Una cosa sí refleja la ausencia: un voto público de pobreza. Desde fuera, desde donde miramos los aficionados, observamos la debilitación voluntaria del bloque. Una vez visto el partido, la hipótesis se confirmó. Marcos André permite jugar de una forma que es imposible sin él. La apuesta de jugar con dos delanteros introduce una dificultad en el reparto de roles, arriesga a presentar cromos repetidos. La versatilidad del brasileño permitía que, a diferencia de la primera parte de ayer, uno más uno fueran dos.
Del cuaderno
de ideas se han arrancado hojas, hemos perdido un plan. Pero esto es lo que hay
y no conviene lamentarse, más que nada porque es una forma inútil de perder
energías. Hay lo que hay. Ya veces ese ‘lo que hay’ nos aporta un rédito
inesperado al aprovechar la oportunidad que antes se le negaba. Ayer
descubrimos que Toni rinde más allá del minuto sesenta. Perdón, perdón era
broma. Nadie lo dudaba, pero ustedes me entienden.
Ese ‘lo que
hay’ define lo que somos más allá de relatos voluntaristas, ganas de levantar
el optimismo o de esconder una apuesta timorata. Podemos discutir si jugamos
con tres defensas o con cinco, si a los laterales se les incluye en la línea de
centrocampistas o en la de defensa. Con ver los nombres y el desempeño, no
queda duda. Son cinco atrás. Y de ahí, se empuja hacia adelante. No pasa nada,
sin más es lo que se ve. Ya veremos cómo resulta.
Publicado en "El Norte de Castilla" el 21-08-2021
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