lunes, 8 de diciembre de 2014

PUEDE SER PEOR

Somos demasiado dados a los superlativos, tanto por exceso como por defecto, sobre todo por defecto. «No se puede hacer peor», dicen que una vez dijo un profesor a uno de sus alumnos tras mostrarle el examen corregido. «¿Que no? Deme tiempo», replicó el chaval. En cualquier conversación de las de últimamente, cuando alguien insinúa que la cosa puede empeorar, nunca falta quien responde que no es posible, que la situación es tan mala que no se puede estar peor. Pues sí, es posible, basta con mirar alrededor o leer algún libro para darse cuenta. En la carrera del mal siempre existe alguien o algo que supera cualquier límite. Vean, si no, el caso que me cuenta Javier Yepes, mi vecino de este patio de papel. Manuel Delgado Villegas, más conocido como el Arropiero, pasa por ser el mayor asesino en serie de la historia negra española. La desaparición de Antonia Rodríguez, una mujer con quien se le relacionaba, le condujo a comisaría para un simple interrogatorio. Sin más, el Arropiero empezó a desgranar su historial de los últimos años: llegó a relatar hasta cuarenta y ocho crímenes además del de la propia Antonia. Los boquiabiertos policías no daban crédito a tanta muerte; de hecho, transcurridas las investigaciones, llegaron a la conclusión de que ese número era muy exagerado y que, todo lo más, había asesinado a veintidós. ¿Podía haber alguien con un historial más macabro? Lo había, y el Arropiero lo pudo saber. Escuchando una emisora de radio que relataba pormenores de su historia, descubrió que en México hubo otro que había asesinado más que él. Nuestro protagonista se indignó, se dirigió a los policías que lo custodiaban y les dijo: «Denme 24 horas y les aseguro que un miserable mexicano no va a ser mejor asesino que un español».

Los jugadores del Real Valladolid salieron ayer al campo tras una pésima racha de juego que se extendía a los cuatro últimos partidos de liga. No me refiero a que no hubieran ganado ninguno de ellos, resalto que el equipo había perdido su ser, que no se podían vislumbrar ni sus intenciones. Si al principio de la temporada, el once del Pucela se había ido consolidando como un bloque de hormigón, ahora parece afectado de aluminosis. El juego ha caído en estado de hibernación. ¿Podía empeorar? Sí, hoy lo ha demostrado. Aun así, ¿es posible que siga decayendo el juego? Evidentemente, les sirve como referencia el Recreativo de Huelva, su rival de ayer. Un equipo que permitió que el peor partido blanquivioleta fuese suficiente para derrotarles. Basta con decir que, entre lo plomizo del partido, que de por sí producía somnolencia o invitaba a hablar de cualquier otra cosa, y la zafia propuesta onubense, tardé más de una hora en darme cuenta de que el 22 de los visitantes era Álvaro Antón. Quien piense que ganar es suficiente puede darse por satisfecho, quienes valoramos el juego como la medida de las expectativas tenemos que agachar la cabeza, sobre todo, porque nada indica que no pueda ir a peor, que Rubi, tras escuchar la radio, les diga a sus jugadores: «Denme 24 horas y les aseguro que ningún equipo de Segunda va a ser mejor en esto de jugar mal que el que entrene yo». Lo bueno es que tiene competencia.
Publicado en "El Norte de Castilla" el 08-12-2014

2 comentarios:

  1. Sin ningún lugar a dudas, totalmente de acuerdo contigo Joaquín. Como no podía ser de otra manera por cierto, porque como comenté la semana pasada, con jugadores fuera de sus puestos (Jeffren en punta, Bergdich de extremo derecho, Mojica de extremos izquierdo) y otros en el banquillo que mejorarían a los que estuvieron sobre el campo (Álvaro, Óscar Díaz...; quizás no estás de acuerdo en Omar, pero daría una oportundidad a Jorge Hernández), es lógico y normal que el equipo no juegue a nada. Me reafirmo en que Mojica no es extremo izquierdo, sólo "brilló" en la segunda parte con el marcador a favor y con espacios, pero no me vale para ataques posicionales (en casa normalmente). Partido horroroso en el que tuvimos la suerte de marcar en el descuento del primer tiempo sin merecerlo y, además, ellos con un hombre menos en esos instantes. Segunda parte mala también, algo mejor lógicamente por tener la posibilidad de contraatacar... Pero no muy bien resueltos en general salvo un disparo de Óscar que se fue por poco en la mejor jugada. Hubo otra buena jugada, pero Mojica se encargó de estropearla al final con su tiro sin ángulo. Ayer se ganó, pero lo normal jugando así es no hacerlo. En ataque estático, salvo Óscar, nadie es capaz de generar inquietud al rival; podría hacerlo Jeffren en otra posición, pero no en la de 9. Si encima no juega el otro Óscar (Díaz) el equipo es muy muy plano, muy horizontal, jugadores sin fantasía ni capacidad de generar peligro. Esa alineación es para echarse atrás y jugar a la contra. Pero ni jugamos al ataque ni jugamos a la contra. Me recuerda a la Alemania de Berti Vogts a finales de los 90, que no se sabía a qué jugaba. Saludos.

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  2. ¿Habrá otro, entre sí decía, más pobre y triste que yo?

    ¿Cuando vuelven los artículos de opinión?

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