domingo, 24 de octubre de 2021

EL BALÓN COMO MANIFIESTO

Hay partidos que dan puntos y partidos que, por el momento y la entidad del rival, sirven como metro y báscula. De ellos se sale con una idea cabal de las propias dimensiones. Tras el baremo de El Molinón sabemos que el Pucela pesa y mide más de lo que semanas atrás, por mor de las urgencias, llegamos a temer. Bien pensado, a cualquiera de nosotros le cuesta llegar a ser la mejor versión de lo que es. Por las mismas, no podemos pedir a un equipo de fútbol que, de buenas a primeras, ofrezca su mejor cara. Pasado un tiempo, ya sí.

Ha pasado, y lo que vemos ofrece cierto grado de confianza. Más allá del buen bagaje de siete puntos en seis días, el equipo empieza a acercarse a lo que quiere ser, y quiere ser protagonista. Sea considerado el balón todo un manifiesto; la relación pretendida con la bolita, una declaración de intenciones. Si se busca alejarlo o poseerlo; si aguardamos a que venga o vamos a por él; si nos agazapamos por detrás esperando una estampida hacia terreno vacío o nos organizamos por delante para abrir caminos; estaremos mostrando nuestra forma de ser, de comunicarnos, de abordar las situaciones, amojonando nuestra personalidad. En estas disyuntivas, el Pucela de Pacheta se afina para poseer, para ir, para abrir caminos. La elección de Aguado como centro de todo, de Roque Mesa para dinamizar o amainar, para elegir la música que convenga, lo deja nítido. Más ahora que sabemos de primera mano lo que Aguado es.

Falta, eso sí, y no poco. El camino del infierno se empiedra de buenas intenciones que la fragilidad defensiva tiene capacidad para desvirtuar. Pasan los días y no se atina con el cuarteto que sirva de armazón. Ya no sé si cuando escucho 'la defensa rota' se hace referencia a las rotaciones o los agujeros que presenta. Ayer, la zona izquierda se convirtió en camino de plata para el rival. Algo pasa con Olaza, de quien no es poco lo que se espera. Menos mal que anda Roberto a milagro por día. Milagros que evitan goles, que impiden que se reviertan dinámicas positivas, que dan una segunda oportunidad.

Con carencias, las ideas de Pacheta van tomando forma. Y no lo asocio con lo que le escucho. De palabra, parece que se centra en los valores que valen para cualquier profesión, apenas habla de fútbol. En el campo deja patente que le importan las formas, que quiere llegar al resultado por el juego. Me suena tan contradictorio como lo es para el humorista Luis Piedrahíta ese chaleco plumas que Pacheta viste: dos estaciones del año opuestas conviviendo en una misma zona del cuerpo. Será que piensa que eso es lo que queremos escuchar y se calla el resto porque, entiende, no sabemos o no nos interesa.

Publicado en "El Norte de Castilla" el 24-10-2021

1 comentario:

  1. Hola Joaquín, te supongo recuperado, o al menos en condiciones óptimas de expresarte como lo haces. Mi más cordial enhorabuena por ello.
    Me encanta como lo haces y me genera una sana envidia, si esto puede ser.
    En todo caso, sigo en mis trece de insistir en saber algo de Íñigo Córdoba, no solo por coincidir nuestro apellido, Córdoba, sino por saber si mis dudas en relación con tal coincidencia pueda tener alguna relación con la estancia de su abuela paterna en un pueblo de la zona de mi tierra, en la que, por cierto, se dan unos caldos blancos, de cierta estimación. Me refiero, en concreto a Turis, y particularmente a Monserrat.
    Con mi estimación personal y la satisfacción de saberte en forma.
    Un fuerte abrazo, compañero.
    Eduardo Córdoba Domingo.

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