesario»– y que Javi Varas se encargo de dotarle de emoción hasta el final encajando un gol de escuela de párvulos. Una obra que no sé si estuvo bien terminada, pero que terminó bien. Una obra que no entusiasmará a los puristas, pero que llena de satisfacción a los aficionados. Al fin y al cabo, en esa misma encuesta ‘Amanece, que no es poco’ no estaba entre las elegidas por los críticos y periodistas especializados.

Publicado en "El Norte de Castilla" el 03-11-2014

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