martes, 30 de julio de 2024

EL PADRE DE ALGUNO

Acababa de sonar el timbre que daba por concluido el recreo. De vuelta a las aulas, acelerados por la energía de la edad, remoloneando para arañar unos segundos a la clase siguiente, atravesamos la pista de atrás de baloncesto, a la que apenas hacíamos caso. Allí, un señor demasiado parecido a mi padre –igual edad, misma altura, similar complexión, pelo negro, raya marcada a la izquierda, patillas abriéndose paso, idéntica forma de vestir-, demasiado parecido a cualquier padre de cualquiera de mis compañeros del San Juan de Dios de Palencia, todos tan de pueblo como yo, hacía tiempo esperando la comunicación de algún fraile. Curiosa expresión, cuando en realidad el tiempo se deshace, nos deshilacha. “El padre de alguno”, pensé.

El hombre agarraba un balón con las dos manos simétricamente colocadas a la altura de la barriga y lo propulsaba una y otra vez contra el tablero, supongo que con la pretensión de que la pelota, de vuelta, entrase en la canasta. No es que no lo lograse, no atinaba ni con el ‘haro’. Sonreí con la chulería propia del adolescente, con el desprecio de quien desconoce el sentido del pasado. Este, musité en busca de la carcajada general, no ha hecho deporte en su vida.

Ya en clase, Don José nos remitió al salón de actos. Allí, en lo alto del escenario, el señor de las canastas departía con un par de frailes. Micrófono en mano, lo presentaron. “Chicos, hoy nos visita Mariano Haro, el mejor atleta español de todos los tiempos”. Tierra trágame.

Cuarenta años después, ya no ostenta ese título, mantiene, eso sí, el de pionero, el que engalana a aquellos que no llegaron tan lejos como alguno reciente, pero abrieron el camino. Sin el “Jerusalem” de William Blake, sin la banda sonora de Vangelis de fondo, sin carros de fuego que arrastren al cielo, Haro dispuso lo que había: Becerril, Tierra de Campos a través, y él mismo: meseta y piernas. Correr sin desmayo, acompasando zancadas, con el rostro castellanamente serio. Tal que el padre de cualquiera de nosotros.


Publicado en "El Norte de Castilla" el 30-07-2024

2 comentarios:

  1. Cuando uno recuerda a Haro le vienen a la mente los atletas etíopes, argelinos kenyatas, etc. de estos días que no necesitan grandes parafernalias ni musicales ni literarias sino las piernas, una estrategia física, su propio esfuerzo y seguramente la experiencia de recorrer las zonas donde han vivido toda su vida.

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