jueves, 27 de mayo de 2021

DANOS UNA SEÑAL, MAESTRO

Queridos, los sucesivos entrenadores del equipo del alma, de cualquiera, como los directores de ‘nuestra’ sucursal bancaria, por más que te hayan sonreído cuando, al principio de su nombramiento, te veían entrar en la oficina; por más que te hubieran garantizado su apoyo (un préstamo) en aquel tiempo en de que todo te iba más o menos bien (cuando no lo necesitabas), no son nuestros amiguitos. Llegado el momento de la verdad, se escabullirán, culparán con denuedo al empedrado (bien la coyuntura, bien la fatalidad de las lesiones…), señalarán un difuso ‘los de arriba’ como responsables por no haber dado el visto bueno a sus peticiones: “Yo les indiqué que sí, yo solicité tal jugador”.

Ahora que el ‘pucelanismo’ deambula por el tortuoso camino de recobrar la ilusión tras el último golpe recibido, espera con ansiedad el nombre del nuevo entrenador para -tras emitir cada cual su juicio sumarísimo- depositar en él todas sus esperanzas en cuanto haga un par de guiños y nos prometa el préstamo para cuando lo necesitemos. Entonces, a modo de ‘La vida de Bian’, alguien se pondrá en cabeza de la turba de seguidores marcando la línea a seguir, esa que separa a creyentes de herejes: “Yo digo que eres el Mesías porque de eso entiendo, he seguido a varios”.

En este momento de orfandad banquillera, antes de llegar a ese punto, sepan ustedes, buenas gentes de alma blanquivioleta, que los entrenadores son necesarios, pero no tan importantes. Hemos visto zotes, con un currículum pleno de fracasos, triunfando en algún lado y fracasar en otro a aparentes genios que triunfaron en casi todos los demás. Ni Guardiola -el entrenador, del jugador ya sabemos que no- garantiza el ascenso, ni con (pongan ustedes el nombre de zote que quieran) será imposible lograrlo. Piensen ustedes que mañana mismo Tuchel, un entrenador despedido de su equipo esta misma temporada por no dar el nivel, puede resultar vencedor de la Liga de Campeones. Piensen que el mismo Sergio denostado en su última parte de la travesía fue el que condujo la nave a puerto de Primera cuando, por su dirección previa, estaba a punto de colisionar contra un iceberg.

Existen decenas de técnicos libres, como de meteorólogos, cada cual con su libreto. Seguro que alguno acierta con el vaticinio sobre el tiempo del mayo que viene, pero no sabemos quién. Dada la condición en que se haya el vehículo, solo pediremos al designado para conducirlo que tenga respuesta a las dos primeras preguntas de Siniestro Total: ¿quiénes somos?, ¿de dónde venimos? La tercera, ¿a dónde vamos?, la contestará el tiempo.


Publicado en "El Norte de Castilla" el 28-05-2021

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