No es nuevo el robo del contenido de las palabras,
de tanto usarlas se ajan como mi camisa mil veces puesta. El Real Madrid compra a Ronaldo en la lonja
de carne humana y podemos leer “Revolución Ronaldo”. Voy al diccionario, revolución:
Motín, rebelión, cambio importante de un estado de cosas. Más poder al poder no
puede ser revolución, acusaríamos de revolucionario a Bush. Ronaldo contribuirá
a que las cosas permanezcan como estaban, es la contrarrevolución por
antonomasia. Mucho se habla de la crisis económica de los clubes de fútbol y se
ejemplifica con los Madrid o Barcelona de turno. Pero en ésta crisis, como en
todas, quien desaparece es el Burgos, el Granada...
Nos muestra Oliver Stone en la escena inicial de
“Wall Street” a un mendigo bajo un puente y de ahí la cámara recorre el corto
camino que conduce hacia el centro del poder: cualquier planta de cualquier
rascacielos de Manhattan.
Los clubes no disponen de dinero, pero a “los
grandes” les beneficia la situación. Estos manejan recursos que les aferrarán a
su pedestal. Los que algún día aspiraron a enriquecerse con valores al alza y
se endeudaron hasta las cejas, soñando con burbujas que no cesaban de crecer,
ven como lo que no deja de crecer son sus deudas. Los demás se conforman con
mantener los mínimos supervivencia, con llegar a fin de mes, aunque sea
vendiendo hasta la propia casa.
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