jueves, 29 de agosto de 2024

PODRÁ SER BUENA O MALA NOTICIA

De repente, el azar acarició a Juan Pérez, un pobre pobre cuyo hogar se ubicaba en el justo punto «donde me caiga la noche». En una de tantas, el crepúsculo le cayó en un lujoso edificio financiero. Allí, escondido de cualquier ojo que le pudiera avistar, quien dice avistar dice darle una patada que le arrojase a la calle, las vicisitudes se confabularon para lograr que el bueno de Pérez se tropezase con la fortuna. Podría al fin consumar el anhelo que dirigía los pasos de sus sueños:brindar a su amada Rosita «un carro, una casa y una familia» y poder gritar a los cuatro vientos que morábamos en 'Un mundo maravilloso', el título de esta película mexicana de 2006 dirigida por Luis Estrada.

Las caricias del azar, empero, no se empecinan en arrumacos o zalamerías en la piel y el oído del pobre: tal como empezaron, se hartan, dejan de ser. Juan, como al 'Pedro Navaja' de la canción de Rubén Blades, constató que «La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida»; no le quedo otra, hubo de agachar la cabeza y asumir que «Si nacistes pa' martillo, del cielo te caen los clavos». Las noches de los subsiguientes tres años le cayeron a este Juan Pérez, interpretado por Damián Alcázar, en la cárcel.

Una vez libre, Juan se aposenta en el hogar, es un decir, de sus amigos. En una puesta al día del tiempo que faltó, descubre que Rosita, Cecilia Suárez, ha tenido un hijo, que él era padre. Con un ademán ambivalente denota y verbaliza a la par la alegría provocada por una noticia que tanto había ansiado y el trastoque del momento en que se produce.

–No estoy seguro de si son buenas o malas noticias.

Digerida la primicia, probada tanto la penuria como la prosperidad, encontrada la contingencia, pretende huir siquiera por un rato de su estado: mejor rico un día que pobre toda la vida.

El Pucela ha asumido a perpetuidad la filosofía opuesta: la del pobre pobre. Está dispuesto, diría deseoso, de vender a todo jugador por el que se pague algo. Se puede entender, encoleriza, pero se comprende, que el Pucela, al no poder ofrecer determinados retos deportivos, a cambio de un dinero sustancioso, no 'frene' la carrera de jugadores de un nivel prominente por los que suspiran los grandes trasatlánticos: Eusebio, César, Juan Carlos, Amavisca... Un rango que, al menos de momento, no ocupa Boyomo; una eslora superior, con todos mis respetos, a la de la embarcación Osasuna. Si el equipo navarro hoy supera al Pucela, se puede achacar a una cuestión coyuntural, una circunstancia eludible. Claro, eludible si existe el afán de soslayarla. Boyomo, con su partido ante el Leganés, se ha desgañitado vociferando su afán por quedarse. La respuesta de un club que se respetase –salvo que la situación desconocida obligue, y correspondería aclarar– se limitaría a un 'no porque no'.

Hasta no contar con la certeza de que Boyomo, una vez concluida esta fase extemporánea del mercado de fichajes, forma parte de la plantilla pucelana, como Juan Pérez, no podré estar seguro de si la presencia ante los peineros fue una noticia buena, por deseada, o mala, por servir de desaliñada despedida.

Publicado en "El Norte de Castilla" el 29-08-2024

2 comentarios:

  1. Creo que de momento en Osasuna (vocablo euskaldún que significa salud) ha sido muy bien recibido y se están frotando las manos. ¿Hace realmente el Real Valladolid negocio para beneficio del club? Es que uno es muy ingenuo.

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