martes, 26 de octubre de 2004

PRENSA DEPORTIVA

La objetividad de un periódico es un camelo, una entelequia. Y si fuera posible no sería conveniente, sólo encontraríamos una cabecera. El periodista que se escuda en la objetividad es una farsante, en el mejor de los casos nos narrará su visión-versión de los hechos, en el peor nos encontraremos con el relato que le interesa al patrón, la moto que le venda la parte interesada o la necedad que crea que usted quiere leer. Más la subjetividad no debe cruzar la línea Maginot del respeto y la prensa deportiva la desborda asiduamente. El “As” con un madridismo ramplón, de ópera bufa, “El Mundo Deportivo” y el “Sport” encendidamente culés con un ojo puesto en las inmediaciones del Bernabéu, puro complejo y el “Marca” cuyo dominio del mercado les impulsa a sentirse poseedores de una verdad absoluta inexistente, una prepotencia que les conduce a ridiculizar al modesto y un patrioterismo xenófobo plasmado en titulares como “leña al moro” o “moro, plata y bronce” refiriéndose al atleta El Guerrouj. Vender más te hace más rico no necesariamente mejor.

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